En mis tiempos de desesperación -
Capítulo 466
Capítulo 466:
El Viejo Señor Louis está conmocionado. Cuando me mira, veo que le entra el pánico.
Entonces, me increpa: «No sé de qué me está hablando».
Aunque el Viejo Señor Louis lo niega, sé que miente por su expresión.
«Estoy seguro de que tengo razón. No soy apasionado, pero puedo sentir que usted no me odia. Aunque hayas cambiado de actitud a causa de Hilda, creo que tienes tus razones. De lo contrario, no habrías arriesgado tu vida para salvarme aquel día». Le miro fijamente y se lo digo palabra por palabra.
Él no dice nada pero sigue mirándome.
Creo que va a admitirlo y que está dispuesto a decirme la verdad.
Pero al final, resopla y me dice con desdén: «¡Eres demasiado narcisista! La razón por la que me gustabas es porque pensaba que eras mejor que Whitney. Pero después de un tiempo, siento que estás maquinando. Además, comparada con Hilda, tienes peor aspecto. Hilda es tan simpática, ¿Por qué no dejo que sea mi nieta política?». Las palabras del Viejo Señor Louis me rompen el corazón.
Me mira con disgusto.
En este momento, me pregunto si le juzgué mal. Supongo que sus intenciones eran equivocadas.
«En cuanto a aquel día, fue un accidente. Les dije a los demás que tuvieran cuidado, no a usted. ¿Cuántas veces quiere que se lo explique? ¿Cómo puede creerme? No tiene nada que ver conmigo que estés herido o no. Piénsalo. Eres de una familia normal. Tu hermano pequeño es un gamberro y tu padre mató a mi querido hijo. ¿Cómo puedes gustarme?»
Lo de papá es el dolor de mi vida.
Sé que nunca nos perdonarán porque mi padre mató a Fernando.
Aunque Francis no lo mencione, no significa que no le importe.
«Señor Louis, lo sé. Pero aún espero que pueda decirme si tiene sus pensamientos». Le dije.
«Date prisa y vete. No me molestes». Resopla y me ordena que me vaya.
Me muerdo los labios y me giro para salir.
En cuanto me doy la vuelta, me encuentro con Hilda. Está con Albie en la puerta.
¿Cuándo aparece? ¿Qué es lo que oye?
¿Las palabras que acaba de decir el Viejo Señor Louis son sus verdaderos pensamientos? ¿O tiene miedo de Hilda?
No lo sé, y de momento no tendré la oportunidad de conocer el motivo.
Al pasar junto a Hilda, salgo a la calle.
Entonces oigo la dulce voz de Hilda.
«Abuelo, tómate un descanso. Quiero hablar con Jane». ¿Hablar conmigo?
Hilda sale a grandes zancadas y me dice con desprecio: «Sal. Tengo algo que decirte».
No quiero quedarme a solas con ella, pero pensando en lo que dice Francis, la sigo fuera.
¿Cómo podría decirme la verdad si no hablo con ella? ¿Cómo podría convencer a Francis de que le gusta?
Saco mi teléfono, enciendo la grabadora y salgo.
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