El presidente tuvo gemelos
Capítulo 24

Capítulo 24:

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«¿Así que le has preguntado sobre la planificación del aniversario?». Preguntó Joseph sobre lo que había pedido por la mañana.

Magnus respondió y asintió. «Sí, lo he hecho. La Señorita Downey ha dicho que lo entregará lo antes posible, y como era de esperar no sabía que la empresa tiene esta tradición, por suerte se lo he recordado. Pero ha estado bastante estresada últimamente, así que supongo que no tendrá mucho tiempo para prepararse».

«¿Por qué está estresada?»

«Parece que está buscando un Jardín de Niños para su hija». Magnus tenía buena memoria y al instante le dijo el nombre de la guardería a la que Hayden iba a aspirar: «La Señorita Downey parece muy joven, no esperaba que su hija ya tuviera edad para ir a la guardería».

Las cejas de Joseph se relajaron inicialmente, sin saber por qué, sus cejas se arrugaron una vez más cuando escuchó las palabras de Magnus y su mirada se volvió sombría.

Mientras Magnus hablaba, Noah apareció de repente por detrás y golpeó el tablero de dibujo sobre la mesa ante Joseph: [Quiero ir al Jardín de Niños].

«No seas ridículo, Noah». Joseph frunció el ceño: «El entorno de un Jardín de Niños es demasiado complejo para ti, habrá profesor que te enseñe en casa».

Al oír sus palabras, Noah estalló y empujó hacia abajo la pila de documentos colocada a un lado. Los documentos se esparcieron por el suelo y Magnus se quedó tan sorprendido que se agachó rápidamente para recogerlos.

A continuación, Noah escribió algo en el tablero a gran velocidad y volvió a levantarlo delante de Joseph: [Quiero ir al mimo Jardín de Niños que Stella].

Joseph frunció más el ceño y respondió: «No».

Noah no podía hablar. Los niños de la escuela eran todavía inmaduros y sin duda le intimidarían. Enviarlo a un ambiente completamente extraño y dejar que le ocurrieran otros accidentes cuando su autismo aún no estaba curado era lo que menos quería hacer.

Sin embargo, Noah empezó a gritar enfadado y estrelló contra el suelo todos los documentos que Magnus acababa de recoger y apilar bien. Sintiéndose molesto, escribió entonces un par de palabras más en el tablero: [Si no me dejas ir, le diré al bisabuelo que eres un mal papá y que quiero vivir con él].

Joseph se quedó sin habla. Se llevó la mano a la frente sintiéndose impotente, mientras Magnus intentaba contener las ganas de reír cuando estaba agachado en el suelo. El presidente del Grupo ST se sentía realmente impotente al enfrentarse cada día a su hijo. ¿Cómo podría alguien creer eso si no lo presenciaba?

Joseph habló a regañadientes después de luchar durante un largo rato: «Déjame considerarlo durante dos días primero, y no te andes con tonterías ¿Sí?».

Noah parecía no sentirse satisfecho de su respuesta, pero el sonido de la puerta abriéndose interrumpió su objeción.

«Joseph». Se vio la esbelta figura de Violet, que entró desde fuera. Sonrió mientras permanecía de pie en la entrada: «¿Te he interrumpido? Les he traído el almuerzo a ti y al pequeño Noah».

Noah se estremeció en cuanto oyó la dulce voz y de repente corrió a la sala de descanso de al lado mientras abrazaba su tablero de dibujo. Joseph consideró que acababa de aceptar su sugerencia y no prestó mucha atención a su comportamiento.

«Está bien, puedes entrar». Miró a Violet.

«Si no hay nada más, me iré por ahora, Señor Beckham».

Tras examinar la situación, Magnus se dispuso a marcharse, pero fue retenido por Joseph. «Magnus, por favor, deja todo lo que estés haciendo que no sea importante en este momento y prepara la planificación de una boda».

«¿Boda?». Magnus estaba desconcertado: «¿Para quién?»

«Para mí».

Joseph parecía indiferente como si estuviera diciendo algo extraordinariamente normal, incluso Violet que estaba detrás de Magnus se sobresaltó. «Por qué Joseph…».

«Prepárate. Después de terminar todo lo que tengo entre manos, me casaré». La actitud de Joseph era demasiado serena, pero esa noticia le dejó boquiabierto, tanto a Violet, que era su prometida nominal desde hacía cinco años, como a su ayudante Magnus, que era quien mejor le conocía.

