Capítulo 232:

Fue entonces cuando recordé las palabras de Caspian. Intentando actuar con naturalidad, pasé mi mano por su cuello para apartar sus mechones de cabello.

Al ver la marca de una mordedura increíblemente familiar, abrí los ojos con sorpresa.

Punto de vista de Tanya

Cuando sentí la mano de Marco sobre mi nuca, se me puso la piel de gallina.

Por un momento me pregunté por qué había apartado mi cabello de allí. ¿Acaso había algo raro?

«¿Sí pudiste subirlo?», le pregunté.

«Sí, ya está listo».

Cuando sentí que el vestido ya estaba asegurado, me di la vuelta para verlo a la cara.

Me sentía un poco extraña con ese atuendo, especialmente porque tenía la sensación de que mis curvas y pechos resaltaban mucho.

«¿Crees que me veo bien?»

Marco dio un paso atrás para poder verme mejor.

Cuando terminó de inspeccionarme, me miró a los ojos y dijo: «Te ves hermosa».

Sus palabras me hicieron sonrojar.

Sin embargo, noté que algo pasaba por su mente, pues parecía preocupado.

En cuestión de un segundo, su expresión desapareció y volvió a mirarme como si nada estuviera sucediendo.

Pensé que tal vez los nervios por lo que estaba a punto de ocurrir me habían hecho imaginar algo que en realidad no estaba allí.

Debido a que la boda había sido improvisada, la recepción fue bastante pequeña.

A pesar de todo, Caspian nos ayudó a que la ceremonia pudiera realizarse en el bosque.

El hombre alquiló sillas, colocó una alfombra por donde pudiéramos pasar y preparó un hermoso altar en forma de arco, lleno de flores.

Todos los presentes sabían por qué estábamos haciendo esto; sabían que era la última voluntad de Barlow.

No me sorprendió escuchar que él mismo oficiaría la boda, pues Caspian realmente era un experto en todo.

A pesar de que no era lo habitual, Marco y yo decidimos que lo mejor sería caminar juntos hasta el altar.

La razón detrás de nuestra decisión fue que mi padre no estaba presente, y para ser honesta, aunque la ceremonia hubiera sido real, no me habría gustado que mi familia estuviera allí.

Mientras pensaba en todo eso, finalmente escuché que la música comenzaba a sonar.

Marco se acercó, se puso de pie a mi lado y levantó su brazo para que pudiera tomarlo.

«¿Vamos?»

Inhalé para tratar de calmarme y asentí.

Salimos del probador y comenzamos a caminar.

El sol estaba en su punto más alto, y sus rayos iluminaban las flores y los árboles a nuestro alrededor, llenándolos de vida.

El aroma de las flores de la luna azul nos envolvía mientras caminábamos lentamente por el pasillo.

Los únicos asistentes eran Caspian, Dylan, Lisa y la pequeña Claire.

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