El presidente le propone matrimonio a su ex-esposa 99 veces
Capítulo 383

Capítulo 383:

Ralph se giró para mirar a Margaret y pensó que simplemente estaba ayudando a preguntar como amigo de Katherine.

Asintió y contestó: «Es cierto que Marshal se ha llevado a esa mujer. Además, se comportaban como si ya se conocieran desde hace tiempo cuando estaban en el bar».

Katherine se sorprendió porque por la vestimenta de aquella mujer, parecía mostrarla en el bar con bastante frecuencia, y era imposible que Marshal la conociera de antes.

Sin embargo, seguía sin estar segura porque todo era posible.

Margaret se sintió decepcionada y se giró para mirar a Ralph, diciendo: «¿Quieres decir que es probable que Marshal tuviera relación con esa mujer hace mucho tiempo?».

Ralph no se atrevió a sacar una conclusión precipitada porque los medios de comunicación no habían hecho ninguna predicción al referirse únicamente a que se habían ido juntos. Por lo tanto, Ralph no dijo nada, sino que sonrió. Sin embargo, su sonrisa ya podía considerarse como una respuesta.

Margaret suspiró: «Nunca esperé que Marshal fuera esa clase de hombre».

Katherine sonrió a su lado, «No podemos esperar que todos sean buenas personas. Marshal podría convertirse en otro hombre mientras nadie lo ve».

Ralph pensó un rato y continuó: «No es el mismo Marshal que yo conocía. Lo conocí antes cuando estaba en un viaje de negocios. Recuerdo que esos jefes ni siquiera podían quitar sus miradas a las chicas guapas, excepto él, que mostraba una mirada de desprecio cuando las chicas estaban a su alrededor.»

Ralph tampoco entendía por qué Marshal se había convertido en un hombre tan frívolo.

Todo esto le parecía extraño. Sin embargo, no podía expresar sus verdaderos sentimientos porque parecería que estaba tratando de manipular a Marshal.

Ralph se apresuró a terminar su café y se levantó, diciendo: «Todavía tengo otras cosas que hacer y no te molestaré más. Katherine, ve a visitar a la Familia Walters si tienes tiempo libre».

Katherine asintió con la cabeza y dijo de forma superficial: «Sí, lo sé. Gracias por el aviso».

Envió a Ralph de vuelta al coche. Cuando él se fue, ella se dio la vuelta y entró en la tienda.

Margaret parecía molesta cuando estaba de pie detrás de la mesa del bar.

Katherine no se lo pensó demasiado y dijo: «Vamos a comer algo de fruta. Veamos lo que nos han traído».

Estaba claro que Margaret no estaba de humor cuando Katherine fue a desembalar la caja.

Era una caja de regalo con varias combinaciones de frutas y todas parecían jugosas.

Katherine no pudo nombrar muchas de ellas y sintió que era realmente mala en muchos aspectos por ser ignorante para la vida de la gente rica.

Agarro algunas y fue a lavarlas. Luego miró a Margaret y le preguntó: «¿Qué pasa? Parece que no estás concentrada».

Margaret forzó una sonrisa y respondió: «No lo estoy. Solo estoy un poco sorprendida después de escuchar las palabras del Señor Ralph Walters».

Katherine se quedó estupefacta: «¿Qué te ha impactado? ¿Te refieres a las palabras de Ralph sobre Marshal?».

Margaret bajó la mirada y dijo: «Solo estoy un poco sorprendida. No puedo decir claramente cuál es mi sentimiento. Solo puedo decir que no me lo esperaba».

Katherine sonrió: «Tal vez sea porque no has experimentado mucho. Es algo normal. El ser humano es una criatura compleja. Entiendo que Marshal a menudo deja a la gente con una imagen glamurosa, pero eso no significa que no tenga ningún defecto».

Margaret asintió y no dijo nada.

Katherine no estaba ocupada hoy. Aunque no era la hora de cerrar, le dijo a Margaret que podía irse temprano al ver que no estaba en el estado.

Parecía que no vendrían muchos invitados y podría llevar la tienda ella sola durante un tiempo.

Margaret no se negó. Le dijo a Katherine que podía estar resfriada y que le molestaba la nariz porque se había echado una siesta sobre la mesa durante la comida.

Katherine le acarició el hombro y le dijo: «Vete a casa a tomar un poco de gingerale. No esperes a que empeore y tengas que tomar medicamentos. Si llega a pasar eso, créeme que sufrirás mucho».

