El regreso de la heredera adorada
Capítulo 145

Capítulo 145:

Giana no esperaba que Madisyn la sorprendiera y la dejara profundamente humillada. Mientras se preguntaba cómo explicarse, Madisyn se dio la vuelta y se marchó.

Giana apretó los puños con tanta fuerza que ni siquiera sentía el dolor en las palmas de las manos, sus emociones consumidas por la humillación y la vergüenza. Volvió a su habitación para descansar. Jenna la llamó por su nombre varias veces, pero Giana no se dio cuenta.

«Giana, ¿en qué estás pensando?» preguntó Jenna, ligeramente irritada.

Volviendo en sí, Giana contestó: «Sólo reflexionaba sobre algo. ¿Qué pasa?»

«No es nada importante. Esta vez lo has hecho bien. Creo que podrías ganar el campeonato», dijo Jenna con una sonrisa brillante.

Giana asintió. De repente, una melodiosa voz llenó el aire, con sus bellos y tristes tonos tejiendo una triste historia. La cautivó y la hizo absorber cada nota. Al terminar la canción, Giana volvió a la realidad.

«¿Quién… quién es ése?» exclamó Giana, atónita. Jenna estaba igual de sorprendida. No era muy versada en música pero reconoció la calidad de la canción.

Comprobó rápidamente la lista de actuaciones y casi gritó: «¿Evie?». Giana también se sorprendió.

Sabía que Evie se había especializado en música en la universidad, pero como era actriz en la industria del entretenimiento, Giana había supuesto que su canto sería mediocre en el mejor de los casos. Pero esta voz… ¡parecía divinamente dotada!

Giana se conocía lo suficiente como para darse cuenta de que tenía que trabajar muy duro y necesitaba canciones excepcionales para llegar a lo más alto. Sin embargo, la voz de Evie la superaba con creces. Además, la canción de Evie era realmente magnífica. Envolvía a los oyentes en la escena que la canción pintaba.

«¿Cómo puede Evie cantar tan bien?» Jenna fue la primera en expresar su enojo. ¡Ella absolutamente no quería ser superada por Madisyn! Ahora, estaba prácticamente furiosa.

Giana apretó los puños y su rostro perdió el color. Una idea la asaltó, y de repente se dirigió hacia la puerta, donde podía oír la charla del público.

«¡Vaya, qué voz!»

«¡Qué poder! ¿Quién es ella? ¿Cómo no la conozco?»

«¿No la conoces? Es Evie. Es actriz».

«Canta muy bien. ¿Por qué actúa? ¿No es desperdiciar su talento?»

Los jueces quedaron claramente impresionados.

«Evie, eres una cantante nueva, así que no esperaba una pieza tan pulida de ti. Tu canción es excelente. ¿La escribiste tú misma?»

Evie respondió: «Sí, lo escribí yo, pero lo modificó otra persona».

«¿Oh? Tienes un don para la música.»

Las normas del concurso no impedían que los cantantes recibieran ayuda para componer la canción. Evie confesó: «En realidad, la pieza original que escribí era completamente diferente de lo que es ahora. En realidad, la persona que la modificó hizo algo extraordinario».

Los jueces, poco acostumbrados a tanta franqueza, se rieron. Se encariñaron aún más con Evie: la honestidad era poco frecuente en la industria del espectáculo.

Un juez sonrió y dijo: «¿En serio? Entonces tienes suerte de que una persona con tanto talento mejore tu canción. Estoy muy contento con tu actuación esta vez. Asegúrate de dar lo mejor de ti en la final».

Con eso, estaba claro que Evie se dirigía a la final. Esto no tenía precedentes: el avance de un concursante confirmado tan directamente por un juez.

Evie sonrió emocionada. «Gracias, señor. No le defraudaré».

Entre aplausos, Evie bajó del escenario.

Algunas personas murmuraban: «Evie me recuerda a los primeros tiempos de Giana. Sólo espero que en la final, Evie siga brillando y no se desvanezca como Giana, que empezó fuerte pero luego…»

«Me siento realmente mal por Giana», dijo alguien.

«Creo que Giana tocó techo demasiado pronto. Su primera canción se convirtió en un clásico, pero su música posterior me pareció ordinaria. Sin la promoción de su agencia y un marketing inteligente, podría haberse desvanecido en la oscuridad».

El rostro de Giana palideció aún más al oír aquellos comentarios. Tardó un rato en serenarse. Sus canciones siempre habían tenido buenos números en streaming, pero en el fondo estaba claro que nadie apreciaba realmente su música. Todo el mundo pensaba que sus últimas canciones sólo habían triunfado gracias al marketing de su agencia.

Mientras Giana volvía lentamente a su asiento, Jenna seguía echando humo. «¡Maldita sea! ¡Esa zorra! Sabía lo talentosa que era Evie, ¡así que la trajo al concurso! Giana, ¿no mencionaste que tienes una amiga que es genial escribiendo canciones? ¿La que escribió tu primer éxito? ¿Quién fue? Consigue que esa persona escriba otra canción para ti. Tienes que ganar esta final».

La expresión de Giana se ensombreció. Esa persona era Madisyn. Ahora que se habían peleado, ¿cómo iba a volver a acercarse a Madisyn? ¿No sería una completa desvergüenza? Sin embargo, si no dejaba de lado su orgullo, no tenía ninguna esperanza de ganar el campeonato.

Perdida en sus pensamientos, Giana parecía distante.

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