El CEO calculador y su inocente esposa -
Capítulo 300
Capítulo 300:
Las dos disfrutaron alegremente del juego brusco en la cama durante un rato.
Oliva le sujetó la mejilla y le preguntó: «¿Por qué no muestras el resto de tu diario al público?».
Alan se dio la vuelta, puso su brazo sobre la suave espalda de ella, levantó su bonita ceja y sonrió: «Si no te importa que exponga algo íntimo entre nosotros, puedo hacerlo».
Oliva se sonrojó y le pellizcó el cuello con ambas manos: «Alan, bribón, ¿Cómo puedes escribir esas cosas eróticas?».
Alan actuó como si lo estuvieran estrangulando. Le sacó la lengua, diciendo con voz ronca: «Estás asesinando a tu marido».
Oliva le dio una palmada en el vientre: «Todavía no eres mi marido».
Estas palabras despertaron, naturalmente, el extremo disgusto de Alan. Esta mujer no se sentía en absoluto cohibida. Su rostro se ensombreció y se acercó a ella amenazadoramente.
Oliva se rindió rápidamente: «Mañana lo serás».
«¿Y bien?». Alan seguía insatisfecho.
«Tú serás siempre mi marido». Oliva se sintió halagada. Sólo entonces Alan volvió a parecer gentil. Oliva susurró para sí misma. ¿Por qué se sentía atrapada por él cuando estaban en la cama? ¿No podría ella cambiar esa situación?
«Bueno, ¿Cuál es la contraseña de tu blog?».
«No te la voy a decir». Alan estaba muy tranquilo. Sabía lo que ella estaba pensando. Ella debe querer borrar sus publicaciones.
«Tú dijiste que podías compartir todo conmigo. Pero no quieres compartir conmigo ni siquiera la contraseña. ¿No tienes miedo de que te haga fotos desnudo y las publique?». Oliva resopló.
«Todavía no hay ninguna foto así en mi blog. ¿Quizás deberíamos hacer esa foto y subirla ahora?». Alan tomo su teléfono y se dispuso a tomar fotos.
Oliva escapo más rápido que un ratón. Se revolcó en el edredón y se perdió rápidamente de vista.
Alan miró divertido la colina levantada en la cama y la palmeó con su gran mano: «De acuerdo, solo estaba bromeando».
Oliva asomó la cabeza con cautela: «¿De verdad?».
«Chica, recuerda que sólo yo puedo ver tu cuerpo desnudo». Alan extendió la mano y le pellizcó la nariz.
Oliva también extendió la mano desde el edredón y le tiró de la oreja, «Tú también tienes que recordar que sólo yo puedo verte desnudo. Si te atreves a mostrarle una foto así a otras mujeres, humph…».
«¿Qué harás?».
«Te castraré».
«Está relacionado con la felicidad se%ual del resto de tu vida. ¿Estarás dispuesta a hacerlo? Tú dices que te gusta tener se%o conmigo». Alan sonrió.
Oliva tomo la almohada y le golpeó.
No consiguió golpearle, pero él se abalanzó sobre ella con precisión: «De todos modos, aún es pronto y todavía tienes fuerzas para golpearme ¿Vamos a tener se%o otra vez?».
«No». Oliva se enfadó un poco. Si tenían se%o dos veces seguidas, no podría salir de la cama más tarde.
«Tengo que ir a Jardín de Infantes a recoger a Annie más tarde».
Alan miró el despertador junto a la cama. «No te preocupes, aún hay tiempo».
Rápidamente le tapó la boca, se tragó toda su desaprobación y la besó febril y violentamente.
En marzo, el sol brillaba con fuerza fuera de la ventana. Oliva se frotó la cintura dolorida. Esta vez, fue realmente comida por él. No pudo evitar lanzar una mirada severa al hombre que llevaba su ropa. La fuerza física de una mujer y un hombre era realmente dispar.
Él tenía un gran espíritu, pero ella estaba tumbada en la cama perezosamente y no quería moverse en absoluto.
El responsable de su estado le apartó un mechón de cabello de la frente: «¿Por qué no te duermes un rato? Yo buscare a Annie».
Oliva negó con la cabeza: «No, mamá nos dijo que volviéramos a cenar, y no sabes lo mucho que Annie quiere que la busquemos juntos».
