El camino a reparar tu corazón
Capítulo 637

Capítulo 637:

Justo antes de que Sabrina pudiera averiguar qué estaba tramando Rita, recibió un mensaje del redactor jefe.

En principio, toda la fotografía in situ estaba terminada. Lo único que quedaba era la edición, lo que significaba que Sabrina podía irse a casa.

Pero el redactor jefe la necesitaba para un trabajo: una revista financiera necesitaba urgentemente un fotógrafo para una entrevista rápida.

«¡Cuento contigo, Sabrina! Eres la única disponible. No te estreses. Hay un reportero para la entrevista, y White también estará allí. Sólo necesitamos unas instantáneas».

Sabrina aceptó.

El redactor jefe se mostró muy agradecido y le envió los detalles de la entrevista y el lugar de la sesión.

La sesión no era en un estudio, sino en la oficina del entrevistado, en la planta 15 del Bill Building.

La persona a la que iba a fotografiar era Kaleb Wilson, un importante jefe de una empresa pública.

El nombre le dio a Sabrina una extraña sensación. Una rápida búsqueda en Google lo confirmó. El mundo es un pañuelo. Resultó que el tipo al que tenía que fotografiar era Kaleb, el abuelo de Jennie. ¿Cuáles eran las probabilidades?

La sonrisa de Sabrina se endureció. ¿Podría dejarlo?

Después de desayunar, Sabrina se reunió con White y el resto del equipo abajo, en la oficina de la revista, y todos juntos se dirigieron al Bill Building.

Cuando llegaron allí, el redactor jefe de la revista, White, parecía sorprendido de ver a Sabrina esperando. La última vez, Sabrina fue un poco grosera pero Tyrone la cubrió.

White decidió que si Sabrina actuaba así hoy y se metía con Kaleb, no volvería a trabajar con ella.

Una vez en el edificio Bill, la secretaria de Kaleb los recibió con una sonrisa y los condujo a un salón, disculpándose por el retraso de Kaleb.

«No hay problema», dijo White.

La secretaria les ofreció un café y salió del salón a toda prisa. Fue a ver a su colega y le preguntó: «Avril, ¿le has recordado al señor Wilson la cita de hoy?».

Kaleb acababa de regresar de un viaje a Zimbabue y sólo había pasado una vez por la oficina para ponerse al día de asuntos importantes antes de volver a marcharse. Cabe destacar que una encantadora niña regresó con él.

Allen reveló que la niña era la querida nieta de Kaleb y que todas las reuniones no esenciales habían sido canceladas o reprogramadas en los últimos días.

Pero esta sesión de fotos para una revista llevaba tiempo en el calendario y ya se había pospuesto una vez por problemas de agenda. No podía aplazarse de nuevo.

Avril respondió: «Se lo recordé ayer. ¿Aún no se ha presentado?».

«No.

«Le llamaré».

Cuando Avril se puso en contacto con Kaleb, pudo oír voces alegres de fondo: «Señor Wilson, el equipo de entrevistas de la revista está aquí. ¿A qué hora le esperamos?».

Tras una pausa, Kaleb contestó: «Oh, se me había olvidado por completo. Pasémosla a mañana».

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