Capítulo 616:

Mirando fijamente el elegante deportivo, Zahir sintió que los recuerdos se agitaban, como si estuvieran al alcance de la mano. Atraído por la sensación, dio un paso adelante y pasó la mano por el coche. Le resultaba familiar.

«¿Por qué no damos una vuelta? sugirió Madisyn.

Zahir se deslizó en el asiento del conductor, sintiendo al instante como si él y el coche fueran uno.

Waylon se inclinó hacia Madisyn y susurró: «Zahir fue imbatible en su día, con múltiples campeonatos. Pero han pasado años. ¿Estás seguro de que debe conducir?»

«¿Por qué no echas una carrera amistosa con él?». dijo Madisyn con una sonrisa.

«Claro, pero ¿no es un poco injusto?» Waylon preguntó, rascándose la cabeza.

«Es sólo una carrera amistosa para ayudar a Zahir a volver a la rutina», aseguró Madisyn.

Waylon asintió con la cabeza y Zahir hizo lo mismo.

Se dirigieron a un hipódromo privado y comenzaron la carrera. Al margen, Madisyn, Andrew y otro miembro del equipo vigilaban de cerca.

Una ola de tensión se cernía sobre el grupo.

No se trataba sólo de que Zahir recuperara la memoria, sino de su oportunidad de participar en la competición internacional. Podían soportar perder, pero ¿renunciaban antes de empezar? Eso era inaceptable.

La mirada de Andrew permaneció fija en el coche de Zahir, sin pestañear.

Cuando empezó la carrera, el coche de Waylon se disparó hacia delante, dejando a Zahir a la zaga. En pocos minutos, Waylon había recorrido la mitad de la pista, y el coche de Zahir seguía a la vista.

El miembro del equipo suspiró. «Zahir no ha corrido en años, no hay forma de que vuelva al ritmo tan rápido».

La ansiedad se apoderó de él: ¿y si no podían competir mañana?

Apenas había soltado las palabras cuando el coche de Zahir desapareció de su vista en un instante. El susto se apoderó de todos y fue rápidamente sustituido por una explosión de emoción.

Al volante, Zahir vio pasar el paisaje. La velocidad le llenó de vida, vibrante y estimulante, como un toque de color tras interminables días grises.

Zahir pisó el acelerador, el coche rugió hacia adelante hasta que vio a Waylon en la distancia.

Sin darse cuenta de que Zahir se acercaba, Waylon condujo a un ritmo constante, sin forzar demasiado la marcha.

Con un suspiro, pensó que su hermana había sobrestimado a Zahir: correr con alguien tan falto de práctica parecía inútil.

¡Whoosh! Un rayo rojo pasó en un instante.

Waylon parpadeó con incredulidad. Cuando se puso a pensar, Zahir ya había cruzado la línea de meta. Se frotó los ojos, convencido de que estaba viendo cosas.

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