Capítulo 163:

Susan, sentada junto a Madisyn, sintió unas ganas irrefrenables de aplaudir. El agudo ingenio de Madisyn era cautivador, y Susan deseaba que continuara.

«De acuerdo, es raro que nos reunamos así. Disfrutemos de una comida juntos», sugirió alguien, intentando hacer de pacificador.

Cuando todos empezaron a comer, la sala se calmó, aunque la conversación giraba constantemente en torno a Jenna y Gilbert.

Susan, ignorándolas, se inclinó hacia Madisyn y le preguntó: «¿Qué te retuvo?».

«Me encontré con algunos problemas por el camino», respondió Madisyn, con la voz teñida de una leve frustración.

El «problema» era Andrew. Sabiendo que Madisyn asistiría a una reunión en la que estaría presente Gilbert, había sentido una punzada de celos y la había besado apasionadamente en el coche, dejándola luchando por no aparecer con los labios hinchados.

Justo entonces, un hombre se acercó y levantó su copa hacia Madisyn. «Un brindis por ti, la chica más guapa de nuestra escuela».

Madisyn levantó la vista, dándose cuenta de que no reconocía al hombre.

«Lo siento, no me gusta beber», dijo sin rodeos.

«¿Sabes qué ha estado haciendo Asher estos días, Madisyn? No deberías despedirlo tan rápido», intervino Teresa con una sonrisa maliciosa.

Resultó que el hombre era Asher Cruz, que había perseguido a Madisyn durante sus años de instituto. Pero ahora, ella no tenía ni idea de lo que él pretendía. Asher, confundiendo su indiferencia con ignorancia, empezó a fanfarronear: «Ahora trabajo en la empresa de mi padre. Es un grupo que cotiza en bolsa y tiene vínculos con la familia Santos y otras familias poderosas. Madisyn, sé que lo estás pasando mal. Si alguna vez necesitas ayuda, estoy aquí. Somos viejos compañeros de clase, y no me quedaré de brazos cruzados».

Mientras hablaba, Asher alargó la mano para tocar el hombro de Madisyn.

Susan sintió que le hervía la sangre, pero antes de que pudiera actuar, Madisyn agarró la mano de Asher y la apartó de un empujón, haciendo que su mano se golpeara contra la pared con un ruido sordo.

La sala se quedó en silencio.

Jenna, que había invitado intencionadamente a Asher a la reunión, lo observó con los ojos entrecerrados. Sabía que Asher había admirado alguna vez a Madisyn, pero había dudado demasiado en actuar debido a su elevado estatus como miembro de la familia Chapman.

Ahora que Madisyn había perdido su estatus, Asher vio una oportunidad. Pensó que ella estaría desesperada por ayuda y seguramente dispuesta a aceptar sus avances. Pero no había esperado su firme rechazo.

«Madisyn, ¿cómo te atreves a tratarme así?» se quejó Asher, frotándose la mano dolorida. «Deberías estar agradecida de que me interese por ti. Estar conmigo te aseguraría una vida sin preocupaciones».

«Lo siento, pero aunque fuera ciega, no estaría interesada en ti», replicó Madisyn, con voz gélida e inflexible.

Jenna, presintiendo una oportunidad, intervino con tono amable: «Madisyn, ¿no estás buscando a alguien que cuide de ti ahora? La familia de Asher es casi tan influyente como la familia Santos. Con el tiempo encontrarías la felicidad. Olvídate de Dane. Está completamente fuera de tu alcance».

Asher, envalentonado por las palabras de Jenna, bajó su vaso de golpe y miró a Madisyn con arrogancia. «Si te bebes esto ahora, dejaré pasar tu grosería sólo por esta vez».

Todos los ojos estaban puestos en Madisyn. Muchos esperaban que accediera, creyendo que cruzarse con Asher traería problemas.

«Madisyn, vámonos», instó Susan, tirando del brazo de Madisyn.

Pero Asher no había terminado. «Susan, esto no te concierne. Siéntate», gruñó, empujando a Susan al suelo.

Un destello de fría rabia pasó por los ojos de Madisyn. Sin vacilar, cogió un vaso de vino tinto y lo vertió sobre la cabeza de Asher.

La sala se quedó en silencio.

El vino corrió por la cara de Asher, empapando su ropa y goteando en el suelo.

El shock perduró mientras todos miraban incrédulos.

Asher se quedó paralizado un momento, intentando comprender lo que acababa de ocurrir. Cuando por fin comprendió la realidad de la situación, su expresión se tornó asesina. Extendió la mano para agarrar el pelo de Madisyn, y algunos en la sala cerraron los ojos, temiendo lo que podría suceder a continuación.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar