Enamorarme de ella después del divorcio -
Capítulo 418
Capítulo 418:
Así pues, había que enriquecerse constantemente. De lo contrario, a veces podrías acabar solo, sin nada, y perderlo todo. Lo que se perdería estaría en tu interior. Stella siempre había recordado las palabras de su abuela desde que, de niña, fue a vivir con ella de forma intermitente.
A veces era durante las vacaciones de verano y otras durante las de invierno. En verano, Stella iba a pescar al arroyo. Sumergía los pies en el agua cristalina, observaba las mariposas y libélulas que rodeaban el lago, los peces que de vez en cuando saltaban fuera del agua, los pájaros acuáticos y los hombres que pescaban. Muchos recuerdos la hacían añorar aquellos tiempos.
En invierno, el lago estaba helado; los peces se escondían bajo el hielo, las aves acuáticas volaban hacia el sur, los arroyos estaban congelados y el mundo entero estaba cubierto de blanco. A menudo llevaba ropa gruesa y acolchada de algodón, paseaba por aquel hermoso mundo, jugaba en la nieve y construía muñecos de nieve. Grace le había enseñado muchas cosas a Stella.
Su abuela le proporcionó una infancia feliz, y Stella le estaba muy agradecida. Más tarde, la salud de Grace empeoró…
Grace siempre había querido quedarse en aquel pueblo, pero tuvo que venir aquí para recuperarse. Stella le había prometido a su abuela que si algún día Grace fallecía, enterraría sus cenizas en su lugar favorito: su pueblo natal.
Sin embargo, era una lástima que Grace no hubiera visto aún al tío de Stella. Debía echarle mucho de menos, ya que era su único hijo. Durante tantos años, él no había estado con ella. Para ser sincera, lo echaba mucho de menos. Guardaba su foto bajo la almohada y la sacaba en secreto para mirarla cuando estaba sola.
«Abuela, debes aguantar. Aún no has visto al tío. ¿Cómo puedes irte antes?» Stella pensó para sí misma.
Stella recordaba que, de niña, su abuela se sentaba a menudo sola en el patio. Solía pensar que su abuela podría estar esperando a su madre.
Más tarde, se dio cuenta de que su abuela había estado esperando a su tío, que llevaba fuera muchos años. Durante todo ese tiempo, Grace nunca había visto a su hijo. No sabía dónde estaba su tío, y él no había vuelto a verla, lo que le hacía echarle mucho de menos.
Cuando Stella era pequeña, su abuela solía cocinar una gran variedad de platos deliciosos. Sus habilidades culinarias eran excepcionales, y tanto a Stella como a su madre les encantaban las comidas que preparaba.
Más tarde, rara vez visitaban a su abuela. Cuando falleció su abuelo, Grace regresó a su pueblo natal y vivió allí mucho tiempo.
Aunque Grace vivía sola, se las arreglaba para vivir feliz. Parecía que había rejuvenecido casi instantáneamente. Le permitieron vivir en la ciudad y no se lo impidieron.
Stella recordaba vagamente el momento en que falleció su abuelo…
El abuelo estaba tumbado en la cama del hospital, cogiendo la mano de Grace con aire reticente. Temblaba mientras le pedía que se cuidara mucho antes de soltarla por fin. La abuela se quedó sola en la sala durante mucho tiempo, hablando con él. Cuando todos pensaban que la abuela no podía aceptar el hecho, salió, muy sobria y lúcida.
El día del entierro del abuelo de Stella, Grace quemó papel moneda para su marido y pasó mucho tiempo sola en la sala de duelo. Llevaba mucho tiempo con su marido y se resistía a dejarlo.
«Anciano, en el pasado siempre pensé que eras un regañón. A una edad tan avanzada, seguías negándote a escucharme. Pero ahora, sin ti y sin tus regaños, de repente siento que el mundo está tan silencioso. No puedo soportar este tipo de silencio. Quiero estar contigo. Quiero estar contigo ahora. Quiero estar contigo todos los días en casa y oír tus interminables regaños».
En aquel momento, Stella acompañó a su abuela a pasar la noche en la sala de duelo.
La sala de duelo estaba más tranquila por la noche. Su abuela estaba sentada y hablaba sola. Stella sintió como si su abuelo estuviera a su lado. Se sentó detrás de su abuela y no sintió miedo.
Poco después de fallecer su abuelo, su abuela llevó sus cenizas a su pueblo natal.
Stella siguió a su abuela y la vio ocuparse de los asuntos de su abuelo. Después, se marcharon, dejando sola a Grace.
Sus abuelos experimentaron muchos altibajos en sus vidas. Habían soportado mucho a lo largo de los años… Habían logrado grandes cosas en sus carreras y vivido una vida de la que podían estar orgullosos. Si no hubiera sido por el incidente que ocurrió más tarde, toda la familia habría sido muy armoniosa.
Isabella se hizo mucho daño a sí misma y a los demás.
Grace vivía bien en el pueblo, pero su salud se deterioró más tarde. Día tras día, su estado empeoraba, lo que llevó a la madre de Stella a recogerla y enviarla al hospital.
Grace no había tenido una vida fácil durante muchos años. Dios la bendijo para que pudiera escapar del peligro cada vez. Aún no había visto a su hijo. ¿Cómo podía irse tan fácilmente?
«Bueno, todo irá bien. La abuela estará bien. No tienes que preocuparte demasiado. La abuela estará bien», consoló RK a Stella. «Cuando te fuiste, una vez pasó algo parecido. Entonces también fue muy grave. La luz de urgencias estuvo encendida mucho tiempo y casi nos desesperamos. Al final, la abuela salió sana y salva».
Para ser sincero, la mayor parte del tiempo, RK sabía que Stella era una persona sentimental que temía separarse, y su corazón era muy frágil.
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