Enamorada del CEO recluso
Capítulo 82

Capítulo 82:

Mientras discutían, Louisa se removió en el suelo y abrió lentamente los ojos con un sonoro bostezo.

«¿Ya ni siquiera puedo dormir en paz?», murmuró.

«¡Louisa!» Alexis y Scarlett exclamaron al unísono.

Con la cara magullada y un ojo hinchado, Louisa sonrió débilmente.

«¿Qué? ¿Pensaste que había muerto? La última vez, noté tus uñas a pesar de la alteración de la voz. Sabía que eras tú, bruja rencorosa. ¡No puedo creer que haya perdido el tiempo apoyando a una artista falsa como tú! Sabiendo que eras tú y mi peor pesadilla, Alexis, luché para mantenerme con vida. Te prometo que no moriré tan fácilmente», dijo con fiereza.

«Mi Louisa, mi fuerte, feroz Louisa. Maldita sea, eso me excita. Ahora que estás aquí conmigo, me aseguraré de que todos tus sueños se hagan realidad. Estaré ahí para ti y para Danna», dijo Alexis, frotándole suavemente el pelo.

Louisa rió secamente y le escupió en la cara.

«Sería sobre mi cadáver que desperdiciara un solo segundo de mi vida contigo, y mucho menos mis emociones. Será mejor que te líes con la moza que tienes al lado, ¡porque hasta Jenny se merece algo mejor que un imbécil como tú!». gritó Louisa. Luego, volviendo la cabeza para mirar a Scarlett, añadió: «¿Y tú? Tu vida será miserable, ¡y me aseguraré de ello!».

La rabia de Scarlett estalló como un incendio. Se abalanzó sobre Louisa, rodeándole el cuello con las manos, apretando con fuerza hasta cortar el suministro de aire de Louisa.

«Te mataré», siseó Scarlett, su voz goteaba veneno.

Alexis se apartó, observando cómo Scarlett atacaba a Louisa. No hizo ningún movimiento para detenerla, esperando secretamente que Scarlett terminara el trabajo. De todos modos, Louisa ya no le era útil.

«¡Llamen a una ambulancia! ¡Llamen al 911!»

«¿Quién ha podido hacer esto? Una joven bonita»

«¡Está muerta! Deberías llamar a la policía antes de llamar a la ambulancia». Las voces resonaban indistintamente.

En un santiamén llegó la policía. Tras examinar el cadáver, su postura y las heridas, levantaron el cuerpo sin vida de la joven y lo llevaron a la morgue.

El teléfono de Natalie zumbó, sacándola de sus desagradables pensamientos.

«Hola, señora, ¿puede venir al Hospital Médico City Park?», dijo la voz al otro lado, pero Natalie interrumpió rápidamente, mostrando su impaciencia.

«¿La has encontrado? ¿Está herida? ¿Está bien?», preguntó con urgencia.

«Encontramos un cuerpo, señora. Necesitamos que venga a confirmar si es la que buscan: una joven de unos veinte años».

El teléfono de Natalie resbaló de su mano y cayó al suelo. Se le nubló la vista y se le llenaron los ojos de lágrimas, que finalmente fluyeron por sus mejillas.

«¿Qué pasa, señora? ¿Qué ha pasado? Creía que había dicho que la habían encontrado». preguntó Chloe nerviosa. Intentó coger el teléfono de Natalie, pero Natalie lo cogió primero.

«Necesito salir, Chloe. Tú y Melvin quedaos aquí, ¿vale? Yo volveré seguro, con Louisa», balbuceó, dándose la vuelta. Pero Chloe la detuvo, insistiendo en saber con quién había hablado y por qué había mencionado el hospital. Chloe necesitaba saber si su amiga seguía a salvo o no.

Incapaz de mirar a Chloe a los ojos, Natalie agachó la cabeza, dejando que las lágrimas fluyeran libremente.

«Me dijeron que viniera a ver si era ella», tartamudeó.

Chloe retrocedió unos pasos, intentando procesar lo que acababa de oír. ¿Comprobar si es ella? ¿Por qué Louisa no puede confirmar su propia identidad? Tal vez sea débil. ¿Qué podría haber pasado?

«Pero, ¿por qué comprobarlo? Ella puede confirmar su identidad, ¿no? ¿Por qué está inconsciente? Háblame, Nat», murmuró Chloe por lo bajo.

Natalie agarró firmemente los hombros de Chloe y le levantó la barbilla para mirarla directamente a los ojos.

«No puede confirmar su identidad, Chloe, pero estoy segura de que no es nuestra Louisa. Así que, por favor, estate tranquila», dijo, dando unos pasos más allá sólo para ser detenida por Melvin, que llevaba más de seis horas en silencio.

«¿Por qué no puede hablar, mamá?», gritó.

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