Capítulo 560:

«Pero eso no es lo que me preocupa», respondió Keilani. Estaba segura de que la policía no podría hacerle nada. «Me preocupa que mi tío y Lance se enfaden y me obliguen a dejar a Mathias… Si me voy, no podré volver pronto. ¿Qué sentido tiene eso?»

«No veo por qué lo harían. Después de todo, no le pasó nada a Bettie. Diles que sólo querías darle un susto», sugirió Alice. Le frustraba que Bettie hubiera salido ilesa.

Keilani dejó escapar un suspiro frustrado. «Esto es tan frustrante. Si hubiera sabido que esos tres eran tan incompetentes, no me habría molestado con ellos».

Justo entonces, oyeron ruidos del exterior.

Mirando a través de la pared de cristal, vieron llegar un coche negro. Lance salió y entró con paso tranquilo.

La cara de Keilani se puso blanca de nervios, sus manos se cerraron en puños.

«Intenta mantener la calma», susurró Alice.

Lance entró en el salón, su mirada se posó en ellas dos.

«Lance, ¿has vuelto?». Keilani intentó saludarle como si todo fuera normal.

Lance permaneció en silencio, con expresión sombría, mientras se acercaba lentamente a Keilani.

Sintiéndose culpable bajo su mirada, el corazón de Keilani se aceleró y sintió escalofríos por todo el cuerpo. No pudo evitar levantarse y retroceder unos pasos asustada. «Lance, ¿qué te pasa? ¿Por qué… por qué me miras así?».

«¡Aplauso!» El sonido de una fuerte bofetada llenó el salón.

Keilani se cubrió la cara, con la mente en blanco por un momento. Miró a Lance, con incredulidad en los ojos. «¿Me acabas de pegar?»

Alice también se sorprendió. Parecía que Lance sabía lo que Keilani había hecho.

Lance miró fijamente a Keilani con frialdad, cada palabra deliberada. «Las cosas que has hecho podrían llevarte a la cárcel durante años. Una bofetada es la menor de tus preocupaciones».

Al recordar el incidente en la fábrica de harina, la expresión de Lance se volvió aún más fría. Se estremeció al pensar lo que podría haberle ocurrido a Bettie si Sabrina no hubiera intervenido y él no hubiera llegado a tiempo.

Keilani, ardiendo de ira y sintiéndose herida por haber sido abofeteada por Lance, tenía lágrimas en los ojos. «¿Cómo has podido pegarme? Haré que mi padre te eche de la familia Wilson».

«Antes de hablar con nuestro padre, quizá deberías explicarte en comisaría».

Apenas dijo esto Lance, irrumpieron tres policías uniformados, llevándose detenida a Keilani.

Sorprendida, Keilani entró en pánico y gritó: «¡Suéltenme! ¿Tienen idea de quién soy? ¿De quién creen que es esta casa? Mi tío es Royce. Suéltame. Si no, te enseñaré de lo que soy capaz».

Alice permaneció callada, haciendo todo lo posible por no ser vista.

El policía esposó rápidamente a Keilani, replicando: «¿Royce? Decir nombres no te salvará ahora. Llévensela. Y amordázala».

Dado que la policía había venido a buscarla, ¿cómo podían ignorar que ésta era la residencia de Royce? ¡Pero aun así procedieron a detenerla! Keilani fue golpeada por una ola de desesperación. Se volvió hacia Lance como si se aferrara a un clavo ardiendo, con lágrimas cayendo por su rostro.

«Me equivoqué, ¡me equivoqué mucho! Por favor, ayúdame. No puedo acabar en la cárcel».

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