Alan la ayudó a sentarse, le puso un sujetador y un jersey. Oliva se puso ella misma el resto de la ropa, y salieron de la casa tomados de la mano, como un hombre y una mujer enamorados.
Oliva dio un vistazo al cielo. En el cielo azul había algunas nubes blancas dispersas. Luego dio un vistazo a los dos coches estacionados afuera. Se acercó al auto y dio una ligera patada al caucho: «Por qué creo que este auto debería retirarse en el futuro».
Por la mañana, le pidió al chofer que llevara a Annie a la escuela y para luego llevarla al trabajo, por la tarde, fue a recogerla de nuevo. El auto estaba casi inservible.
Alan sonrió y dijo: «Entonces déjalo así. Te daré un chófer cuando no pueda ir a recogerte. Estará allí de guardia».
Oliva le miró con los ojos entrecerrados: «Realmente es el estilo de los ricos».
Alan alargó la mano y le frotó la parte superior del cabello: «Pequeña rica, tú también lo eres ahora».
«No es mi propio dinero. Sólo lo guardo para los demás». En el futuro, cuando conociera a la persona adecuada, tendría que devolverlo. Ella sólo tomó la parte que debía tomar.
A su familia no le faltaba dinero, y podía pedirle al hombre que tenía delante algo de dinero más adelante. Él mismo eligió ser su hombre, así que ella podía usar su dinero, por ejemplo, le pidió que le comprara algo de ropa, salió a comer y pagó con su tarjeta,
«Además, ¿Cómo puede compararse un dinero tan pequeño con las propiedades del Señor Hoyle?».
«Mañana transferiré a su nombre algunas industrias y empresas de Ciudad de Luo». Dijo Alan de forma desenfadada, como si estuviera vendiendo zanahorias y coles en el mercado.
Oliva se acarició la frente: «No me presiones. El 10% de las acciones de Norton ya son muy estresantes para mí».
«Tú no necesitas manejarlas en persona. ¿De qué tienes miedo? Habrá un gestor profesional. Además, ¿No tienes una mano de obra como yo?».
«Tú eres demasiado caro. ¿Cómo puedo permitirme contratarte?».
«No. Mientras puedas proporcionarme un techo y comida, y darme bienestar todos los días como acabas de hacer, trabajaré para ti». El hombre estaba siendo er%tico en su oído de nuevo.
Oliva se apresuró a alejarse, abrió el Audi y se sentó en él. La dejarían seca si hacía lo que él decía.
«De todos modos, tienes un chofer de guardia, y puedes pedirle que te lleve de vuelta».
«Puedo pedirle al chofer que te recoja mañana».
«Entonces mi auto estacionado será de repuesto».
«No importa si es de repuesto».
«Puedo darle el auto a Chloe. Ella trabaja en el bar y vuelve tarde todos los días. No es conveniente usar tanto los taxis… yo seré tu chofer hoy». Oliva tomó tal decisión, por lo que se negó a bajar del auto.
A Alan le pareció factible. De todos modos, si a ella le gustaban los autos, él podría darle uno mejor.
Hablando de Chloe, Oliva volvió a pensar en el hermano de Alan: «Por cierto, ¿Cómo fue la charla entre tú y tu hermano ayer?».
Alan puso las manos detrás de la cabeza y se apoyó en el respaldo de la silla. Parecía un vagabundo. «Ese chico… supongo que se ha enamorado de ella. Ahora vive en el departamento que está arriba de tu casa».
Oliva se quedó atónita por un momento. «Hace un tiempo, la casa de arriba fue renovada, y mi madre dijo que era un nuevo inquilino el que se mudó. ¿Era él?».
«Supongo que sí ¿No te habló Chloe de eso?».
Oliva negó con la cabeza.
Alan dijo: «Quería que una mujer le dé una lección a Aoba. Parece que su amiga es una buena oponente».
Oliva sonrió: «¿Hay algún hermano como tú? ¿De verdad quieres que tu hermano reciba lecciones de una mujer?».
Mientras Oliva hablaba, su teléfono sonó. Al ver que el número era el de Jardín de Infantes, pulsó el botón de los manos libres y lo puso en el panel frontal.
«¿Buenas tardes, son los padres de Annie?».
Al oír la voz, Oliva adivinó que se trataba de un Profesor.