Magnus salió de la habitación profundamente conmocionado, mientras que Violet estaba aturdida, como si estuviera en una ensoñación. Sólo respondió al cabo de un rato. «¿Hablas en serio, Joseph?».

«¿Crees que me parezco a esas personas que cuentan ese tipo de bromas? Pero no te obligaré, puedes decírmelo si eres reacia».

«No, claro que no». Violet estaba encantada: «Es que la sorpresa llego demasiado bruscamente».

Joseph no parecía alegrarse, seguía tranquilo con una mirada inexpresiva. «Tienes razón, Noah necesita una mamá. Además de las criadas, tú eres la mujer con la que está más familiarizado y nadie encaja mejor en ese papel que tú».

En el momento en que terminó sus palabras, se oyó un ruido seco. Noah estaba de pie en la entrada de la sala de descanso contigua y el tablero de dibujo que tenía en las manos se estrelló contra el suelo. Se quedó mirando a Joseph con incredulidad y con la cara repentinamente enrojecida, luego saltó ansioso y enfadado en el acto.

«¿Noah?». Joseph no entendía su repentino comportamiento y se dirigió rápidamente hacia él para ver cómo estaba: «¿Qué te pasa? ¿Te has hecho daño en los pies?».

Noah se mostró aprensivo. Le arrebató las mangas a Joseph y sacudió profusamente la cabeza. «¿Qué te pasa? ¿Te encuentras bien?».

Joseph quiso tocarle la frente, pero le apartó la mano y Joseph perdió el equilibrio, cayendo al suelo. «Noah…»

Noah no podía expresar la rabia que quería expresar. Explotó en el momento en que Joseph dijo que quería casarse con Violet. Sintiendo que Joseph lo había engañado, estaba furioso sin importar cómo Joseph lo persuadiera. Como si se hubiera transformado en un furioso cachorro de león, volvió corriendo a la sala de descanso y destrozó todo lo que pudo tocar. La sala de descanso pronto se convirtió en un gran desorden.

Ese tipo de situación había ocurrido muchas veces. Joseph se quedó en la entrada.

Aunque se había acostumbrado, aún le dolía el corazón. Sabía que la razón por la que Noah descargaba su ira era porque era incapaz de transmitir lo que quería decir. Él también necesitaba desahogar sus sentimientos, pero utilizar ese tipo de medio para conseguirlo no sólo hería fácilmente a los demás, sino también a sí mismo.

No hubo más conmoción dentro de la sala de descanso durante mucho tiempo. Joseph dio una palmada en la puerta y dijo: «Sal, Noah».

Noah solía cerrar la puerta por dentro y se negaba a abrirla por más que Joseph lo llamara. Aunque la puerta de la habitación de descanso no tenía cerradura desde dentro, preocupándose de irritar más a Noah si abría la puerta y entraba sin más, Joseph dudó. «Noah…».

«Déjame echarle un vistazo, Joseph». Violet se puso a su lado y sus ojos estaban llenos de cuidado: «Noah se lleva bien conmigo, déjame probar».

Joseph frunció el ceño. Mirando la puerta herméticamente cerrada, asintió. Entonces Violet empujó la puerta con aire sereno y dijo: «Soy yo, Violet, pequeño Noah. Voy a entrar».

Noah estaba acurrucado en un rincón de la habitación. Parecía que le hubieran inyectado dr%gas cuando oyó el alboroto al entrar Violet. Estaba tan asustado que no se atrevía a mover un músculo y tenía los ojos desorbitados por el miedo.

Violet cerró la puerta y se acercó a él mientras pisaba las muñecas esparcidas por el suelo. Su alta sombra se alzaba ante él.

Noah se rodeó con los brazos mientras se ponía en cuclillas y temblaba. «Pequeño Noah». Violet bajó la voz.

«No tengas miedo, es Violet». La habitación estaba a oscuras y sólo había una lámpara derribada que daba una luz tenue en el suelo. En los ojos de Violet se veía una luz suave y espeluznante que resultaba amenazadora nada más verla. «¿No te dije que fueras un buen chico? ¿Cómo has podido tirar las cosas así?».

Noah apretó la espalda contra la pared con una mirada horrorizada e impotente. Por su mente pasaron episodios desordenados de acontecimientos y todos tenían que ver con la mala mujer que tenía delante. Y su padre realmente quería que una mala mujer como ella se convirtiera en su madre.

«Noah, recuerda mis palabras, ¿De acuerdo?».

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