Capítulo 640:

Nunca había tenido una buena impresión de Jada, y estaba aún más disgustado con ella después de este incidente. Era la primera vez que Jada recibía palabras tan duras de un anciano. Su rostro se sonrojó y la vergüenza se apoderó de ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

«Abuelo, ¿cómo puedes decirle eso a Jada? Sólo intenta ayudarme».

Wesley no soportaba ver cómo regañaban así a Jada.

Wesley apenas terminó su frase cuando otro golpe cayó sobre él, dejándolo hirviendo de frustración. «Abuelo, sé que los negocios no son mi fuerte, pero he hecho todo lo posible por entender las cosas. Nadie aprende a dirigir una empresa de la noche a la mañana. ¿Por qué no me das un poco más de tiempo para probarme a mí mismo?».

«Eres terco como una mula. ¿No ves lo que está pasando? Jada está jugando contigo como un violín, usándote para meterse en la piel de Madisyn. Ve a calmarte y piensa en lo que has hecho». La furia de Clayton ardía. Los guardaespaldas intervinieron, dispuestos a retirar a Wesley de la escena.

Jada se demoró torpemente, sintiendo que era el momento de marcharse. Clayton le lanzó una severa advertencia. «No te acerques a Wesley. Si te vuelvo a pillar manipulándolo, te arrepentirás».

Jada guardó silencio.

Al salir del edificio del Grupo Lambert, Jada apretó los puños y todo su cuerpo temblaba de rabia. Wesley había sido quien la perseguía, y ella se había rebajado sólo para permanecer a su lado. ¿Cómo se habían torcido tanto las cosas que ahora era ella la menospreciada?

¡Maldito Clayton! Nunca la quiso cerca de Wesley. Pero cuanto más la presionaba, más decidida estaba a aferrarse a él. Al fin y al cabo, Wesley era la única persona del círculo de élite de Ansport que seguía de su lado.

La determinación de Jada se endureció.

La noticia del regreso de Zahir corrió como la pólvora por toda la ciudad. Los más contentos de todos eran los empleados del Grupo Lambert: Zahir era mucho más competente que Wesley y, con él de vuelta, sus temores de que la empresa se viniera abajo se desvanecieron.

El alboroto en la ciudad no se calmó. Apenas una semana después, Susan, hija del jefe del Grupo Riggs, se comprometió con Dane, director general del Grupo Johns.

Durante la ceremonia de compromiso, Esteban hizo un anuncio sorprendente: Susan se convertiría en la futura líder del Grupo Riggs. La noticia hizo vibrar a la multitud.

Todos los ojos se volvieron hacia Susan, que ahora brillaba de admiración. Mientras tanto, Madisyn miraba, llena de alivio y orgullo. Susan lo había conseguido. No sólo se había…

Comprometida con el hombre que amaba, Susan también había conseguido hacerse con el control del Grupo Riggs. Su sueño ya no era sólo una esperanza lejana, ahora se había convertido en su realidad.

Andrew apretó suavemente la mano de Madisyn y ella sonrió. «Estoy muy contenta», dijo en voz baja.

«Lo sé», le susurró él.

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