Capítulo 52:

Me sentí tentada a correr el velo para descubrir la razón de aquella agitación, pero finalmente desistí de esa idea.

«¿Se siente usted bien?», pregunté. «Noto que su voz…»

«Desde luego que estoy bien. Yo… yo solo tengo un ligero resfriado», repuso aquella voz.

«Por eso mi voz se oye un poco ronca».

«Pero es que…», insistí.

«Ya deja de preocuparte por mí. Quiero que hablemos acerca de ti. Ahora olvidémonos de tu matrimonio con Marco y cuéntame algo más personal; háblame sobre tus deseos».

Pensé en ello durante un largo rato y solo se me ocurrió decir una cosa.

«Creo perfumes en la casa de mi manada», respondí.

«Y realmente me gustaría aprender de los muchos célebres diseñadores de perfumes que viven en la capital los secretos del oficio.

Por lo general, me inspiro en mis emociones para crear mis perfumes, pero espero poder trabajar en una perfumería para ampliar mis conocimientos sobre las fragancias.

Anhelo encontrar aquí esa clase de trabajo».

«Ya puedes irte, hija; que la Diosa de la Luna te colme de bendiciones y te conceda ese deseo», replicó la voz.

Punto de vista de Lily

Empezaba a cansarme de haber esbozado durante todo el día aquella tonta sonrisa.

La presencia de Tanya en la capital me resultaba verdaderamente inquietante, pues había ideado un plan para asegurarme de que nunca visitara aquella ciudad.

Me sentía frustrada por el fracaso de mi plan y necesitaba saber por qué había fallado.

«Muchas gracias por el té, Lily», me dijo el último de los invitados al tiempo que me abrazaba.

«Tenía un sabor realmente maravilloso».

«Me complace que lo haya encontrado de su agrado, gentilhombre. Su presencia me honra», respondí con una sonrisa.

Después de que el último de los invitados se marchó del salón, caminé por el pasillo hasta llegar a la segunda estancia y abrí la puerta de la misma.

En cuanto entré, dejé de sonreír y entonces advertí la presencia de él.

Estaba allí sentado, sonriendo como si acabara de ganar la lotería, pero, en cambio, yo no estaba de buen humor.

«Quiero que me digas ahora mismo cuál es el motivo de la presencia de Tanya en la capital, Brandon», dije en tono vehemente.

Punto de vista de Lily

«Bueno, fue un giro inesperado de los acontecimientos», replicó mientras se arrellanaba en la poltrona de cuero.

Me paseaba por aquella estancia situada en la parte trasera de la casa de subastas, con la desesperación de un león enjaulado.

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