Capítulo 680:

«Andrew, tu memoria ha sido alterada por alguien», dijo Madisyn con suavidad. «Soy tu prometida». Le cogió la mano, intentando refrescarle la memoria. «Fuiste traído aquí por la gente de Savannah. Su objetivo es que te cases con Savannah para poder controlar Aswil más fácilmente».

De repente, el sonido de varios pasos resonó en el pasillo. Estaba claro que los pasos pertenecían a un grupo de personas. Su aproximación sólo significaba una cosa: su presencia había sido descubierta.

Madisyn estaba sola y sabía que no podría enfrentarse a los guardias reales ella sola. No tuvo más remedio que dejar atrás a Andrew.

Antes de huir, lo miró y le dijo: «Volveré a por ti. Si me echas de menos, mira tu anillo». Respirando hondo, abrió la ventana, echó un rápido vistazo a la habitación y saltó.

En cuanto saltó, los guardias aparecieron en la puerta, con Savannah al frente del grupo.

«Alguien ha estado aquí», dijo Savannah con expresión grave. Encendió las luces y examinó la habitación en busca de señales de otra presencia. Al no encontrar nada, su mirada se fijó en la ventana.

Estaba a punto de acercarse a ella cuando Andrew habló. «No ha venido nadie. Estoy un poco cansado. Quiero descansar».

Andrew estaba confuso. No entendía por qué estaba encubriendo a la mujer que acababa de conocer.

Los ojos de Savannah se entrecerraron, escrutando a Andrew con suspicacia. «Estás mintiendo. Acabas de hablar con alguien».

Caminó hacia él, mirándole a la cara con una mezcla de dolor y acusación. «Me prometiste que serías bueno conmigo para siempre. Estamos a punto de comprometernos. ¿Cómo puedes mentirme?».

Cuando Andrew escuchó estas palabras, los recuerdos de él y Savannah inundaron su mente. Aunque sólo se habían conocido hacía seis meses, su vínculo era muy fuerte. Se había enamorado de ella a primera vista y le había costado mucho esfuerzo conquistarla.

Se había jurado a sí mismo que la trataría bien el resto de su vida. ¿Cómo podía romper esa promesa ahora?

Andrew se sintió confundido. Instintivamente preguntó: «¿Me has mentido alguna vez?».

Un destello de sorpresa cruzó los ojos de Savannah, pero fue fugaz. Ella respondió rápidamente: «¿Mentirte? ¿Cómo podría hacerlo?».

Se inclinó más hacia ella y añadió con voz suave y persuasiva: «Pronto nos comprometeremos. ¿No somos los más importantes el uno para el otro?».

Andrew se quedó callado.

La expresión de Savannah se suavizó. Le cogió la mano y le dijo preocupada: «Puede que conocer a mi padre y a los demás estos últimos días te haya agotado. Ahora deberías descansar».

Andrew asintió, sin decir nada. Savannah le apretó ligeramente la mano, sonrió y se marchó con sus guardias.

Mientras tanto, Madisyn había conseguido aterrizar abajo. Inmediatamente noqueó a un guardia cercano y se puso su uniforme. Era su única forma de salir del palacio sana y salva.

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