El regreso de la heredera adorada -
Capítulo 696
Capítulo 696:
«Entonces deberías volver y descansar un poco», sugirió ella.
Cuando Andrew regresó a su habitación, estaba sentado en su escritorio, mirando distraídamente el anillo que llevaba en el dedo. Un dolor hueco lo carcomía, como si hubiera olvidado a alguien, a alguien importante.
Y esa persona… ¿Quién era?
Un dolor agudo le atravesó el pecho, tan intenso que se agarró el corazón, como si se lo estuvieran desgarrando. Se obligó a bajar el dolor, pero cuando se miró al espejo, se sobresaltó al ver que se le llenaban los ojos de lágrimas.
Al día siguiente, Babette encontró otra razón para convocar a Andrew, dando a Madisyn la oportunidad de tratarle de nuevo. Aunque se amaban profundamente, Madisyn tuvo que llevar un velo delante de él.
«Mañana es la ceremonia de compromiso. ¿Recuperará Andrew la memoria para entonces?» preguntó Babette.
Madisyn miró al dormido Andrew, con su delicada mano rozándole ligeramente la cara. Sus ojos estaban llenos de un dolor que parecía no tener fin.
«No lo sé», respondió en voz baja.
«Tal vez deberíamos encontrar la forma de interrumpir la ceremonia de compromiso», sugirió Babette. Su suave elegancia se vio momentáneamente ensombrecida por una firme determinación.
«¿Qué tiene en mente, Su Majestad?» preguntó Madisyn.
«Si la novia no se presenta, la ceremonia no podrá celebrarse», respondió Babette con calma.
Madisyn se quedó brevemente atónita, sorprendida por la decisión de Babette.
«Espero que esta vez recupere algo de memoria», murmuró.
Babette asintió, con tono firme. «Yo también lo espero». Ninguna de las dos se dio cuenta de que las pestañas de Andrew se agitaban débilmente mientras hablaban.
Cuando terminaron su conversación, ambas volvieron los ojos hacia él, con expresión más seria que antes. Su recuperación no sólo era importante para su relación con Madisyn, sino también para la seguridad de ambas naciones.
Los minutos pasaron lentamente y, por fin, Andrew empezó a despertarse con el suave y persistente aroma del sándalo. «¿Cómo te encuentras? le preguntó Babette, estudiándole atentamente con la mirada.
«Me siento muy bien», respondió Andrew con una sonrisa, mientras su mirada se posaba en Madisyn. Esta vez no había desaparecido. La miraba con una intensidad que era cualquier cosa menos la mirada perdida de un extraño.
Sus ojos, profundos y escrutadores, parecían reconocerla, haciendo que tanto el corazón de Madisyn como el de Babette dieran un vuelco.
¿Lo habían conseguido?
¿Andrew había recuperado por fin la memoria?
«¿Y quién puede ser?» preguntó Andrew.
Madisyn, conteniendo la oleada de emociones en su interior, levantó lentamente su velo.
Su impresionante belleza quedó al descubierto, y un parpadeo de sorpresa pasó por los ojos de Andrew. Aquella fugaz reacción provocó una oleada de excitación tanto en Madisyn como en Babette.
Parecía que Andrew había recuperado realmente la memoria.
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