Capítulo 521:🍙 🍙 🍙 🍙 🍙

Cruzó los dedos, esperando que las fotografías salieran bien.

«Señorita Chávez, es usted demasiado humilde. No acepto las recomendaciones de cualquiera», dijo Peterson, aún sonriendo. «He visto su trabajo y creo en su talento. Por eso me he dirigido a usted».

Al oír esto, la modelo se sintió aliviada.

«Ah, comprendo. Gracias por el voto de confianza, Peterson. Me aseguraré de estar a la altura», respondió Sabrina con renovada determinación.

«Estoy impaciente por ver lo que vas a aportar», dijo Peterson, radiante.

«¿Por qué has vuelto? ¿No estabas disfrutando de tu estancia en Philade?».

Blayze se reclinó en su silla, apoyando un codo en el respaldo de forma relajada.

Sabrina esbozó una sonrisa y bromeó: «¿No ves la razón por la que he vuelto?».

Tyrone había buscado a Sabrina en Philade tras su victoria en medio de su enfrentamiento con la familia Evans. Blayze, parte de la familia Evans, sin duda estaba al tanto de esto.

Con el ceño fruncido, Blayze preguntó: «Entonces, ¿se han reconciliado Tyrone y tú?».

Blayze había tardado en darse cuenta de que la ruptura de Tyrone con Sabrina era una treta, simplemente montada para la familia Evans. En cuanto Tyrone ganó, salió corriendo para reunirse con Sabrina.

«Más o menos», respondió Sabrina vagamente.

Mirando a Peterson y a la modelo que estaba cerca, Blayze no pudo evitar preguntar: «Ahora que estás aquí, ¿por qué no me has tendido la mano para una cena de puesta al día? ¿Te irás de Violetholt después de terminar tu trabajo sin quedar conmigo para charlar si yo no doy el primer paso?».

«¿Cómo iba a hacerlo? respondió Sabrina, un poco desconcertada. «Acabo de llegar hoy. Pensaba ponerme en contacto contigo después de instalarme en el trabajo». Sintiendo una punzada de culpabilidad, Sabrina evitó el contacto visual.

Peterson observó el intercambio, sintiendo la profundidad de su conexión.

Cuando empezó la comida y el camarero presentó dos botellas de vino, Sabrina le detuvo. «¿Podría darme una botella de zumo en su lugar?».

Cuando el camarero se marchó, explicó a Blayze y Peterson: «Últimamente me duele el estómago y prefiero evitar el alcohol. Un zumo me vendrá bien esta noche».

«La salud es lo primero», comentó Peterson sonriendo.

Disfrutaron de una agradable comida. En un momento dado, Peterson cogió una llamada y mencionó que tenía que salir temprano por un asunto urgente.

Poco después, la modelo sugirió que ella también debía marcharse.

Sólo quedaban Sabrina y Blayze en la habitación.

Blayze, que había compartido unas copas con Peterson, tenía los ojos vidriosos y las mejillas sonrojadas.

«Blayze, ¿deberíamos volver?» preguntó Sabrina mientras cogía el bolso que tenía sobre la mesa.

De repente, Blayze la agarró de la muñeca. Su agarre era cálido y las venas de su mano resaltaban con fuerza.

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