El regreso de la heredera adorada -
Capítulo 590
Capítulo 590:
La ira creciente apretó el pecho de Wesley. Un joven rico que rara vez se había topado con el engaño, ahora se enfrentaba a la traición de frente. Por primera vez, había sido engañado a fondo y por completo.
Estiró la mano para quitarle la máscara a Rosemarie, decidido a ver quién era la impostora.
Rosemarie lo esquivó instintivamente, presa del pánico.
No podía permitirse que la descubrieran.
Con el temperamento de Wesley, sabía que la arruinaría si descubría quién era en realidad.
Madisyn observó el desarrollo de la escena, sin prever el repentino movimiento de Rosemarie. En un instante, Rosemarie se abalanzó sobre ella, arrancándole el velo.
El velo cayó al suelo y, a pesar de los rápidos reflejos de Madisyn, ya era demasiado tarde: su rostro había quedado al descubierto.
«¡Madisyn!»
Wesley jadeó, completamente sorprendido.
No había estado tan aturdido en todo un año, su mente daba vueltas de incredulidad.
«¡Eres tú, Madisyn!» Rosemarie se defendió rápidamente. «¡Esto es una trampa! Nunca he dicho nada de eso. Es todo generado por la IA».
La mirada de Madisyn se endureció y sus fríos ojos se clavaron en Rosemarie.
Wesley apretó los puños, con la frustración a flor de piel. «Así que así son las cosas, Madisyn. Sabías que hoy vendría a ver a la doctora Mia, así que te hiciste pasar por ella sólo para engañarme y hacerme dudar de Rosemarie, ¿verdad?».
Madisyn, sin interés en dar explicaciones, se limitó a responder: «Si no me crees, no dudes en consultar a otro médico. El diagnóstico será el mismo».
Con eso, se dio la vuelta y salió de la habitación.
Wesley sintió el impulso de correr tras Madisyn, pero vaciló y volvió a mirar a Rosemarie. La confusión nublaba sus pensamientos.
Rosemarie percibió su confusión, su voz suave y tranquilizadora. «Wesley, no pasa nada. Madisyn es tan astuta que es normal que te haya engañado».
Wesley permaneció en silencio, con expresión sombría, mientras se daba la vuelta y se marchaba.
Una vez fuera, llamó a su abuelo.
«Abuelo, la doctora Mia no…».
«No, sí lo hizo», respondió Clayton, con tono seguro.
«Pero yo no la vi», replicó Wesley, frunciendo el ceño, confundido.
«Qué raro», dijo Clayton, sonando desconcertado. «¡Me envió un mensaje diciendo que había llegado!».
La mente de Wesley daba vueltas. ¿Podría ser Madisyn realmente la doctora Mia? Vagaba sin rumbo por la calle, con la mente entumecida y enredada, incapaz ya de discernir lo que era real y lo que era falso.
En medio de su confusión, sonó su teléfono: era Jada.
«Wesley».
Él murmuró: «Jada…».
Ella dijo: «Sé que te sientes confundido, y yo también, pero no le demos demasiadas vueltas. Centrémonos en la competición y veamos si ella puede llevarnos a una victoria internacional».
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