El presidente tuvo gemelos
Capítulo 1

Capítulo 1:

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Hayden Downey gritó y se despertó bruscamente de su sueño. Estaba sudando mucho. El sol ya estaba alto en el cielo, pero su espalda estaba cubierta de un sudor frío. Había vuelto a soñar con aquello. Suspiró y se secó el sudor de la cara.

Era una noche de hace dos meses en la que estaba de mal humor por una discusión que había tenido con su novio y quería buscar a su mejor amiga para liberar su ira. Sin embargo, en el momento en que encontró a su mejor amiga, se dio cuenta de que su amiga estaba tumbada al lado de su novio en la misma cama. En ese momento, no tenía ni idea de cómo había conseguido huir y llegar a un bar mientras se tambaleaba por el camino.

En el bar se respiraba un ambiente voluptuoso y ella quiso batallar bebiendo con desconocidos sólo para desahogar sus emociones. Al final, la llevaron a una lujosa suite en un estado de confusión. Entonces vio a un hombre mientras su conciencia se desvanecía. No pudo distinguir su aspecto con claridad, pero sólo pudo sentir que el hombre poseía un aura poderosa.

Se sonrojó y no se atrevió a seguir pensando en ello. Miró la hora y se dio cuenta de que ya eran las diez y media.

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Hayden se aseó rápidamente, agarro su cartera y se puso en marcha hacia el laboratorio.

Al entrar en el laboratorio, Hayden se desprendió de todos los sentimientos que había tenido antes y se sumergió en su trabajo.

«Hayden, te he comprado el almuerzo, ven a comer, de todas formas, puedes continuar con tu trabajo más tarde». Su junior levantó la lonchera que tenía en la mano y la saludó.

Hayden levantó la vista y esbozó una ligera sonrisa.

No había tenido tiempo de desayunar por la mañana y, de hecho, tenía hambre. Sin embargo, al momento siguiente, su expresión cambió y el ligero olor del pescado le revolvió el estómago. Tiró el experimento que aún no había terminado y corrió al baño, donde tuvo arcadas durante un buen rato.

«Hayden, a juzgar por tu aspecto, ¿Podría ser que estés embarazada?». Su subalterna dejó rápidamente sus cosas y fue a su lado desconcertada, mientras le palmeaba suavemente la espalda y le preguntaba.

Sus palabras habían golpeado inmediatamente a Hayden y su rostro se puso aún más pálido. Embarazada… ¿Podría ser tan oportuno?

Sin embargo, la realidad siempre se contradecía con lo que uno pensaba. En el hospital, la doctora le entregó un informe de su chequeo y señaló deliberadamente la posición en la que se encontraba el feto. Le dijo: «Señorita Downey, enhorabuena, ¡Está usted embarazada! El feto tiene ahora unos setenta días y su estado aún se considera estable».

Mientras hablaba, Hayden se sobresaltó tanto que sintió que le caía un rayo encima. Estuvo a punto de caerse, pero consiguió mantener el equilibrio apoyándose en la pared.

Se había quedado embarazada. Sin embargo, el niño no era un regalo sorpresa, sino una humillación para ella. Le había recordado el pasado que no quería recordar, no quería pensar en lo ocurrido aquella noche ni en la traición de su mejor amiga y su novio cada vez que viera al niño en el futuro.

Deambuló por el pasillo del hospital durante un largo rato y finalmente volvió a entrar corriendo en el consultorio. «Doctora, yo… yo no quiero al niño».

«¿Qué?». La sonrisa de la doctora se congeló de inmediato. No esperaba que una chica tan joven y delicada fuera tan cruel y no pudo evitar decir: «Señorita, usted ya tiene el niño, es una pena…»

«¡Yo… no quiero el niño!». Hayden agarró aún más fuerte los brazos de la doctora y dijo con voz suplicante.

«Como médico, respetaré la elección de mi paciente, pero aun así tengo que advertirte que no lamentes la consecuencia de tu decisión». La doctora le dijo con una mirada ligeramente severa. Se preguntaba por qué los jóvenes de hoy en día eran tan irresponsables.

«Doctora, lo he pensado bien. Mi decisión de ab%rtar al niño no cambiaría». Hayden miró a los ojos de la doctora con firmeza.

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