Entre dos CEO’s
Capítulo 44

Capítulo 44:

“No creo conveniente regresar, además como sabes, mi madre está enferma y me necesita su lado. Voy a aprovechar para compartir con ella. Lo que no me agrada es que, no puedo invitar Amanda para que me acompañe, ya que en unos días, es su primer lanzamiento y no puede dejar la empresa en estos momentos, pero mantendré contacto con ella”.

Jhon se dirige al hospital y se relaja un poco al ver que su madre está mejor, aunque está golpeada está fuera de peligro. Su corazón se alegra, ya que pensaba que era algo un poco más peligroso. Así que después de darle un poco de cariño y atención a su madre, se dirige a la reunión a la hora acordada.

“Ada, espero que te sientas bien, anoche diste muchas vueltas en la cama”.

Se acerca Carlos un poco preocupado

“Ayer en la mañana mientras estuviste en la empresa, fui con la doctora, ella me realizó unos exámenes y el día de mañana me realizará una ecografía”.

“¿No te adelantó nada de lo que sucede? ¿Está todo bien? ¿Tú y el bebé están bien?”

“Espero que estemos bien, me siento sin nada de fuerza. Cuando siento el sol me mareo, tengo mucho dolor y he estado manchando”.

Termina estas palabras mientras lo mira con el rabillo del ojo

“¿Hasta ahora me dices que estás sangrando? Ada qué pretendes, ese también es mi bebé”.

“¡Pues no lo parece! Con el único bebé que siempre pasas el tiempo, es con ese niño Gabriel, él es más importante que nosotros para ti”.

“Tengo para decirte, que voy a tener dos hijos y a los dos lo voy a querer igual, pero siempre Gabriel será el primogénito”.

“Ya termina de decirlo, y el heredero. Tu padre se jacta de decirlo a todo pulmón y la ramera de Amanda también qué más te cuesta decirlo…”

“Dices que te sientes débil y que no tienes mucha fuerza, pero insiste en discutir, Gabriel no es negociable ni él, ni mi futuro bebé”

Cada vez que Ada escucha el nombre de ese niño, se irrita, el embarazo ha empeorado su humor y sus celos se han incrementado. En ese momento ella aprieta fuerte su puño de la rabia que siente, pero también siente una descarga de su parte íntima y un pequeño dolor.

“Carlos he tenido una fuerte descarga”.

Le dice ella mientras sostiene fuerte su mano.

“No entiendo ¿Cómo una descarga, a qué te refieres?”

Ella coloca su mano y de su parte íntima, y la saca manchada con sangre.

“¡Llama una ambulancia! ¡Estoy perdiendo a mi bebé deprisa Carlos!”

El a toda velocidad llama una ambulancia y también a la doctora encargada de la salud de Ada, pero no está dispuesto a esperar, así que toma a su esposa en brazo, la cubre con una cobija y la sube en su auto, para luego salir a toda velocidad.

En el camino pide asistencia, para que a su llegada al hospital sea más rápido, ella sintió mucha debilidad y se desmayó debido al susto y la incertidumbre que sintió. Llegaron al hospital e inmediatamente fue intervenida para intentar conservar su salud y también la de aquel bebé. Carlos está en la sala de espera mientras caminaba de un lado hacia otro, un poco desesperado ya que habían pasado dos horas y no había tenido noticia de su esposa. Cuando decidió tomar asiento ve que la doctora se acerca.

“Doctora ¿Cómo está la salud de mi esposa?, ¿Cómo se encuentra?”

“Su esposa ya está estable, en este momento, necesita mucho de usted Señor Carlos, sea fuerte y firme con ella”.

Carlos se dirige casi de inmediato a la habitación para encontrarse con su esposa, a su llegada la encuentra sedada y con los ojos cerrados, así que acomoda el sillón del lado de la camilla, se recuesta y queda en espera de que ella despierte o la doctora venga con nuevas noticias.

