El CEO calculador y su inocente esposa
Capítulo 315

Capítulo 315: 

«No lo sé». Alan Hoyle respondió con sinceridad: «Pero por todos los años que ha cuidado de ustedes, intentaré que no ocurra».

«Alan, no he tenido muchos amigos a mi alrededor durante estos años. Chloe es uno de ellos y él también». Aunque no conocía muy bien a Ivy, creía que era un hombre de buen corazón.

«No te preocupes, no iré demasiado lejos con él mientras no intente robarme a mi mujer».

Oliva soltó una risita: «¿Quién crees que es tu mujer? ¿Una especie de ángel?».

«Tú sí que eres un ángel». Alan Hoyle sonrió.

«Así que será mejor que te portes bien con mi mami». Annie amenazó: «Si vuelves a romperle el corazón a mamá, no me importaría que otro fuera mi padre».

Alan Hoyle se rió y le pellizcó la naricita: «Ni se te ocurra, no tendrás esa oportunidad».

Mientras Xenia iba al baño, Dave Chou sacó su pitillera y fumó, recostándose ociosamente en su silla. Sobre la mesa estaban los restos de su comida y bebidas.

Ivy frunció el ceño, pero finalmente se quedó callado. No era educado fumar en un lugar público como un restaurante, pero estando ahora en un salón privado, decidió dejarlo pasar.

«Entonces, ¿Qué vas a hacer ahora?». Dave Chou echó humo y por un momento su expresión fue confusa.

Ivy le respondió con otra pregunta: «¿Qué piensas de Alan Hoyle?».

«¿Él?». Dave Chou ajito la ceniza del cigarro: «¿Quieres oír la verdad o una mentira?».

Ivy puso los ojos en blanco: «Por supuesto que quiero oír la verdad».

«Bueno, no es un buen tipo, pero tampoco un mal tipo. Es como medio bueno y medio malo». Dave Chou presionó su cigarro sobre la mesa y sonrió abruptamente: «¿Qué, te has ablandado por culpa de Oliva? ¿Nunca pensaste en recuperar a esa chica?».

Mientras se perdía en sus pensamientos, Ivy dijo: «¿Cómo pudo ocurrir que el hombre por el que Oliva se había obsesionado durante cinco años tuviera que ser Alan Hoyle?”.

Dave Chou enarcó una de sus cejas: «¿No se acercó a la madre y a la hija deliberadamente?».

Ivy negó con la cabeza y logró sonreír amargamente: «No».

Si se hubiera enterado desde el principio de la relación de Oliva con Alan Hoyle, tal vez él controlaría los sentimientos de ella. «Estás jodido». Dijo Dave Chou con simpatía: «Estás obsesionado con esa mujer».

«Sí, pero ¿Qué pasa con Xenia?». Ivy le devolvió la mirada bruscamente.

Al oír ese nombre, Dave Chou suspiró: «Vamos, no me estoy riendo de ti, ¿Sabes? Estamos metidos en el mismo enredo. Mi%rda, ¿No son raras las mujeres? ¿Cómo pueden algunas criaturas ser tan atractivas y a la vez molestas? Nosotros los hombres les damos todo nuestro corazón, mientras que a ellas les resulta una basura. Al final, te llevas todos los sufrimientos, pero no puedes pegarles, no puedes gritarles, estás tan lleno de ira, y aun así, tienes que lidiar con ello».

El rostro hundido de Ivy se alivió un poco y sonrió suavemente: «Parece que Xenia no te ha aceptado del todo, ¿Eh?».

«Dímelo a mí. Está enamorada de ti, pero no de mí. Nunca me dejaría tomarle del meñique si no la molestara descaradamente y la engatusara todos los días. Si no hubiera sabido que no lo decías por ella, te habría dado un puñetazo en el rostro, hermano».

Dave Chou apretó los dientes con odio, Ivy pudo oír el chasquido de sus articulaciones cuando sus dedos se convirtieron en puños.

«Sí, sí. Como si no hubiéramos peleado ya bastante. Por cierto, el otro día te pasaste». Ivy le respondió con frialdad. Aunque Dave Chou decidió ser responsable de Xenia por el resto de su vida, qué pasaría si Xenia no pudiera aceptarlo. Eso sería un trauma de por vida para ella.

Además, un amigo le había confiado a su hermana más cercana por confianza, mientras que él no sólo no la protegió, sino que estuvo a punto de herirla, por lo que Ivy golpeó con su puño a Dave sin siquiera pensarlo dos veces en ese momento.

«Te dije que estaba borracho». Murmuró Dave Chou en voz baja.

«No te atrevas a decir que no lo decías en serio». Ivy lo delató de inmediato.

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