Respondió: «Sí».
«Por favor, vengan a nuestra guardería ahora. Annie ha herido a otro niño».
Oliva se sorprendió: «¿Lastimado?».
«Sí, ahora los padres de ese niño desean verlos».
«De acuerdo, iremos pronto».
Oliva pisó el acelerador y se preguntó: «Aunque Annie es traviesa, no es una buscapleitos. ¿Cómo podría golpear a otro niño?».
Aan rió: «Vamos a recogerla juntos por primera vez, y nos ha hecho un gran regalo». O
liva refunfuñó insatisfecha: «¿Todavía tienes ganas de bromear?».
Oliva condujo el auto hasta las inmediaciones de Jardín de Infantes y encontró un puesto para estacionar el auto.
Alan vio que aún había cierta distancia hasta el jardín de infantes: «¿Por qué no conduces hasta la puerta del jardín de infantes?».
«El jardín de infantes está al lado de la escuela primaria. Ahora la escuela ha terminado. Las carreteras están abarrotadas de autos y gente. Si el atasco es grave, tu auto no puede ni moverse, y sólo puedes estar ansioso».
Oliva ya tenía experiencia. Cada vez que estacionaba su auto en un lugar ligeramente vacío. Luego iba andando a Jardín de Infantes, lo que era más rápido que conducir directamente.
Y en ese momento, muchos padres se habían reunido en la puerta del jardín de infantes y de la escuela primaria, esperando ansiosamente.
Tras bajar del auto, las dos se apresuraron a llegar al jardín de infantes. Oliva atravesó la puerta y vio a Annie de pie en el patio de recreo, hinchando las mejillas y cerrando sus pequeñas manos en puños. Junto a ella, estaban su maestra y una Joven agresiva con un niño pequeño en brazos, junto a ellos había muchos curiosos.
«¿Qué pasa con tu escuela? No he enviado a mi hijo aquí para que lo golpeen».
«Señora Lynn, lo siento mucho. Nosotros tampoco queríamos que pasara esto, los padres de Annie llegarán pronto. Por favor, no se enfade. ¿Podemos discutir esto más tarde?».
Oliva se acercó unos pasos y se puso en cuclillas frente a su hija: «Annie, dile a mamá por qué te peleaste con ese chico».
«No le he pegado. Quiso empujarme y se cayó él mismo del tobogán». Annie tenía una expresión de terquedad, que era la misma que cuando la maestra le preguntó hace un momento.
El rostro de la Señora Lynn se volvió furioso: «Mocosa, tu madre no es educada, tú tampoco. Tú has golpeado a alguien y has hecho algo malo, pero te niegas a admitirlo e incluso a objetar. ¿Has visto a Haohao empujándote con tus propios ojos?».
Oliva frunció el ceño y se levantó del suelo: «Señora Lynn, ¿Dónde se ha hecho daño su hijo?».
«Mira, Haohao tiene moretones y el rostro hinchado. ¿Está usted capacitada para ser madre? Su hija es tan cruel a una edad tan temprana».
Cuando Oliva vio el rostro del niño, había señales de arañazos. Aunque la hemorragia había cesado, sus mejillas estaban hinchadas.
No sabía qué pensaba esta mujer. Ella no llevó a su hijo al hospital primero.
«Señora Lynn, usted también dijo que su hijo se cayó, y que no está herido por una pelea».
«Su hija golpeó a mi hijo y lo hizo caer».
«¿Alguien lo vio?». Era posible que su hija hiriera accidentalmente al niño cuando se pelearon en broma.
Oliva no creía que su hija pegara a otros niños sin motivo. Todas las madres querían a sus hijos, y ese niño no estaba herido a la ligera. Oliva podía entender los sentimientos de la mujer que tenía delante.
También estaba demasiado familiarizada con la mirada obstinada de su hija. El tipo de mirada que significaba que ella no mentía. Por lo tanto, no quería culpar a su hija, ni trasladar la culpa a ese chico.
Si su hija lo hizo, ella y su hijo se disculparon, pero si no, tuvo que buscar justicia para su hijo. No quería dejar una sombra en la mente de su hija. Los niños eran pequeños, pero estaban en una edad en la que empezaban a entender lo que estaba bien y lo que estaba mal.
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Nota de Tac-K: Ánimos estos días lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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