El destino de Tiana -
Capítulo 51
Capítulo 51:
POV: Tiana
No estaba preparada para las corrientes eléctricas que pasaron por todo mi cuerpo mientras nuestro beso se hacía más intenso, tampoco para esa salvaje necesidad que sacudía todo mi ser.
Ryder me había besado antes, pero esta vez se sentía diferente y sabía por qué; la presencia de mi loba hacía que todo lo que sentía por él fuera aún más intenso. Mi cuerpo estaba activo y quería más, tanto que me asustaba lo mucho que lo deseaba.
Literalmente sentía que toda la habitación daba vueltas, y mi cuerpo se calentaba cada vez más con cada segundo que pasaba, las hormonas en mi interior estaban más activas que nunca, lo cual era dulce y aterrador al mismo tiempo
Envolví mi brazo libre alrededor de su cuello y tiré de él sobre mí en la cama, incapaz de controlar mi respiración agitada, y sin poder ignorar su enorme bulto que me tocaba entre los muslos, anhelaba tener más, mucho más, y temía que nada fuera suficiente, pero su urgencia sació mi necesidad.
Mis piernas se envolvieron alrededor de su cintura mientras luchaba por arrancarle la camisa con una sola mano, e incluso dañé algunos de los botones mientras tiraba de ellos desesperadamente; el no trató de ayudarme ni tampoco me detuvo.
Ahora estaba lista, quería sentirlo todo.
“Maldición”, exclamé con ansiedad al ver que el último botón no cedía.
Él se congeló, interrumpió el beso rápidamente y luego me miró a los ojos.
Antes mi comportamiento me habría avergonzado, pero ya no, el era mío y lo deseaba más que antes.
Si me siento así ahora, me pregunto cómo debió haberse sentido él todo este tiempo: el vínculo de pareja se había vuelto más intenso después de haber descubierto la presencia de mi lobo, pero él siempre había tenido el suyo, y aún así logró alejarse de mí y controlarse.
No se estaba regodeando, como esperaba, sino que parecía preocupado, casi sorprendido.
“Quítame estas malditas esposas, Ryder”, le dije, casi gritando,
Me estiré para arrastrarlo de regreso a la cama, pero él tomó mis manos, besó mis nudillos, y después se alejó suavemente de mí para sentarse
“No te voy a liberar”, me dijo con firmeza.
Pude sentir las lágrimas acumulándose en mis ojos, en parte por mi incontrolable necesidad de él y en parte por haberse alejado cuando era obvio que lo deseaba tanto.
La pequeña bata, que apenas me cubría el pecho, ahora estaba abierta y revelaba mis senos, pero no hice ningún intento de cubrirlos, toda la vergüenza se había ido y había sido reemplazada con la desesperación por conseguir lo que quería, a él.
“Ven aquí”, le hice señas con el índice izquierdo mientras levantaba mi pecho hacia él para que pudiera tener una buena vista de mis senos.
Ryder me miró con lujuria y supe que estaba ganando la batalla, y aunque casi babeaba sobre mi cuerpo, no saltó sobre mí como hubiera querido.
“¿Qué te ha pasado?”, preguntó con una voz llena de necesidad, una mezcla de emociones cruzó por su rostro mientras sus ojos recorrían mi cuerpo.
“Debe ser tu loba”, me dijo mirándome a los ojos.
Yo solo sonreí seductoramente.
“Te deseo, Ryder”, le confesé descaradamente.
¿Cómo puedes quedarte sentada y preguntarme eso cuando se nota lo mucho que tú también me deseas?”, dijo.
Mis ojos se desviaron hacia su ingle, parecía que su miembro pronto se iba a salir de sus pantalones, y podía sentir mis bragas pegadas a mi v%gina, empapadas con mi propia humedad
No sé de dónde provenía toda esta audacia, pero me gustaba.
“Por favor, Ryder”, insistí.
Todavía estaba mirando mi cuerpo, y pude ver su nuez de Adán moviéndose pronunciadamente, luego se quejó, e incapaz de resistir sus propios impulsos, terminó de quitarse los restos de su camisa y se arrastró a mi lado.
