Capítulo 246: 

«Tú puedes intentarlo». Chloe hizo una mueca y se fue sin dudarlo.

Después de pasar dos calles, Chloe finalmente se detuvo y tomó un taxi. De hecho, ella misma se sobresaltó cuando lo cacheteo, por miedo a molestar a ese maldito tipo. Nunca lo consideró un hombre amable.

Cuando llegó a casa, entró sin hacer ruido, como de costumbre, tratando de no molestar a los Señores Steele que estaban durmiendo. Esta casa era el único lugar en el que Chloe podía estar tranquila.

Oliva hoy llego tarde a su casa, así que aun no estaba dormida, ella salió de su cuarto sosteniendo una taza para beber agua, encontrándose por casualidad con Chloe que llegaba a casa.

«Has vuelto».

«¿Todavía no te has ido a dormir?».

«He vuelto tarde del trabajo, pero ahora estoy lista para dormir». Las voces de las dos eran bajas.

Olivia notó que Chloe no tenía buen aspecto. Tocó su frente y le pregunto: «¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?».

«Estoy bien, sólo necesito relajarme un poco».

Oliva puso su mano en el labio de Chloe que está roto. «¿Estás intimidada por alguien?».

Chloe giró la cabeza rápidamente. «No es nada. Sólo me mordió un perro rabioso».

«¿Yang Yu?». Preguntó Oliva.

«No menciones ese nombre. Me siento mal». La voz de Chloe se elevó.

Oliva la empujó al dormitorio, cerrando la puerta: «Sé sincera, ¿Qué ha pasado entre ustedes?».

«Vamos, no seas chismosa. He tomado un poco de vino y ahora me duele la cabeza. Vete a descansar, tú tienes que trabajar mañana». Chloe la empujó mientras hablaba.

Esta habitación era antes el dormitorio de Annie y no era muy grande. Sólo podía contener una cama y un armario. Después de que Chloe llegara aquí, este dormitorio se convirtió en suyo.

Desde entonces, Annie se convirtió en una nómada ‘sin habitación’ y podía dormir donde quisiera. De todos modos, ella era la princesa en esta casa. Chloe, a veces la mimaba.

Oliva, por supuesto, no quería salir. La esquivó, saltó a la cama y se sentó: «Debe haber algo».

«¡Ya he dicho que no tengo ningún interés en ese maldito tipo! No soy asalta cunas». Dijo Chloe, rechinando los dientes. Todavía le guardaba rencor porque la besó.

“¿Entonces eso significa que está interesado en ti, una anciana?». Oliva se rió, pero se sorprendió.

Esperaba que Chloe pudiera encontrar su felicidad, pero la Familia Hoyle era demasiado compleja. Tenía miedo de que Chloe volviera a algo parecido a su pasado.

En cuanto a Aoba, no sabía nada. Alan sólo hablo sobre él una vez, y que su hermano menor no era leal a la ide del amor. Un hombre que no era leal al amor, no era adecuado para Chloe.

«Ese maldito tipo puede haber sido mimado por las mujeres. Mi desprecio hacia él lo deshonró, así que me crea problemas todos los días. Cree que todas las mujeres de este mundo deberían admirarle, ¡Estúpido!». Se burló Chloe.

Oliva se sintió rara, así que miró el rostro enfadado de Chloe y se sintió aliviada: «Bien, olvídalo. Si no puedes superarlo, busca a Ivy o a Dave Chou para que le den una lección».

«Buena idea. Si se atreve a molestarme la próxima vez, se convertirá en un saco de boxeo». Chloe rechinó los dientes.

Oliva se estremeció. Ser golpeada por Ivy y Dave Chou juntos debe ser malo.

Al día siguiente, en el despacho.

Oliva cerró la puerta y tuvo una videollamada con Alan. El hombre, que acababa de volver de una reunión de negocios y no se había quitado el traje, apareció en el teléfono mostrando sus blancos dientes. «¿Me extrañas?».

Oliva puso los ojos en blanco: «Señor Hoyle, ¿Podría cambiar su discurso de apertura?».

«No quiero y no lo haré», se negó con firmeza.

«Bueno. Tengo algo que decirte».

«¿Hum?» Se quitó la corbata y la tiró, sin saber cuál era su destino.

«¿Podrías advertirle a tu hermano menor que se quede lejos de mi amiga?».

«Son solteros. No está mal que se hagan amigos». Alan sonrió. Esperaba que alguien pudiera ocuparse de ese tipo.

«Chloe se ha divorciado. Tú sabes que tu madre no puede aceptarme ni a mí, y mucho menos la aceptara a ella».

Ella fue al grano, lo que hizo que Alan se detuviera: «Mi chica. Nadie puede separarnos, incluida mi madre».

Oliva se quedó en silencio. Este problema era una bomba de relojería entre ellos y no sabía cuándo iba a explotar.

«Chica, ¿Estás ahí?». La gente siempre evitaba las cosas desagradables cuando era feliz. Ella no quería insistir en este problema, que no podían evitarlo ya que tendrían que enfrentarse a él.

«De todos modos, advierte a tu hermano. Si sólo quiere jugar, que no sea con Chloe. Si se atreve a hacerle daño a Chloe, no mostraré piedad con él, no importa que seas su hermano».

Ese día, cuando Oliva volvía del trabajo, oyó un portazo en el piso de arriba.

Le preguntó a su madre: «Mamá, ¿Qué pasa arriba? ¿Decoran la casa?».

«Tal vez. La antigua dueña se ha mudado, estos son nuevos vecinos». Respondió la Señora Steele.

«Bueno». Oliva no pensó demasiado en ello.

En la Ciudad, los vecinos eran siempre extraños. Los Steele eran gente amable, así que reconocieron a algunos amigos cuando sacaron a Annie a jugar. Pero Oliva sólo podía llamarlos por sus nombres cuando los conocía. Excepto este, no sabían nada de él.

Sin embargo, cuando la Señora Qi, que vivía en el piso de abajo, llevó a su hijo aquí, Oliva sintió dolor de cabeza. ¿Era una cita a ciegas?

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