Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 288
Capítulo 288:
Al poco tiempo, el médico le explicó a Susan que harían todo lo posible para salvarla, pero que sus posibilidades de sobrevivir eran bajas.
La sirvienta comenzó a llorar mientras decía: «La diosa de la luna está enojada conmigo.
Me está castigando por mi cobardía, por negarme a decir la verdad solo para protegerme».
Finalmente, la mujer soltó un suspiro y volteó a vernos antes de declarar: «Te diré lo que sucedió.
Mereces saber la verdad, Marco».
Tercer punto de vista
Eric estaba trabajando en su oficina, revisando algunos documentos y tecleando en su computadora cuando alguien llamó a su puerta.
Uno de sus subordinados entró y se inclinó ante el príncipe antes de comenzar a hablar.
“Su Alteza, es respecto a Susan, la sirvienta a la que hemos estado monitoreando todos estos años.
Marco y Oliver la encontraron y fueron a buscarla».
Aunque Eric parecía estar tranquilo después de escuchar la noticia, sus labios se curvaron hacia abajo levemente.
Algo dentro de él se incomodó, estaba molesto porque su hermano se había vuelto muy insistente por descubrir la verdad.
El subordinado le entregó varias fotografías, colocándolas sobre su escritorio.
Estas mostraban a Marco, Oliver y Susan conversando en un restaurante y fuera de la casa de la mujer.
Para Eric, eso no cambiaba nada.
Su hermano simplemente había acelerado sus planes para erradicarlo.
Además, el resto de sus maquinaciones iban de acuerdo al plan.
“¿Y cómo está Lily?»
«Todo normal.
Aún sigue en su celda, aunque se está impacientando».
«Bueno, ya no tendrá que esperar mucho más.
La hora ha llegado».
Su subordinado se inclinó en señal de que había entendido su orden.
«Lo haré de inmediato, su alteza», dijo el hombre, antes de salir de la habitación.
Mientras tanto, y en otra parte del reino,
Tanya había vuelto del hospital y llevaba a Claire a casa de Vivian.
La mujer quería pasar tiempo con su familia debido a que su esposo no estaba.
Mientras la pequeña jugaba con su abuela, ella leía el cuaderno de Margaret.
Tanya pasaba las páginas con cuidado, prestando atención a cada perfume que veía mientras trataba de discernir con qué había sido envenenado el rey.
Finalmente, la mujer se encontró con una página que describía a la perfección todos los síntomas de Joseph.
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