El presidente le propone matrimonio a su ex-esposa 99 veces -
Capítulo 400
Capítulo 400:
Katherine llegó a su casa por la tarde. Ahora la mayoría de la gente sabía que había vuelto y todos iban a visitarla.
Los bordes de los ojos de Katherine estaban rojos. Las residencias sabían la razón por la que estaba llorando. La Tía Kelly vino y dijo: «Kathy, he preparado una comida deliciosa en mi casa. ¿Qué te parece si cenas conmigo?».
Katherine estaba agotada y respondió: «Tía, primero quiero descansar. Estoy muy cansada después de caminar una distancia tan larga».
La Tía Kelly se apresuró a asentir: «Sí, sí. Lo había olvidado. Descansa primero. Te traeré la comida más tarde».
Había otras personas en el patio. Eran ellos los que ayudaron en el funeral del abuelo de Katherine.
Todos sabían que Katherine estaba sola y querían ayudarla.
Katherine sacó varias sillas para que se sentaran.
Una anciana también mencionó que su madre había venido hace tiempo y parecía querer reconciliarse con Katherine.
La Tía Kelly trajo las comidas en ese momento y las interrumpió diciendo: «¿Reconciliarse? Debe estar soñando despierta. Sabía que su hija se había casado con un hombre rico y venía a halagarla. ¿Qué hacía ella en los últimos veinte años?».
El anciano suspiró y continuó: «Tu madre no vestía bien la última vez que vino. Se nota que ha pasado una época dura. No puedo interrumpir tus asuntos familiares, pero Kathy, no tienes otra familia. Todos te vemos crecer y estamos dispuestos a ayudarte si tienes algún problema».
Katherine no pudo evitar llorar. Trató de controlarse y respondió: «No es mi madre».
Todos pudieron entender su decisión. Todos suspiraron: «Deberías hacerlo. Ni siquiera volvió cuando tu abuelo falleció. Sé que tú también tienes una vida difícil en la Ciudad. ¿Por qué no vino nadie de la familia de tu marido a visitarte? Deben de despreciarte porque estás sola».
El anciano se apresuró a mirar a aquel hombre y dijo: «No digas tonterías».
Katherine comprimió los labios y supo que era inapropiado que visitara a su abuelo sola.
La gente de la Familia Grant nunca había venido a su pueblo.
Sin embargo, en ese momento, el Anciano Señor Grant también se encontraba en una situación peligrosa y el hospital lo había enviado a la sala de emergencias por muchas veces. No había tiempo para que se ocuparan de sus asuntos.
El anciano miró a Katherine y le preguntó: «Kathy, ¿Lo pasas mal allí?».
Katherine levantó la mirada y respondió: «No. He abierto una tienda por mi cuenta y tengo buenos ingresos. Estoy bien».
La Tía Kelly trajo la comida y dijo: «Bueno, todos, Katherine debe estar cansada. Podemos ir a visitarla más tarde. Ella no se irá en poco tiempo».
Todas las personas se levantaron y le dijeron a Katherine que se cuidara.
Estaban todos en el mismo pueblo y todos eran amables.
Katherine los despidió y volvió a su habitación.
En la pared estaba colgado un marco con la vieja foto de Katherine y su abuelo.
Katherine tenía entonces unos doce años. Estaba sentada sobre las piernas de su abuelo. El cabello de su abuelo no se había vuelto del todo blanco entonces y sonreía hacia la cámara.
Katherine se tocó la barriga y observó la foto durante mucho tiempo. Luego le dijo a su bebé: «¿Ves? Ese es el hombre que me cuida desde hace más de veinte años. Tú deberías recordarlo, es tu bisabuelo». Katherine comió algo y se acostó.
Estaba realmente agotada después de escalar la montaña.
Se despertó por el anillo de la noche. No vio quién llamaba y lo agarro: «¿Qué pasa?».
Era Marshal, diciendo: «Katherine».
Katherine saludó. Sin embargo, Marshal solo la llamó de nuevo y dejó de hablar.
Katherine seguía somnolienta y preguntó: «¿Qué pasa?».
Marshal no dijo nada después de un rato. Parecía tranquilo por su parte.
Katherine no se lo pensó demasiado y respondió: «Estoy durmiendo. Cuelga si no tienes nada».
Marshal dijo que ‘sí’ y colgó el teléfono.
Katherine colgó el teléfono y se echó una siesta.
Cuando se despertó, no tenía nada importante que hacer. Ordenó la habitación un rato y se sentó en su cama, aturdida.
Aunque la vida era diferente e incómoda aquí, podía vivir en calma.
Katherine fue al patio, se sentó en una silla y dio un vistazo al cielo oscuro.
Se sintió aliviada de que Margaret estuviera allí para vigilar la tienda. No quería volver después de haber tenido un bebé.
Si la Familia Grant se enteraba de su embarazo, quizá no la aceptaran, sino que le arrebataran a su hijo.
No tenía intención de volver a empezar con Marshal y no estaba dispuesta a separarse de su hijo.
Quería vivir con su hijo en paz en este pueblo.
Los problemas podrían surgir en el proceso. Marshal era inteligente y se enteró de lo sucedido. Además, los aldeanos también se darían cuenta si ella no se iba.
Katherine se dio la vuelta y regresó hasta que no hubo luz en ninguna casa.
Durmió bien esta noche por estar demasiado cansada durante el día.
Ya era de madrugada cuando se despertó por los ruidos del exterior.
La Tía Kelly llamó a la puerta con fuerza, diciendo: «Kathy, Kathy, sal, date prisa».
Katherine fue a abrir la puerta con los ojos nublados, preguntando: «Tía, ¿Qué pasa?».
La Tía Kelly la miró con deleite, diciendo: «Kathy, tu familia está aquí». Katherine se quedó estupefacta y no sabía a qué se refería.
¿Su familia estaba aquí?
No había nada más que ella en la familia.
Al ver que Katherine seguía somnolienta, la Tía Kelly la agarro de la mano y salió fuera: «Echa un vistazo. ¿Es tu marido? Él está conduciendo hasta aquí».
Katherine seguía confundida y no sabía qué estaba pasando. La Tía Kelly la arrastró hasta la entrada del pueblo.
Ya había mucha gente en el pueblo. La Tía Kelly gritó para que le dieran paso: «¡Vamos!, ¡Háganse un lado! ¡Kathy está aquí!».
Un coche aparcó detrás de la multitud. Un hombre estaba de pie junto al coche, fatigado por el viaje.
Katherine se quedó helada de asombro. Se dirigió a Marshal y le preguntó: «¿Por qué estás aquí?».
Marshal, que parecía estar agotado, respondió: «Estoy preocupado por ti. Por eso estoy aquí».
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Nota de Tac-K: Ánimos en sus actividades lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ٩(˘◡˘)۶
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