Cuando sus labios se posaron sobre mi cuello y comenzó a besarme, grité de emoción; m!erda, se sentía muy bien, quería su marca, estaba lista, mi loba también estaba lista, y nada me daría mayor placer que saber que le pertenecería para siempre.
Sentí sus dedos acariciar mi p$zón izquierdo y dejé escapar un fuerte g$mido, mi cuerpo estaba en llamas, y solo él podía apagar este fuego.
Sus labios recorrieron mi cuello hasta encontrar mi otro p$zón y comenzaron a lamerlo suavemente sin que él dejara de acariciar el otro con sus dedos.
“Sí, Ryder”, grité mientras continuaba dándome placer.
El pálpito entre mis piernas se había vuelto insoportable; desearía que simplemente se quitara esos pantalones y se sumergiera directamente en mi humedad, pero para alguien sin experiencia en esto, creo que estaba yendo demasiado rápido.
“Tómame, Ryder, por favor, hazme tuya”, suplique.
“¿Segura que estás lista?”, me preguntó.
“Sí”, grité, asintiendo varias veces y luchando por bajarle los pantalones,
No había mucho que pudiera hacer con una sola mano.
Entonces comenzó a dejar un camino de besos por mi abdomen hasta llegar a mi humedad, luego bajó mis pantalones hasta la mitad de mis muslos y sus labios se posaron en mi centro.
Grite de placer a medida que su lengua se movía lentamente, luego me arrancó las bragas mojadas por completo y hundió la cabeza entre mis piernas, dándome más placer del que jamás hubiera creído posible.
Perdí la cuenta de cuántas veces grité su nombre y cuánto le rogué para que me tomara, pero él no parecía tener ninguna prisa; podía escuchar sus dulces g$midos entre mis piernas mientras seguía dándome placer.
“Sabes muy bien”, g!mió, podía sentir mi v%gina apretándose al tiempo que el placer me inundaba.
“Te amo, Ryder”, grité.
Él se detuvo por poco más de un segundo, quería golpearme por arruinar el momento, pero después de lo que pareció una eternidad, volvió a darme placer con su lengua las paredes de mi v%gina se contraían y mi cuerpo temblaba mientras se acercaba mi orgasmo.
“Córrete para mí, bebé”, me dijo,
No deje de gritar su nombre hasta que llegué a mi punto máximo, él se detuvo para besarme apasionadamente, y eso volvió a avivar el deseo en mí.
Nunca podría tener suficiente de él, quería sentir su enorme miembro dentro de mí, quería que me marcara ahora, pero el interrumpió el beso para mirarme a los ojos.
Podía ver que sus ojos estaban llenos de deseo, y quería complacerlo tanto como él lo había hecho, pero sujetó mi brazo libre sobre mi cabeza y continuó mirándome fijamente con lujuria
“¿Estabas hablando en serio?”, me preguntó.
Me mordí los labios y desvié la mirada, acababa de declararle mis sentimientos, por supuesto que lo decía en serio, ¿Por qué de repente comenzaba a sentirme tan tímida?; solo la Diosa de la Luna sabía todo el tiempo que llevaba enamorada de él, no le había declarado mi amor por el calor del momento.
Entonces me hizo volver a mirarlo moviendo mi rostro con sus dedos.
“¿Tee, lo dijiste en serio?”, preguntó de nuevo sin dejar de mirarme fijamente.
Asentí lentamente y volví a desviar la mirada, tal vez lo que hizo que mi confianza se tambaleara al expresarle mis sentimientos fue el hecho de que me había acostumbrado al rechazo.
Él se aclaró la garganta como si fuera a decir algo, pero luego lo pensó mejor, soltó mis manos y se levantó de la cama.
Sentí como si mi corazón se rompiera en pedazos al observarlo desaparecer en el armario y regresar con otra camisa que luego se abotonó.
¡Qué demonios!, acababa de confesarle mi amor y el simplemente iba a abandonarme; sin embargo, por alguna razón, se veía un poco desorientado mientras se abotonaba la camisa.
Siempre había sido muy sereno y sabía controlar sus emociones, ¿Acaso dije algo malo para que reaccionara así?
“Buenas noches, Tee”, me dijo sin siquiera levantar
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