Capítulo 337:

Agregué: “Se acabó. Tenemos que ir a buscar a Cathy».

Esto le sacó de su inquietud, conduciéndonos en silencio al interior de la cueva.

Lo que quedó del ejército del palacio nos siguió.

Incluso con sus heridas y extremidades perdidas, le acompañaron como verdaderos soldados leales.

Entramos en la oscuridad, que solo estaba iluminada tenuemente por las velas.

“Encuentren a Eric», ordenó, mientras él y yo corríamos al lado de Cathy, quien yacía atrapada e inconsciente en el suelo.

Pero no había nada que pudiéramos hacer.

De hecho, era algún tipo de magia que la ataba, y no existía fuerza ni poder que pudiera removerla.

Tuvimos que solicitar que el médico bajase a la cueva para que le echase un vistazo.

Cuando finalmente llegó, los tres (a este punto Eric se encontraba con nosotros) permanecimos parados alrededor del cuerpo de la fémina mientras él explicaba:

“Casi ha sido despojada de toda vida. Lo que le queda es lo único que le mantiene respirando. Lo siento, nunca se despertará. Eventualmente, morirá a medida que la magia drene su cuerpo».

Por el rabillo del ojo, percibí a mi cuñado tropezar y casi colapsar hasta que Marco le agarró, tratando de estabilizarlo.

Dijo: “Espera, hermano. Todavía está con nosotros. No podemos perder la esperanza. Tiene que haber una forma”.

Con la creencia de mi esposo, yo, él, Eric y Oliver nos dirigimos al territorio ahora desocupado de Dorian.

Así pues, buscamos en su biblioteca, dormitorio, despacho y demás lugares que se nos ocurrían, indagando en cualquier cosa que pudiera brindarnos más información relacionada con la magia negra sacrificial.

Transcurrieron dos días agotadores, donde ninguno de nosotros durmió, desesperados por encontrar algo que lograra salvar a Cathy.

Entonces, ubiqué un libro antiguo, escondido debajo del colchón de Dorian.

Efectivamente, hablaba únicamente sobre este tema, y la esperanza creció con ello.

Ojeé sus páginas.

El tomo registraba que, una vez lanzado el encantamiento, no había forma de detenerlo, incluso si la bruja responsable moría.

A menos que…

Mi corazón se encogió.

“A menos que haya un voluntario dispuesto a renunciar a su vida para ocupar el lugar de la persona sacrificada originalmente”.

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