El regreso de la heredera adorada -
Capítulo 88
Capítulo 88:
Elaine y Glenn llegaron a la habitación de Kristine justo cuando Josie empezaba a quejarse en voz alta: «¡Señores Johns, han llegado justo a tiempo! Madisyn empujó a Kristine al suelo y se fue. Incluso después de todo, ¡todavía no dejaba en paz a Kristine!».
La expresión de Elaine se ensombreció, su habitual actitud amable se volvió fría y seria. «¿Es cierto?», preguntó, con voz llena de decepción.
Kristine sintió una pequeña oleada de satisfacción. Quizá sus padres volvían a estar de su lado. «Sí», respondió, con un tono débil y lleno de falsa tristeza. «Madisyn quería que mintiera y dijera que no me había hecho daño, pero cuando me negué, me empujó hacia abajo».
Josie añadió: «Si no hubiera entrado, ¡quién sabe lo que habría pasado!».
El rostro de Glenn permanecía inexpresivo, pero su mirada penetrante llenaba la habitación de una tensión que ponía nerviosa a Kristine. Por una vez, pensó que por fin había ganado: Madisyn estaba a punto de atenerse a las consecuencias.
Entonces, Elaine volvió a hablar, su voz inusualmente calmada pero escalofriante. «Kristine, realmente me has decepcionado.»
Las palabras golpearon a Kristine como un mazazo. La confusión nubló su expresión mientras miraba a su madre con incredulidad. «¿Qué?», balbuceó.
Elaine continuó: «Tienes que reflexionar sobre tus actos. Hasta entonces, no puedes volver a casa». La frialdad de su voz no dejaba lugar a discusiones.
La satisfacción de Kristine se esfumó en un instante. Nunca había esperado que su madre, que siempre la había apoyado, se volviera contra ella. La mirada silenciosa pero desaprobadora de Glenn era aún peor.
Sin decir una palabra más, Elaine y Glenn se dieron la vuelta y salieron de la habitación, dejando a Kristine en estado de shock.
«¡Elaine Johns!» gritó Kristine, con la voz llena de desesperación. Elaine se detuvo en la puerta, pero no se volvió.
«Sé que no soy tu verdadera hija», dijo Kristine, con voz temblorosa. «¡Pero siempre prometiste tratarme como si lo fuera! Desde que Madisyn regresó, la has favorecido. Y ahora, después de que me lastimó, ¿me culpas? ¿Cómo puede ser justo?»
Elaine se giró finalmente para mirarla. «¿Es eso realmente lo que piensas? Kristine, sabemos lo que has hecho».
«¿Qué he hecho?» Kristine escupió, su voz amarga. «Todo lo que hago te parece mal, mientras que todo lo que toca Madisyn se convierte en oro, ¿verdad?».
Los ojos de Elaine se llenaron de tristeza y el rostro de Glenn se endureció aún más. «Kristine», dijo con firmeza, «hemos permitido este comportamiento durante demasiado tiempo. Cuídate».
Y con eso, se fueron.
Josie estaba visiblemente enfadada. «¡Su favoritismo es escandaloso!», echó humo.
Kristine sintió una mezcla de rabia y desesperación. Se suponía que debían ponerse de su parte. ¿Cómo pudo salir todo tan mal? Las lágrimas corrían por su rostro mientras yacía en la cama, sintiéndose totalmente derrotada. En ese momento, su teléfono sonó con una alerta de noticias de actualidad.
Kristine, demasiado alterada para preocuparse al principio, miró distraídamente la pantalla. El corazón le dio un vuelco cuando vio el titular: ¿La verdad tras la caída de Kristine?
Le temblaron las manos al desbloquear el teléfono y abrir el artículo. Lo que vio le heló la sangre: una transmisión en directo desde el hospital había sacado a la luz toda la conversación entre ella y Madisyn. Ahora el mundo sabía que Kristine había intentado inculpar a Madisyn.
«No, no, no…», susurró incrédula, dando golpecitos en el vídeo. Mientras miraba las imágenes, sintió como si todo su mundo se desmoronara. Todo lo que había planeado, todo lo que había planeado, estaba ahora al descubierto para que todo el mundo lo viera.
Josie, al darse cuenta de su angustia, se asomó por encima del hombro de Kristine y vio también el vídeo. Su expresión pasó de la ira a la inquietud al ver en tiempo real las palabras crueles y manipuladoras de Kristine. «Kristine, ¿esto es real?», susurró, horrorizada.
Kristine no podía responder. Su mente se aceleró, su respiración se aceleró. ¿Cómo había conseguido Madisyn transmitir toda la conversación? Ella no había notado nada raro.
Madisyn me tendió una trampa. pensó Kristine, hirviendo de rabia. Pero ya no podía negar la verdad. Todo el mundo sabía que había intentado sabotear a su hermana.
Josie, sintiéndose profundamente incómoda, salió en silencio de la habitación.
«¡Bang!»
El sonido de objetos destrozados resonó en el pasillo mientras Kristine, abrumada por la ira y la desesperación, empezó a tirar cosas en su habitación. Su plan, cuidadosamente elaborado, se había desmoronado por completo. Ahora, lo único que podía hacer era gritar en el silencio.
¿Por qué había salido todo tan mal?
Mientras tanto, Elaine y Glenn probablemente también habían visto la transmisión en vivo, y Kristine ahora entendía por qué la habían tratado con tanta frialdad.
Su verdadera pesadilla acababa de empezar.
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