El CEO asesino
Capítulo 374

Capítulo 374:

Cuando el hombre mencionó eso, Annabelle se quedó atónita. Después, sus labios se curvaron y dijo: «¡Porque era demasiado difícil y yo prefería el diseño de joyas!».

Teneria ladeó la cabeza y la miró: «¡Pero cuando estabas en la universidad, tu tutor dijo que tu resultado era bueno!». Ralphy también asintió.

Su familia se sintió perturbada cuando ella abandonó tan bruscamente la dirección de empresas. Sin embargo, Annabelle era una persona segura de sí misma y nadie podía cambiar su decisión.

«Sólo me estaba forzando aquella vez, papá, hermano, por favor, no os metáis conmigo ahora~». Annabelle miró a Teneria y dijo con coquetería. Ella no quería discutir sobre el tema.

«No intento meterme contigo. Papá te apoyará para que encuentres tu pasión y hagas lo que hagas. Sin embargo, deberías volver a la empresa para ayudar a tu hermano». dijo Teneria.

«Está bien, papá, hablemos de esto en otro momento~» Annabelle dijo eso y cambió de tema.

Al ver la reacción de Annabelle, Teneria sonrió impotente: «¡Está bien entonces, puedes hacer lo que quieras!». Annabelle sonrió.

Ralphy se limitó a mirar fijamente a Annabelle. El hombre estaba muy perturbado por lo de hacía unos años. Ahora sólo tenía la sensación de que algo iba mal, pero no podía identificarlo.

Simplemente miró a Annabelle y reflexionó profundamente.

En ese momento, Waynie gritó desde la cocina: «¡Ya está, a comer!».

Cuando Annabelle oyó eso, repitió a los dos hombres: «¡Papá, hermano, vamos a comer!».

Después de decir eso, se dirigió directamente a la cocina.

Teneria y Ralphy dejaron su partida de ajedrez y se dirigieron a la mesa del comedor.

La familia se sentó en la mesa y cenaron.

Hacía tiempo que la casa Xia no estaba tan animada. Annabelle no sabía por qué, pero estaba de mejor humor que la vez anterior.

Después de la cena, Annabelle subió a descansar.

Y Ralphy salió a hacer negocios.

La madre y el padre se sentaron en el salón a charlar y beber té.

«Me doy cuenta de que estás diferente cada vez que tu hija vuelve a casa. Pareces estar de buen humor». Waynie miró a Teneria y le dijo.

Al oír eso, Teneria suspiró: «No importa, es nuestra hija.

La hemos criado poco a poco».

Waynie se sentó delante del hombre y asintió con la cabeza. «Exacto, aún recuerdo la primera vez que la vimos. Era tan pequeñita. Ahora ya es toda una mujer. El tiempo vuela de verdad».

Cuando mencionó eso, Teneria suspiró y el hombre pareció recordar algo de repente: «Ah, claro, cuando estuve charlando con Annabelle antes, le mencioné que la dejara volver a la empresa para ayudar a Ralphy. Pero ella se negó».

Waynie frunció el ceño: «¿No quiere volver?». Teneria asintió.

Las cejas de Waynie se entrelazaron y tuvo la intuición de que algo iba mal, «Querida, he visto que estabais charlando hace un momento. ¿De qué estabais hablando?»

«Estábamos hablando de eso. Y también de la razón por la que dejó la dirección de empresas hace unos años y cambió su especialidad por el diseño. Eso nos había desconcertado tanto a Ralphy como a mí».

Al oír eso, Waynie frunció el ceño y pareció recordar algo: «Querida, ¿será que Annabelle se enteró de algo?». Cuando mencionó eso, Teneria miró fijamente a Waynie y se quedó atónita.

«¡No lo creo, después de todo, nunca hemos mencionado esto antes!» Contestó Teneria.

Waynie no podía quitarse esa sensación de la cabeza: «Cuando tenía diecinueve años, decidió abandonar la dirección de empresas para estudiar diseño. No sólo eso, recordé que siempre fue coqueta con nosotros dos. Ahora que lo pienso, desde entonces se volvió rígida y educada… ¿No te parece raro?». dijo Waynie.

Tras oír eso, Teneria se quedó de piedra y se limitó a mirar a Waynie.

Ahora que lo pensaba, parecía ser el caso.

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