Entre dos CEO’s -
Capítulo 18
Capítulo 18:
Ella baja las escaleras y se va con Paúl a la mansión. A su entrada encuentra a Jhon sentado en el comedor muy elegante con la mesa ya servida.
“¡Buenas noches!”
La recibe Jhon y el camarero que está junto a él le ayuda a sentarse.
“¿Seguimos celebrando? Le recuerdo que mi cumpleaños fue ayer”.
“¿Está mal seguir la fiesta?”
Le responde mirándola fijamente a los ojos. Por un momento ella pensó que él la podía ver.
“No, al contrario, gracias por tanto”.
Todos se retiran para dejarlos a solas durante la cena.
Amanda observa que él se puede ensuciar y se acerca para ayudarlo con la cuchara.
“¿Cómo piensas comer tú?”
“Seré justa, una cucharada usted y una yo. ¿Le parece bien?”
“¿Sabes que tengo 35 años cierto?”
“¡Así es!”
“¿Me consideras viejo?”
“Para nada”.
“Entonces ni jefe, ni usted. ¡Soy Jhon!”
“Okey Jhon”.
Ella continúa con la cena hasta que él la detiene.
“También mi estómago está débil”.
“Mi madre me preparó un té y me hizo mucho bien. Te he traído para que también lo tomes”.
Él lo acepta y ella se marcha a calentar el té y luego le sirve.
“Si muero, fue por esto, es lo primero que tomo en años, sin primero pasar el control de seguridad”
“Que tonto ¿Por qué querría hacerle daño?”
“Para no terminar lo que iniciamos anoche”.
Ella abre los ojos asombrada, no pensó que él hablaría de lo ocurrido así tan de repente. Solo sale una pequeña e incómoda tos.
“Te pido disculpas, el alcohol se adueñó de mis sentidos haciéndome cometer un disparate”.
“¡Disparate!”
Repite él mientras se pronuncia su ceño fruncido.
“¿A qué viniste?
“Me invitaste”.
“Ella responde mientras su cuerpo tiembla.
“No, has venido hasta aquí porque al igual que yo te quedó el deseo de lo que inconscientemente no sucedió anoche”.
“No soy una p%ta”.
“Odio a las p%tas. ¿Quieres saber por qué invite aquí? Quiero volver a sentirte”.
“Estás equivocado Jhon. En este momento me retiro”
“¿De verdad prefieres reprimir lo que ambos deseamos? No está mal si terminamos lo que iniciamos anoche”.
“¿Y después qué?”
Pregunta con una ceja levantada.
“La vida está escrita Amanda, que sea lo que tenga que ser”
El la sostiene por el brazo y la trae hasta él.
“¿Te gustaron mis caricias?”
“No deseo hablar”.
Ella se acerca a su pecho para disfrutar del aroma de su cuerpo. Él la acerca más y roba sus labios.
“Nos pueden ver”.
“Aquí no hay nadie más que tú y yo. Antes todo soy un caballero, señorita”.
Él la sienta en su regazo y comienza a besarla por el cuello y baja a sus pechos.
“¿No te irás corriendo?
“Está vez no, solo que este será nuestro secreto shhh”.
El solo sonido de su voz es excitante para él, está hambriento de volver a sentir esa vag!na ardiente y estrecha. Los besos estaban en primer lugar, el besa sus senos mientras ella g$mía de placer llegó el momento quita su tanga y la acomoda sobre él.
“¿Estás lista?”
“No y no me importa”
Responde ella mientras tiembla sentada sobre sus piernas.
“Si no lo deseas podemos parar”.
“Si estoy aquí es por algo Jhon”.
Ella termina de hablar y se acerca aún más. Él queda encantado con su aroma y el sabor de sus labios, que solo hacían que las ganas de p$netrarla fueran aún más fuertes. Así que cuando siente que esta lo suficiente húmeda va entrando de manera suave mientras Amanda cierra sus ojos.
“Ahhhh”
Ella grita fuerte es su oído.
“¿Quieres que me detenga?”
“Nooo”
Responde ella casi de inmediato.
Él la sostiene haciendo movimientos mientras sus caricias no se detienen. Después un rato lo ayuda a llegar al sofá y continúan los movimientos haciendo que aumenten los g$midos.
“Estás deliciosa Amanda”.
Él sentía un placer inmenso con ella. No pasó mucho, para que ambos llegarán a un orgasmo que disfrutaron y necesitaban después de tanto tiempo.
“¡Quiero ir a casa!”
Solo dice Amanda al momento de componerse
“¿Sucede algo?”
“Me quiero marchar, por favor que me lleve tu chofer”.
“¿Tienes dolor?”
“Siento un poco de molestia y creo que mi ropa está manchada de sangre”.
“No te puede ir así Amanda, deja que te ayude”.
“Solo quiero ir a casa por favor”.
Aunque él insiste no obtiene nada positivo y Amanda se marcha a su casa. Después de tomar un baño y algo para el dolor; se va a la cama sintiéndose una p%ta después de lo que había hecho con sus jefes por segunda vez, y lo peor fue que lo disfrutó al máximo.
“Buenos días Amanda. ¿Aún en la cama? ¿No me dirás qué anoche seguiste tomando?”
“No madre, no tomé anoche, solo ha sido una cena”.
“Llegaste y ni siquiera buscaste a tu hijo. Entraste directo al baño y luego a la cama”.
“¿Soy una buena madre?”
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar