El presidente le propone matrimonio a su ex-esposa 99 veces
Capítulo 450

Capítulo 450:

Después de decir eso, dio un vistazo a Katherine: «¡Pero tampoco tengo idea de lo que había en tu mente!»

Katherine se apoyó en el marco de la puerta, con aspecto despreocupado: «Ya lo descubrirás cuando sea el momento».

French se alisó el top y se ató el cabello, «No tengo ni idea de los trucos que estás planeando. Pero tienes que ser consciente de que ahora estás embarazada. Ten cuidado y piénsatelo dos veces antes de hacer cualquier movimiento. ¿Entiendes?»

Katherine asintió: «De acuerdo, lo sé».

Katherine dio un vistazo a las bolsas de la compra colocadas sobre la cama. Se acercó a levantarlas, «Tú sí que tienes manía a las compras, ¿Eh? Todavía recuerdo cuánto compraste cuando fuimos de compras la última vez».

French se limitó a mirar las bolsas: «Las pagó Clara. Hoy ha estado increíblemente hospitalaria. Mucho más cordial que nunca».

Katherine sonrió, «¿No es eso bueno? Tú fuiste amable con ella y ahora ella te corresponde».

French contestó: «Pero ahora ella le corresponde porque está dispuesta a hacer algo. No creo que deba alegrarme por eso».

Katherine respondió con el silencio esta vez.

Entonces Marshal subió las escaleras y las vio hablando en la habitación.

Se acercó: «¿De qué están hablando? ¿Algo secreto?»

French se sobresaltó un poco, «Estamos hablando de su control prenatal unos días después. ¿De qué más esperas que hablemos?».

Al oír eso, Marshal se volvió para estar activo al respecto. Se apresuró a dar un vistazo a Katherine y dijo: «Déjame ir contigo. ¿Qué tenemos para la cuenta?»

Katherine no respondió hasta que lo miró fijamente durante un rato: «Está bien si quieres. Después de todo, no puedo mantenerte siempre excluido. Esta vez te haré un análisis de sangre y luego una ecografía B-scan».

Marshal sonrió y le tocó el rostro con una dulce sonrisa: «¿Cuándo?».

Katherine pensó un rato y dijo: «En unos días, te lo haré saber de antemano».

Marshal dijo que estaba de acuerdo y eso fue todo.

También habló de aquel trabajador de la cámara que atraparon por la mañana.

Había conseguido la grabación en la que se mostraba al hombre que le había pagado.

Pero ese hombre se cubrió completamente. Era difícil ver su rostro con claridad.

Pero no fue un problema para Marshal. Consiguió las grabaciones de vídeo de las cámaras cercanas. Así que pudo localizar aproximadamente dónde estaba ese hombre.

Entonces hizo que Peter trabajara en ello.

Pero a Katherine no parecía importarle mucho. Después de escuchar un rato, se estiró: «Sigue hablando. Estoy un poco cansada. Tengo que volver a descansar».

En realidad, le apetecía ser perezosa.

French asintió, «Bien, descansa un poco».

Marshal le echó un vistazo. Cuando salió de la habitación de French, él también la siguió.

Ambos volvieron al dormitorio.

Katherine estaba a punto de acostarse en la cama. Pero Marshal, que la siguió unos segundos después, la agarró del brazo de repente: «Espera un segundo».

Katherine se quedó atónita. Se giró para darle un vistazo: «¿Qué pasa?».

Tras pensarlo un poco, volvió a cerrar la puerta. Luego se acercó y se puso delante de ella con los labios apretados, pareciendo un poco nervioso.

Katherine se quedó confundida mientras le miraba fijamente.

Respiró profundamente y de repente se arrodilló. Luego sacó un joyero.

Katherine no pudo evitar dar un paso atrás por instinto. Se sobresaltó con su movimiento.

Marshal levantó la cabeza para mirarla y abrió la caja de cara a ella.

En realidad, Katherine pudo saber lo que era incluso sin dar un vistazo.

Marshal continuó con su voz suave: «Eso es lo que te debo. Ahora quiero compensarlo, aunque sé que no te importa mucho». El anillo de diamantes de la caja era deslumbrante.

En realidad, ella había conseguido un increíble anillo de diamantes durante la boda en ese momento.

Pero Marshal no le había hecho una propuesta antes de la boda. Tampoco quería casarse con ella en ese momento. Así que a ninguno de los dos les importaba realmente el sentido de la ocasión.