En el lapso de una hora Ada venía despertando, al parecer estaba recuperando fuerzas así que se reincorporó y estaba tomando una sopa de la mano de su esposo

“Gracias por estar con nosotros amor”

Se dirige a él con una mirada cálida.

“Estas son las cosas que siempre te digo que no te harán bien en nada. No eres una niña para estar con estos berrinches”.

“Pues sí soy tu niña y me debes consentir, ya que esa mujer te pidió los fines de semana, y ese niño pasa casi la semana completa contigo. Yo entiendo que debe de estar al lado de su papá, pero yo te necesito y nuestro pequeño bebé también”.

En el momento de la conversación, se abre la puerta y entra la doctora con el récord clínico de Ada en las manos, más una hoja de receta.

“Me alegra mucho que esté consciente Señora Ada y también es importante la presencia de su esposo en este lugar”.

Ada se muestra un poco exaltada por el rostro que tiene la doctora, ellas llevan años juntas, así que conoce muy bien cuando pueda surgir un problema

“¿Qué sucede?”

Le pregunta Ada bastante seria.

“Sucede, que debes entrar en la sala de cirugía en unas horas”.

Ella le entrega las recetas y las indicaciones a Carlos

“Debes tener disponible esta tipificación de sangre, en caso de una transfusión y debe firmar esta autorización, para que su esposa pueda ser llevada a sala de cirugía”.

“¿Pero qué sucede Ana? Trata de explicarme, si estoy embarazada cómo iré a cirugía, yo ya no entiendo”.

“Ahora todo se complicó, hace unos días tu bebé ya no tiene signos vitales, estuviste con nosotros en observación durante 2 horas y lo único que determinamos es que hay que sacar tu útero, la matriz, los ovarios y todo lo que tenga alrededor para que no siga la metástasis. ¡Se sigue esparciendo!”

La reacción de Ada fue bastante esquizofrénica, lanzó las cosas, se lanzó al piso, repetía en varias ocasiones que quería morir, que deseaban morir, que ya no quería ser ingresada. Lo único que la doctora pudo hacer por ella fue inyectarle un fuerte sedante.

“¡Doctora! Si no hay posibilidad ninguna de que mi bebé este de vuelta con nosotros, por favor haga lo posible por darle la salud a mi esposa”.

Expresa Carlos angustiado

“Éste era un riesgo que su esposa lo conocía perfectamente, y aun así siguió adelante. No imaginas cuánto me duele verla en esta condición, pero fue algo que desde el principio le presenté y dejé muy claro que podía suceder”

Carlos firmó todo lo que la doctora le había pedido, llamó a sus padres y le informó la situación para que se reunieran y estuvieran con él en este momento tan doloroso. Ellos sintieron un poco de lastima por Carlos, ya que lo conocen y saben lo mucho que le importa su esposa. Así que de inmediato se pusieron a viajar para estar junto a ellos.

Pasaron las horas con Carlos en el pasillo y lo único que logró fue ver a una enfermera que llegó hasta él con una nueva receta para que la entregara de urgencia. Dos horas más y aún no tenía ninguna respuesta, cosa que lo tenía más que tenso y él estaba solo allí en aquella área de emergencia.

Solo que 30 minutos después Carlos se dio la vuelta y vio abriese la puerta del quirófano y venían con Ada en una camilla.

¿Cómo está mi esposa doctora? Por favor dígame algo”.

Se acerca Carlos muy angustiado.

“Por ahora todo está marchando bien, pero ahora estará en observación en la habitación privada. Usted no va a poder estar tan cerca ya que es área monitoreada y área restringida”.

“¿Ella estará bien? Solo quiero saber eso doctora por favor”

“Estamos trabajando en eso, para que así sea Señor Andrew”.

Ella se marcha y deja Carlos en el medio del pasillo observando como acomodaron a su esposa a una cama. Eso fue un trago amargo para él, porque no se esperaba algo tan doloroso. Cuando solo faltaban, tres meses para la llegada de su segundo bebé”.

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