Capítulo 553:

Al oír una refriega, Bettie miró hacia allí. Su corazón galopó desbocado en cuanto vio a Lance. Llena de esperanza de que el rescate fuera inminente, de repente encontró fuerzas para luchar aún más.

Otro hombre se acercó a Lance blandiendo un cuchillo. Sin embargo, antes de que el hombre pudiera acercarse a Lance, éste blandió el tubo de acero, alcanzándole en el muslo.

El hombre cayó con un grito, pero un Lance lívido estaba más allá de la razón. Lance pasó por encima del hombre y empezó a blandir el tubo de acero con desenfreno.

Cuando Lance terminó, el cuchillo del hombre había caído de su agarre, ni podía intentar alcanzarlo. El hombre estaba demasiado ocupado intentando protegerse la cabeza de los golpes.

Los secuestradores de Bettie acababan de llegar a la fábrica, desprovistos de vida humana. Habiendo tenido la intención de violar a Bettie, antes de que ninguno de ellos pudiera siquiera quitarse los pantalones, oyeron el sonido del motor de un coche desde el exterior. Ninguno de ellos había esperado que alguien los encontrara tan pronto.

Afortunadamente, Lance venía solo.

Kody, el líder de los secuestradores de Bettie, estaba convencido de que él y sus hombres podrían encargarse de Lance, así que fingió que iba a arrancarle la ropa a Bettie para que Lance entrara en pánico y se precipitara.

Eso daría a sus hombres la oportunidad de emboscar a Lance en la puerta.

A Kody le pareció un buen plan, pero lo que no se esperaba era que Lance hubiera molido a palos a sus hombres.

Sin otra opción, Kody decidió neutralizar él mismo a Lance y cogió el cuchillo que había en el suelo. Mirando fijamente a Lance, le amenazó: «¡Eh, será mejor que dejes de meterte en cosas que no te incumben!».

«¡Vete a la mierda!» Lance estaba tan furioso que sus ojos se entrecerraron en rendijas.

«¿Quién te crees que eres? Vaca miserable».

«¡Cómo te atreves! Estás suplicando que te den una lección». Kody no podía soportar la humillación de que le hablaran así. Levantó el cuchillo en el aire y se abalanzó sobre Lance.

Lance lo esquivó y declaró con frialdad: «No me importa pelear contigo. Pero, ¿mi consejo? Deja de hacer el tonto. La policía viene hacia aquí. Si esas mentes vuestras deciden sacrificar vuestra libertad sólo por luchar conmigo, os concederé vuestro deseo».

Los dos hombres de Kody, que acababan de ponerse en pie grogui, se miraron, asustados. Lance los había alcanzado tan rápido, así que la policía no debía andar muy lejos.

Si hubieran cumplido las peticiones y violado a Bettie antes de ser detenidos por la policía, serían encarcelados durante varios años.

Una vez en libertad, podrían vivir una buena vida con el dinero que les pagaba su cliente.

Pero ahora, todo se había estropeado con la oportuna llegada de Lance y sus notables habilidades de lucha. Los secuestradores de Bettie se dieron cuenta amargamente de que no recibirían ni un céntimo, ya que no habían completado su trabajo. Hasta ahora, no habían hecho nada más que llevarse a Bettie. Si encima los arrestaban, sería otra gran pérdida para ellos.

Los dos hombres de Kody salieron corriendo al instante y uno de ellos le gritó a Kody: «Kody, vámonos. Tenemos otras oportunidades de ganar dinero».

Humillado y derrotado, Kody comprendió a regañadientes la situación y sintió la necesidad de huir sin luchar contra Lance. Miró con desprecio a Lance antes de alcanzar a sus dos hombres.

Lance no perdió tiempo y abrazó a Bettie con fuerza. Su agarre era fuerte y feroz, como si temiera que ella desapareciera.

Ahora que Bettie estaba acurrucada en su abrazo, Lance por fin podía relajarse.

Cerró los ojos, cediendo por fin al miedo que le atormentaba desde que le informaron de que la habían secuestrado. «Afortunadamente… Afortunadamente, no llego tarde».

«Waah…»

Ante el sonido confuso de Bettie, Lance se dio cuenta de que Bettie tenía la boca amordazada.

Levantó la mano y desató el trapo.

«¡Lance, te quiero tanto!» Bettie jadeó en cuanto pudo hablar.

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