El regreso de la heredera adorada
Capítulo 384

Capítulo 384:

Los internautas creen que el jefe de una empresa debe estar ocupado trabajando en la oficina, sobre todo justo antes del lanzamiento de nuevos productos. Les parecía poco probable que el jefe saliera a pasear. Si el jefe podía permitirse estar tan relajado, razonaban, probablemente no le importaban mucho sus negocios. Tanto el Grupo Klein como la empresa tecnológica de Corbett iban a lanzar sus nuevos productos el mismo día: uno por la mañana y el otro por la tarde. En ese momento, la expectación era mayor por los productos desarrollados por la empresa de Corbett.

Al ver eso, Madisyn pensó que Corbett era realmente insidioso, maquinando contra Andrew de esa manera. Su atención hacia Andrew le resultaba irritante.

Madisyn envió un mensaje a Andrew: «Tenías razón. Ahora somos la comidilla de la ciudad. Puedo ayudarte a manejar esto; Corbett realmente es un poco molesto».

En la oficina del Grupo Klein, el asistente de Andrew estaba a su lado, listo para ponerle al corriente de los rumores en Internet. Sin embargo, después de leer los comentarios, Andrew no se enfadó; de hecho, le parecieron divertidos.

En medio de los comentarios críticos, a algunos internautas les llamó la atención lo atractivos que eran Andrew y Madisyn, y no tardaron en convertirse en fans. «Él es tan guapo y ella tan guapa. Es una delicia sólo mirarlos».

«Qué pareja tan perfecta del mundo de los ricos. Me caen muy bien. Espero que sigan juntos para siempre».

«Deben estar realmente enamorados, ¿verdad? Estoy tan celosa».

Cuanto más leía Andrew estos comentarios, más amplia se hacía su sonrisa. El asistente, al observar esto, se quedó callado. ¿No se daba cuenta su jefe de lo indigno que parecía ahora? Tenían que abordar este asunto de la opinión pública: ¿por qué seguía leyendo estos comentarios?

Justo entonces, Andrew recibió un mensaje de Madisyn. Cambió su atención y respondió: «Todo está bien. Yo me encargo. No te preocupes, cariño. Además, hay algunos comentarios agradables».

Madisyn se quedó perpleja tras leer su respuesta. ¿Había realmente algún comentario bueno? Andrew le transmitió algunos de los comentarios positivos. Madisyn se quedó callada. ¿En qué estaría pensando Andrew? Se frotó la frente, frustrada.

Andrew no tomó ninguna medida en relación con los comentarios en línea. Mientras tanto, se acercaban los tan esperados lanzamientos de nuevos productos. La gente estaba ansiosa por obtener mejores productos tecnológicos.

Madisyn recibió un mensaje de Elaine diciendo que Howard había estado en la empresa últimamente. Elaine esperaba que Madisyn pudiera visitarlo, así que aceptó de inmediato. Visitó el Grupo Klein y vio a Andrew.

Sus llamativos rasgos mostraban una expresión seria mientras salía. Casi todo el mundo a su alrededor se quedó mirando. Su porte distinguido y distante le hacía parecer un rey que inspiraba respeto y admiración.

Sin embargo, en cuanto vio a Madisyn, su fría actitud desapareció. Esbozó una leve sonrisa, y los que estaban cerca notaron el cambio. Siguieron su mirada hacia Madisyn.

«¿Es la futura Sra. Klein?»

«Es tan hermosa».

«Realmente son la pareja perfecta».

Todo el mundo envidiaba su pareja. Ambos eran atractivos y de clase acomodada, por lo que eran objeto de admiración.

El ayudante, al oír los comentarios de admiración, se irguió un poco más. Acompañaba con frecuencia a Andrew en sus visitas a Madisyn. Cada vez que presenciaba sus interacciones, sentía una sensación única de satisfacción. Ah, era un tipo de felicidad que no todo el mundo podía experimentar.

«Pero creo que la futura señora Klein parece bastante joven. Debe de tener poco más de 20 años. ¿No es nuestro jefe bastante mayor que ella?», dijo alguien.

La cálida presencia de Andrew se enfrió de repente. El asistente se estremeció y miró a la multitud, preguntándose quién estaba tan ciego. ¿Cómo podía alguien decir algo así?

Pero para entonces, Madisyn ya estaba delante de Andrew.

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