El regreso de la heredera adorada -
Capítulo 284
Capítulo 284:
Como de costumbre, Madisyn se puso en contacto con Susan. «¿Sigues agobiada? Cuando termines con el tema, me pasaré a verte».
Susan respondió: «Claro, te avisaré si estoy libre».
Madisyn se sintió un poco más tranquila después de ver el mensaje.
Susan, tras responder, se sumergió de nuevo en su trabajo. Su trabajo durante el día era duro y físicamente exigente, pero el dinero rápido hacía que mereciera la pena. Susan no rehuía el trabajo duro, sólo necesitaba el dinero, y rápido.
En medio de su ajetreado día, alguien la interrumpió de repente. Levantó la vista, sobresaltada, y vio a Onyx, con el rostro demudado por la ira. Sin previo aviso, alargó la mano para abofetearla.
Pero Susan no iba a permitirlo. Le apartó la mano con una fuerza sorprendente. Su fuerza física había aumentado debido al exigente trabajo que había realizado últimamente. Onix se sorprendió. No esperaba que Susan se defendiera, y mucho menos que lo empujara así.
La miró fríamente. «¡Susan, te subestimé!»
Igualando su tono gélido, Susan replicó: «Yo también te subestimé». Ambos sabían que había más en sus palabras de lo que se decían.
Onix se burló. «Susan, ambos somos parias de nuestras familias. Si consigo convertirme en el líder de la familia, tú también te beneficiarás. Pero eres demasiado terca para verlo».
«¿Debería estarte agradecida por prostituirme como si fuera una mercancía?». Susan respondió, con una voz cargada de ironía.
«Todas las familias ricas lo hacen», replicó Onix, con el rostro lleno de desdén. «Si no ofreces nada a cambio, ¿por qué iban a apoyarte? No eres especial: otras familias ricas han hecho lo mismo. ¿Por qué tú no? En su mente, las mujeres no eran más que monedas de cambio.
Susan preguntó: «¿Eso incluye a tu madre?».
La expresión de Onyx se ensombreció. Volvió a levantar la mano, pero algo en los ojos de Susan lo detuvo. Sabía que si la golpeaba, ella no dudaría en contraatacar.
Bajando la mano, Onyx preguntó: «¿Qué pasa entre Dane y tú?».
«Nada», dijo Susan con frialdad, aunque su corazón se estremeció de dolor.
«¿Nada?» La voz de Onyx se elevó. «¿Entonces por qué Dane atacó a mi familia? ¿Te das cuenta de que mi familia está arruinada?».
De repente, agarró a Susan por el hombro y le preguntó: «¿Eres su amante? Pretendes tener respeto por ti misma, pero no eres diferente de esas mujeres hipócritas: ¡actúas con pureza mientras no eres mejor que una puta a puerta cerrada!».
¡Una bofetada!
Onix recibió un fuerte golpe en la cara. La fuerza de la bofetada le hizo tambalearse. La incredulidad se dibujó en sus facciones mientras se volvía lentamente hacia Susan. «¿Cómo te atreves a pegarme?», le preguntó, con la voz entrecortada por la sorpresa.
Susan lo miró con una mezcla de lástima y determinación. «Ahora entiendo por qué tu familia te abandonó. La gente como tú está atrapada en sus propios delirios».
«¿Me equivoco?» Onix respondió, tambaleándose al borde de la desesperación. «¿Por qué si no iba Dane a atacar a mi familia? Está arruinada».
¿La familia Norris estaba arruinada?
Susan abrió los ojos con incredulidad. La familia Norris tenía profundas raíces en Ansport; era difícil comprender su caída.
«Tal vez te cruzaste con la gente equivocada», dijo. Dane no habría hecho esto por ella.
«Fueron Dane y la familia Klein», escupió fríamente Onix. «¿Y todavía afirmas que no tiene nada que ver contigo?».
¿Dane y la familia Klein?
Si esas dos fuerzas se unieran, podrían poner de rodillas a la familia Norris. Pero, ¿por qué se involucraría la familia Klein?
A medida que las piezas encajaban, Susan se dio cuenta de la verdad. Sin embargo, era casi inimaginable que Dane destruyera una familia entera sólo por ella.
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