Katherine bajó la cabeza para mirarlo, frunciendo el ceño: «¿Has comprado otro anillo?».

Marshal asintió: «Es personalizado. Y lo acabo de recibir hoy».

Katherine fijó sus ojos en él durante un rato. En realidad, no sabía mucho sobre cómo juzgar un anillo. Pero, por el tamaño del diamante, se dio cuenta de que debía ser bastante caro.

Entonces Katherine resopló: «¡Huh, qué desperdicio de dinero!».

Pero a Marshal no pareció importarle lo que ella dijera. Mantuvo su postura inmóvil: «Katherine, ¿Quieres casarte conmigo? Por favor, ¡Dame una oportunidad más! ¡Por favor!» Su tono sonaba humilde.

Al escuchar eso, ella pareció suavizar un poco su rostro de póker.

Desplazó lentamente su mirada del anillo a su rostro: «Marshal, ¿En qué estás pensando? Sigo siendo la misma de antes. Soy humilde en cuanto a estatus social, poco educada y también muy mal hablada. Todavía recuerdo lo mucho que me despreciaste una vez, ¿Verdad? ¿Qué te pasa? ¿Has perdido la cabeza?».

Marshal alargó la mano para agarrar la de ella: «En realidad, ni siquiera me importaba que fueras poco educada o maleducada… Solo estaba…»

A Marshal le resultaba difícil describir lo que pasaba por su mente en ese momento.

En realidad, lo único que le molestaba de Katherine antes era su personalidad blanda. La consideraba demasiado sumisa y poco atrevida.

Pero nunca la había despreciado por su origen, su educación o sus modales, ninguno de los cuales había sido tomado en consideración.

Con los labios presionados, Marshal no respondió hasta un rato después: «Te miro con indiferencia solo porque no me gusta que seas sumisa. Tú habías estado demasiado concentrada en mí en ese momento. Así que….»

Pero su explicación sonaba un poco rara.

Katherine frunció el ceño: «¿Te caía mal solo porque me mostraba demasiado amable contigo en los viejos tiempos? ¿Ahora me muestras tu favor porque me vuelvo fría contigo?».

Confundida, añadió: «Marshal, ¿Estas bien de cabeza?».

Marshal hizo un chasquido con la lengua: «No, no me refiero a eso». Pero ni él mismo supo decir lo que quería decir exactamente.

Después de pensarlo durante unos segundos, decidió dejar de dar explicaciones al respecto. La miró a los ojos: «Sé que he sido grosero contigo. Pero a partir de ahora, haré todo lo posible por compensarlo. Katherine, por favor, dame una oportunidad más». Entonces sacó el anillo de la caja.

Katherine se apresuró a retirar la mano.

Marshal hizo una pausa, con los labios apretados: «No pretendo que me des un sí en este momento. Solo quiero suplicar una oportunidad para empezar de nuevo. Tú puedes tomarte tu tiempo para juzgar mientras observas con tus propios ojos. Si es así, al menos me siento mucho más aliviado». Mientras hablaba, volvió a agarrarle la mano.

Katherine cerró el puño de repente. Pero esta vez no retiró la mano.

Marshal sonrió y desplegó gentilmente su puño. Luego le puso el anillo en el dedo con cuidado.

Katherine no parecía estar relajada.

En realidad, cambió un poco de opinión al escuchar su humilde confesión.

Pero al mismo tiempo, seguía sintiéndose un poco agraviada.

Y ahora los sentimientos de agravio la abrumaban cuando recordaba cómo fue tratada una vez por Marshal.

Pero Marshal parecía estar contento. Se levantó lentamente y la agarro de la mano para observarla. Una sonrisa apareció en su rostro: «Encaja perfectamente. Parece que todavía tengo claramente presente el tamaño de tu dedo».

Katherine dijo en voz baja mientras observaba el anillo: «Pero eso no significa que te haya perdonado. Tú tienes que ser consciente de que decir lo siento nunca es suficiente para compensar. Como has dicho, seguiré observándote y juzgándote a partir de ahora».

Marshal extendió los brazos para abrazarla: «Para mí es suficiente. Eso es lo que pido. Gracias».

Después de un rato, Katherine cerró los ojos y dejó escapar un suspiro.

No podía saber lo que había en su propia mente en este momento.

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Nota de Tac-K: Ánimos en sus actividades lindas personitas, que les vaya muy muy bien, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (>‿=)✌

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