Capítulo 681:

Temprano en la mañana, RK llevó a Stella al médico para un chequeo.

Stella sostenía los informes en sus manos, sorprendida, sin saber cómo expresar lo que sentía. Miró a RK, pero no podía encontrar las palabras adecuadas.

“Estela…” RK la tomó en sus brazos, preocupado. Aunque quería saber si Stella estaba embarazada, su corazón se llenó de incertidumbre al ver su expresión.

“René…” Stella no sabía cómo comunicar sus sentimientos. No esperaba que él estuviera tan preocupado si ella estaba embarazada.

“Mmm…” RK la abrazó con más fuerza, acariciando su espalda y luego separándola un poco para mirarla fijamente.

“Estela, no importa. Si no estás embarazada ahora, tendremos uno en el futuro.” RK pensó que Stella no estaba esperando un bebé y que su cansancio era solo por agotamiento.

“¿Eh?” Stella no entendió las palabras de RK en un primer momento. Luego, al darse cuenta de lo que él había dicho, se tapó la boca y sonrió, sorprendida.

RK la miró, confundido por su reacción. No entendía lo que pasaba.

“Tonto, llevo dos meses embarazada,” dijo Stella, sonriendo mientras le pellizcaba suavemente el brazo.

“¿En serio?” RK no podía creer lo que escuchaba. Su mirada estaba llena de incredulidad.

“Sí, le pregunté al médico. El doctor dijo que es completamente normal sentirse cansada y que necesito más ejercicio,” explicó Stella, aún con una sonrisa en su rostro.

“¿Voy a ser padre otra vez?” RK no podía creer que pronto volvería a ser padre.

“Sí,” Stella asintió con firmeza, mirando a RK con una expresión seria y sincera.

“Para ser honesta, es un alivio. Solo tengo sueño, y no he sentido náuseas, lo que es un consuelo. Si no fuera así, probablemente estaría sufriendo mucho más,” confesó Stella. Esta vez solo sentía cansancio, lo que la sorprendió dado que la última vez estuvo mucho más afectada.

RK la levantó con cuidado, su rostro brillaba con emoción y asombro.

“Bájame,” dijo Stella, dándole suaves palmaditas en el hombro. Estaba un poco avergonzada, notando la gente en los pasillos. Su rostro se sonrojó.

RK la dejó suavemente en el suelo, tomó su mano y salieron del consultorio.

Condujo con sumo cuidado, temiendo que cualquier distracción pudiera asustar a Stella.

Stella observaba la expresión tan radiante de RK, sin decir nada. Sabía que él estaba inmensamente feliz, aunque no encontraba las palabras para expresarlo.

Mientras miraba su vientre, Stella pensaba que si no hubiera sido por la señora Kingston, probablemente no habría descubierto su embarazo hasta que su barriga comenzara a crecer.

RK no dejó de sonreír durante todo el trayecto de regreso. Incluso cuando llegaron a casa, la sonrisa en su rostro no se desvaneció.

“René, ¿cómo es? ¿Está todo bien?” La señora Kingston preguntó tan pronto como entraron.

“Sí,” respondió Stella con una sonrisa, mirando a RK, que seguía con su expresión de asombro.

“¡Te lo dije! Vamos, no se queden ahí parados,” la señora Kingston los instó a entrar, preocupada por el viento fresco.

La familia se reunió en la sala, todos esperando noticias.

Cuando vieron la sonrisa en el rostro de RK, supieron la respuesta antes de que dijera una palabra.

Rubén miró a RK, dándose cuenta de que esta vez parecía más maduro, más estable.

“Cariño, ¿tengo otra hermana?” Adrian se levantó del sofá, corrió hacia Stella y le preguntó con entusiasmo.

Stella asintió, y Adrian sonrió ampliamente.

“¡Tengo dos hermanas menores!” Adrian abrazó a Stella y la besó emocionado.

“Estela, ¿estás cansada? ¿Quieres subir y descansar un poco?” La señora Kingston preguntó con una sonrisa, viendo que Stella parecía un poco agotada.

Stella asintió, sintiéndose cansada por la emoción del día.

Al ver que Stella había aceptado, RK la levantó suavemente y la llevó escaleras arriba.

“Emily, ¿también quieres descansar?” la señora Kingston miró a Emily, preocupada por su bienestar.

“Está bien. No me siento cansada,” respondió Emily, agitando la cabeza. No sentía ninguna molestia, y el bebé tenía solo dos semanas. No había síntomas, por lo que se sentía perfectamente bien.

“Voy a la cocina a preparar sopa para ti y para Stella. Necesito compensarlo,” dijo la señora Kingston mientras se levantaba para ir a la cocina.

Emily miró a Rubén, pero no quería ser grosera. Aunque el embarazo era temprano, aceptaría la sopa.

Rubén la abrazó sin decir nada, entendiendo que aunque no lo deseara, era necesario para que el bebé creciera sano y fuerte.

“Puedes dormir un rato,” RK dijo suavemente mientras ponía a Stella en la cama, colocando su mano sobre su vientre con ternura.

“Tonto, solo han pasado dos meses,” Stella no pudo evitar sonreír al ver lo cuidadoso que era RK, aunque sabía que él estaba tomando cada detalle con mucha seriedad.

“Me quedaré a tu lado todos los días, esperando el nacimiento de nuestra hija,” RK susurró, decidido a estar con ella en cada paso del camino.

Stella asintió, relajándose en los brazos de RK, y pronto se quedó dormida.

RK miró su rostro dormido con una mirada de pura adoración. Una mano descansaba sobre su vientre, la otra acariciando suavemente su rostro. Y allí se quedó, observándola, feliz de que su vida estuviera a punto de cambiar una vez más.

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