Margaret se quedó mirando a Katherine durante mucho tiempo y finalmente recogió sus cosas y se fue.

Katherine estaba sentada junto a la ventana. Se apoyaba en la silla y parecía estar un poco decaída.

Miraba fuera de la ventana y parecía estar en trance.

Después de un rato, notó un rostro familiar. Era la Señora Grant.

Sin embargo, la Señora Grant no estaba sola con Clara como compañía.

Clara llevaba un vestido largo y parecía una señorita. Era como la hija de French cuando caminaba a su lado.

Parecía que iban de compras. Katherine no sabía que habían pasado por su tienda accidental o deliberadamente.

Clara quería entrar, mientras que French miraba el nombre de la tienda y mostraba una expresión de duda.

Clara empujó la puerta y entró.

Katherine seguía apoyada en la silla sin moverse, diciendo: «¿Vienes a charlar o quieres pedir algo?».

Clara dio un vistazo a la carta que había en la pared y respondió: «Pónganos algo de beber.

Estamos cansadas después de una larga caminata».

La acción de Katherine fue lenta. Se levantó lentamente y se dirigió a la barra, preguntando: «¿Qué quieren tomar?».

Clara pensó un rato y pidió dos tazas de café y dos trozos de pastel para comer.

Katherine asintió y dijo: «Ok, puedes esperar allí».

Clara dio un vistazo a Katherine de forma más suave en comparación con la última vez.

Katherine se movía lentamente y no parecía tener prisa.

Clara sonrió después de que French se sentara y preguntó: «Tía, ¿Has estado allí antes? Creo que la tienda de la Señorita Jordan tiene una buena decoración. Realmente refresca a la gente».

French asintió y respondió: «Sí, he estado aquí varias veces». En realidad, ya se lo había mencionado a Clara antes.

Clara asintió y actuó como si lo supiera, preguntando: «¿Tienes algo que me recomiendes? Soy toda oídos».

French no sabía a qué se refería Clara y respondió: «Sus postres son todos buenos».

Clara sonrió y no dijo nada.

Katherine preparó las cosas que pidieron y las sirvió en su mesa. Luego volvió a la mesa del bar.

Sacó el teléfono y empezó a ver vídeos cortos.

Aquellos vídeos cortos eran realmente buenos, con grandes ideas.

Al principio, no le gustaban esos vídeos. Sin embargo, ahora le resultaba difícil parar.

Clara comprimió los labios y descubrió que Katherine no hablaba con ellas, sino que se giraba para comprobar su teléfono. Sabía que Katherine lo hacía a propósito.

En lugar de enfadarse, Clara se giró hacia French y le preguntó: «Tía, ¿Te ha dicho Marshal te ha dicho cuándo volverá de este viaje de negocios».

French no había descubierto el motivo, pero ya empezaba a sentirse avergonzada al estar sentada.

Ella respondió: «No, no ha establecido una hora fija para este viaje. Depende de diferentes situaciones».

Clara asintió: «Le llamé anoche, pero no le pregunté por su viaje de negocios. En cambio, le pregunté por las noticias en Internet».

French se sorprendió y preguntó: «¿De verdad?».

Clara removió el café con la cuchara y no lo bebió, diciendo: «Marshal me dijo que dejara de preguntar. Eso solo es una maniobra de los medios de comunicación».

French no dijo nada y entonces Clara sonrió: «También dijo que ya no le importaban esas cosas. Mientras sea honesto, no hay nada que temer».

French dio un sorbo al café y no respondió.

No podía saber si Clara decía la verdad o no y pensó que había algo mal.

Llamó a Marshal antes y éste lo admitió rápidamente.

¿Había dicho Clara esas cosas delante de Katherine a propósito?

Sin embargo, ¿Qué sentido tenía hacerlo? A nadie le importaría y les hacía parecer mezquinas.

Era la primera vez que French pensaba que Clara estaba siendo demasiado mala en comparación con Katherine.

French miró a Katherine y se dio cuenta de que estaba revisando el teléfono sin darse cuenta.

Suspiró y respondió: «Clara, sé que hay un nuevo restaurante cerca. Va a ser la hora de comer. Dejemos de merendar y vayamos a almorzar».

Clara dio un vistazo a French y descubrió que su actitud era muy diferente a la del pasado.

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