El CEO asesino
Capítulo 458

Capítulo 458:

La mujer se sentía débil y a punto de desmayarse en cualquier momento. Por lo tanto, sabía que debía comer todo lo que pudiera.

Tiempo después, la puerta de la sala de urgencias se abrió de nuevo.

La multitud se apresuró en cuanto la vio.

«Doctor, ¿cómo ha ido?» preguntó Zen.

El médico se quitó la mascarilla y los miró: «La operación ha sido un gran éxito. Ahora la trasladaremos a la unidad de cuidados intensivos y la mantendremos en observación. Si se despierta en el tiempo previsto, no debería haber ningún problema». Dijo el médico.

Era una buena y una mala noticia a la vez.

La operación había sido un éxito, pero existía el riesgo de que la abuela no despertara.

«¡Gracias, doctor!» Dijo Alistair.

Después de eso, vieron cómo sacaban a la abuela Mu y la trasladaban a la unidad de cuidados intensivos.

El corazón de Annabelle descansó un poco.

La mujer miró a Alistair y dijo: «El cuerpo de la abuela es muy fuerte, ¡creo que sin duda podrá superarlo!». Alistair asintió con optimismo.

Por lo tanto, la familia permaneció en la sala de cuidados intensivos durante mucho tiempo. Pero la abuela no daba señales de despertar.

En cuanto a los tres amigos, se quedaron una media hora y se fueron.

Alistair y Annabelle se marcharon poco después de que lo hicieran sus amigos.

En ese momento, en la entrada del hospital.

Annabelle y Alistair salieron juntos.

En el momento en que los periodistas los vieron salir juntos, fueron como zombis al ver carne y se arremolinaron sobre ellos.

Rodeándolos por completo.

«Presidente Mu, hemos oído que la anciana señora se ha caído por las escaleras. ¿Es cierto?»

«¿Puedo preguntar si la situación es grave?»

«¡Presidente Mu, por favor aclárelo!»

«Presidente Mu, ahora que ha aparecido junto a la señorita Xia, ¿podemos saber si los dos estáis realmente juntos, tal y como dice la revista? ¿Y qué hay de Yoi? ¿Habéis roto?»

En ese momento, los periodistas no hacían más que bombardearles a preguntas y la expresión de Alistair era sombría.

«Cuando todo se estabilice y tengamos una conclusión, aclararé personalmente lo sucedido con todos vosotros. De momento, ¡sin comentarios!». Tras permanecer así, arrastró a Annabelle hacia la salida.

Annabelle tampoco dijo nada. Con algo así sucediendo, no estaba de humor y se limitó a seguir a Alistair en silencio.

No importaban las preguntas que los periodistas les lanzaran, Annabelle y Alistair permanecían en silencio. Los reporteros no tenían otra opción y no podían hacer otra cosa que fotografiarlos.

Al menos, el hombre y la mujer iban cogidos de la mano. Aunque no lo admitieran, no podrían negar el hecho de que estaban juntos.

Si no, ¡¿por qué alguien se cogería de la mano en tales circunstancias?!

Alistair y Annabelle salieron del coche.

Jack condujo el coche y salió del hospital.

Mientras conducía, el hombre miró a Annabelle y Alistair por el retrovisor. Se quedó pensativo un rato y dijo: «Presidente Mu, no se preocupe demasiado, la señora se pondrá bien».

Después de decir eso, Alistair le ignoró.

Jack miró a Annabelle y luego volvió a la carretera. El hombre no dijo nada más y se limitó a conducir.

Cuando llegaron al apartamento de Annabelle, Jack paró el coche.

«Presidente Mu, le recogeré a tiempo mañana por la mañana». dijo Jack.

Alistair asintió. Mientras subía las escaleras, recordó algo y dijo: «Por cierto, Annabelle no irá a la empresa en los próximos días».

«¡Oh, vale!» Jack asintió apresuradamente.

Y Alistair llevó a Annabelle escaleras arriba.

Jack se quedó mirando hacia atrás. Después de eso el hombre se hundió en una lenta comprensión: ¡¿ya se habían mudado?!

Si no, ¿por qué iba a venir aquí el presidente Mu? ¿¡No están avanzando demasiado rápido!?

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