Embarazada de una noche con el Alfa
Capítulo 202

Capítulo 202:

Rápidamente anoté una lista del equipo, los ingredientes y las materias primas que necesitaría para fabricar el perfume. Con el bolígrafo en la mano, mis dedos se precipitaron sobre la página en un desorden de garabatos al ser consciente del tiempo. Cuando terminé, me dirigí a la única persona que conocía todos los artículos de la lista, porque había sido él quien había montado toda mi perfumería…

Cuando…

Oh, no…

Tartamudeé, paralizada por la confusión, cuando estaba a punto de entregarle el papel a Marco. Intenté ocultar mi comprensión y mi repentina epifanía. Si Marco no se acordaba de nuestra relación anterior, seguro que tampoco se acordaba del regalo que me había hecho por San Valentín. Qué tonta me sentí, y qué extraña debí de parecer, volviéndome hacia él, solo para quedarme boquiabierta y retirar la mano y el papel tan de repente.

Se sintió confundido por mi vacilación, pero de repente me quitó el papel de las manos sin preguntar nada, probablemente pensando que estaba un poco abrumada.

«¿Es esto lo que necesitas?», preguntó, ignorando mi evidente tartamudeo.

«Sí, pero…»

«Reconozco todas estas cosas; Lily solía usarlas cuando hacía perfumes. Dame las llaves de tu tienda», dijo, tan concentrado y resuelto en el asunto de querer asegurarme la mejor oportunidad posible de triunfar. Yo seguía tanteando con mis palabras.

«Tanya, las llaves», me despertó de golpe, y por fin recuperé algo de movilidad. Le lancé las llaves y observé atónita cómo se apresuró a buscar lo que necesitaba.

No tardó más de cinco minutos en traer dos bolsas enormes. Sin ninguna mesa cerca, me acomodé en el lecho de hierba junto al árbol de la luna azul y descargué todo el contenido de las bolsas.

A pesar de la urgencia de la situación, el ambiente era ligero y tranquilizador, y caí en mi ritmo habitual al crear mis perfumes. Mi actividad poco ortodoxa en la zona también empezó a atraer a algunas personas. Y pronto se formó una multitud para verme trabajar.

Pero no me importaban los ojos curiosos, ya que me encerré en una burbuja de mi propia comodidad mientras hacía lo que más me gustaba. Extraje y molí los ingredientes necesarios. Por la práctica habitual y también por la experiencia de la competición, sabía qué acentos funcionaban bien con el aura del árbol.

Mientras Marco había estado recogiendo mis cosas, yo también me tomé mi tiempo para recoger algunas flores del árbol y añadirlas a mi mezcla. Pero lo más importante era que había elegido ingredientes muy aromáticos y con un olor fuerte. A medida que mi perfume se volvía más denso y completo, pronto parecía que mis cálculos previstos eran correctos. Un momento después de que mi solución comenzó a desprender el olor deseado, una mariposa revoloteó cerca de mí, posándose cómodamente en uno de mis utensilios de perfumería.

Continué trabajando en silencio, mientras notaba que la multitud se hacía cada vez más ruidosa con sus gritos de admiración y asombro. Finalmente levanté la vista y sonreí al ver miles de mariposas de todos los tamaños y colores revoloteando a mi alrededor. Algunas se posaron sobre mi equipo de trabajo, otras se ubicaron sobre mis hombros y mi cabeza, mientras que otras agitaron sus delicadas alas para permanecer cerca de mi perfume, que rezumaba un olor que sabía que era delicioso para las de su especie.

Era un sitio muy bello, de hecho, pero sabía que el siguiente paso sería aún más maravilloso. Aún consciente del tiempo, solo me quedaban un par de minutos. Y aunque Raphael parecía demasiado confiado al principio, ahora no parecía tan seguro de que fuera a perder.

Terminé con mi mezcla y vertí el perfume en un pequeño pulverizador. Las mariposas en reposo se agitaron cuando me levanté. Con la emoción burbujeando en mi pecho, las rocié con un poco del líquido, antes de girarme hacia el árbol. Rocié bastante sobre sus hojas y ramas, y como polillas a la llama, las mariposas persiguieron el aroma en unión.

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