El camino a reparar tu corazón -
Capítulo 653
Capítulo 653:
Cuando Sabrina llegó, encontró a Bettie y Aylin estudiando detenidamente las cartas y el atrezzo, muy ocupadas en planear un juego para la boda.
«¿Tenéis alguna sugerencia?». preguntó Bettie a Sabrina.
Aylin, una de las damas de honor de Bettie, ya estaba allí, y las otras tres llegaron poco después.
Con Bettie inmersa en el torbellino de los preparativos de la boda, todas habían acordado entregarle sus regalos por adelantado.
Sabrina había elegido un conjunto de joyas para Bettie, que acababa de recoger el día anterior.
Aylin le regaló un bolso de la nueva marca favorita de Bettie, para deleite de ésta.
Entre las demás damas de honor, la primera regaló a Bettie una botella de buen vino tinto, mientras que la segunda le entregó una caja de regalo misteriosamente envuelta.
Cuando Bettie se dispuso a abrirla, la dama de honor la detuvo juguetonamente, con una sonrisa socarrona en los labios.
«En realidad, este regalo es para ti y para Lance. Será mejor que lo abras mañana por la noche».
Curiosa, pero respetando la indirecta, Bettie apartó el regalo con una sonrisa.
La última dama de honor presentó una caja de maquillaje.
Bettie, que esperaba otro surtido de cosméticos, abrió la caja misteriosamente envuelta y se encontró con una colección bastante diferente.
Para su sorpresa, la caja contenía un conjunto de productos sexuales juguetones y atrevidos cuyo tema eran los conejos y las zanahorias.
Entre los artículos había un conjunto de lencería de encaje blanco, con orejas de conejo y una esponjosa cola, y, para mayor sorpresa, un juguete sexual con forma de zanahoria.
Bettie se quedó estupefacta, sin palabras ante el inesperado y descarado regalo.
Bettie cerró rápidamente la tapa de la atrevida caja y la guardó en un rincón poco visible.
El día de la boda, el hotel bullía de emoción a medida que los invitados llegaban en tropel, y sus charlas y risas llenaban el gran espacio.
El ambiente alcanzó su punto álgido cuando Royce y su hija Tylor hicieron su entrada, añadiendo un toque de glamour a la animada escena.
El padre de Bettie, Corless, se apresuró a recibirlos con los brazos abiertos.
«¡Sr. Nelson, es un honor que se una hoy a nosotros!», exclamó con auténtico entusiasmo.
Royce, siempre diplomático, respondió con elegancia: «Gracias, señor Ramírez. No hay necesidad de formalidades. Es un placer formar parte de un día tan especial. Felicidades a Bettie y Lance».
«Se lo agradezco mucho», Sr. Nelson, respondió Corless, visiblemente complacido por el intercambio.
Royce se giró entonces ligeramente, presentando a su hija. «Y ésta es mi hija, Tylor».
Cuando la mirada de Corless se desvió hacia Tylor, se encontró con un comportamiento frío y algo distante.
Tylor, alta y elegante, observó la escena con aire distante y sus ojos se cruzaron brevemente con los de Corless con un atisbo de fría evaluación.
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