El regreso de la heredera adorada
Capítulo 694

Capítulo 694:

Una calidez se deslizó por las mejillas de Savannah, y un rubor poco común se extendió de inmediato por su rostro. Andrew era realmente ajeno, o estaba fingiendo?

Su naturaleza suspicaz empezó a acosarla. ¿Y si Andrew no había perdido realmente la memoria? ¿Y si simplemente le seguía el juego? Después de todo, ¿cómo podría resistirse a una mujer tan bella y apasionada como ella?

Suavemente, y con tono tímido, Savannah habló: «No es así. Acabo de darme cuenta de que no me has besado estos días».

«¿Ah, eso? Bueno, siempre pienso que es mejor guardar esas cosas para después de nuestra boda», respondió Andrew con seriedad.

Savannah se quedó momentáneamente sin palabras. No pudo evitar preguntarse si Andrew había actuado de la misma manera cuando estaba con Madisyn.

Savannah no acababa de creérselo. Pero al mirar los ojos amables y concentrados de Andrew, una sensación de desorientación se apoderó de ella. ¿De verdad podía haber un hombre tan casto en este mundo? Apretó los puños con fuerza. No le permitiría estar con nadie más.

No le importaba si Andrew había sido casto o no en su vida pasada. Ahora que estaban juntos, haría lo que fuera para asegurarse su lealtad.

Aun así, quería saber: ¿Se abstenía de besarla porque fingía haber perdido la memoria?

«Pero no me importa», dijo ella, con voz suave pero firme. «Ahora somos pareja. Una boda es sólo una ceremonia. Podemos hacer lo que hacen las parejas, ¿no? A menos que… ¿no me quieras?».

Mientras hablaba, Savannah miró a Andrew con una pizca de dolor en los ojos.

«¿Cómo puedes decir eso?». Andrew respondió rápidamente, con tono tranquilizador. «Claro que te quiero. Todo lo que he estado haciendo últimamente es por ti».

«¡Humph!» Savannah se cruzó de brazos con fingida indignación. «No me lo creeré hasta que me beses».

Se inclinó hacia él, sus alientos se mezclaron, sus labios a escasos centímetros de los de él. Fingió ser tímida, pero sus ojos observaban atentamente todos sus movimientos.

Los profundos ojos de Andrew permanecían inescrutables, como oscuras profundidades oceánicas que esconden secretos. Su mirada era tranquila e impenetrable, sin mostrar ningún atisbo de emoción.

El rostro de Savannah se ensombreció lentamente al notar su falta de respuesta. ¿Realmente fingía haber perdido la memoria?

Antes de que pudiera llegar a ninguna conclusión, Andrew se inclinó lentamente aún más hacia ella. El mundo a su alrededor pareció desdibujarse y, al hacerlo, todas sus sospechas se desvanecieron con la calidez de su mirada firme.

Pensó que había hecho todos los preparativos necesarios. ¿Cómo era posible que Andrew no hubiera perdido la memoria?

Su corazón se aceleró mientras esperaba su beso. Sus labios estaban a punto de rozarse cuando…

«Alteza, la reina desea ver a Andrew», interrumpió de pronto una voz, interrumpiendo el momento.

El rostro de Savannah se ensombreció de inmediato. «¿Por qué quiere ver a Andrew?

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