Capítulo 57:

Grito y me levanto de un salto. Cojo una servilleta y me limpio el café de la cara.

La quemadura está hinchada y me duele. Miro a la mujer que tengo delante y frunzo el ceño.

La recuerdo. Es la mujer que vino con la madre de Steven Song aquel día, se llama Violet Sue.

«¿Estás loca?»

Miro fijamente a la mujer que tengo delante.

Nada más hablar, me duele la piel de la cara y llamo al camarero para que me traiga hielo.

«¡P%ta desvergonzada! ¿Cómo te atreves a robarme a mi hombre?»

La expresión de Violet Sue es feroz. No concuerda en absoluto con su delicado rostro.

Es cierto que una mujer no puede mantenerse sobria mientras se involucre con hombres.

Todos los que están alrededor miran hacia aquí, esperando una buena jugada.

El camarero me trae una bolsa de hielo y me siento mejor poniéndomela en la cara.

Resoplo y le digo a la mujer: «Sabes claramente que no le gustas a Steven Song. No me culpes a mí de su desatención hacia ti. Si quieres hablar conmigo de ello, traeré a Steven Song aquí ahora mismo y haré que se enfrente a ti». Sólo quiero asustar a Violet Sue, pero está asustada.

Después de lanzarme una mirada pasiva, se vuelve hacia mí y me dice: «¿Por qué molestarle? Sólo me resbalé. Si te haces daño, puedo llevarte al hospital. ¿Por qué llamar a Steven Song aquí?»

«Quiero que él me lleve al hospital, ¿No?». digo triunfante, sonriendo a Violet Sue.

Violet Sue está muy enfadada y tiene miedo de volver a provocarme. Se marcha avergonzada.

Pero me hace daño en la cara y no puedo dejarla marchar tan fácilmente.

Agarro el brazo de Violet Sue y le meto la bolsa de hielo directamente en el pecho.

Ella me quema con el café caliente, ¡Y yo la congelaré con la bolsa de hielo!

El día lluvioso es frío. Violet Sue se estremece mientras me mira con cara asustada.

Probablemente no espera que yo haga esto. La expresión de su cara es muy embarazosa.

Al segundo siguiente, ocurre algo aún más embarazoso.

Lleva puesto un vestido. La bolsa de hielo rueda por su cuerpo y cae sobre sus pies.

Me siento emocionada en el fondo de mi corazón, finjo sentirlo y le digo: «Lo siento. Creo que estás tan enfadada que quiero refrescarte con una bolsa de hielo. No esperaba que estuvieras tan desinflada. Pensé que duraría al menos unos segundos».

El sonido de las risas viene de alrededor. Mucha gente me señala, como dándome un pulgar hacia arriba.

Al oír lo que he dicho, el rostro de Violet Sue palidece. Me hace rechinar los dientes: «¡Z%rra, la próxima vez no te dejaré escapar tan fácilmente!».

Mira a su alrededor, a la multitud de espectadores, y huye agarrándose el pecho.

Después de pagar la cuenta, me cubro la cara hinchada y roja y voy a la farmacia cercana a comprar alguna medicina.

Es difícil coger un taxi a causa de la lluvia. Tardo mucho en parar un taxi. Cuando vuelvo a casa de Louis, ya son las diez de la noche.

Francis Louis está sentado en el sofá del salón, mirando la televisión.

El televisor está apagado. ¿Qué demonios está viendo? ¿Ve su apuesto reflejo en la pantalla? No creo que Francis Louis sea tan narcisista, ¿Verdad?

Entro con confusión. En cuanto entré, los ojos de Francis Louis se acercaron. «¿Dónde has estado?»

Su rostro es sombrío y se acerca a mí paso a paso.

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