El camino a reparar tu corazón -
Capítulo 468
Capítulo 468:
Incitada por la pregunta del médico, Sabrina procedió a relatar sus síntomas con sinceridad.
Tomando nota de su relato, el médico planteó una serie de preguntas complementarias, a las que Sabrina respondió con la misma franqueza.
Tras escuchar atentamente, el médico asintió con la cabeza y operó en el ordenador durante un rato. Luego dijo: «A la vista de sus síntomas, sospecho que puede estar embarazada. Le proporcionaré una tira reactiva.
Puede usar el baño para hacérsela y después discutiremos los resultados».
La reacción inicial de Sabrina fue de incredulidad. «Pero eso es imposible, ¿no?».
«¿Por qué crees que es imposible?». Al percibir su duda, el médico la miró con expresión curiosa.
«Puede consultar mi historial médico».
La operación se realizó en este hospital cuando Sabrina perdió a su bebé.
Es probable que los historiales pertinentes estuvieran cargados y almacenados en el sistema del hospital, de fácil acceso para los médicos que trataron a Sabrina.
Tras revisar el historial médico de Sabrina, el médico asintió pensativo. «Aunque su pared uterina es delgada, aún es posible que conciba. Será mejor que lo compruebes ahora».
«De acuerdo».
Al salir de la sala de exploración, Sabrina se dirigió a los pasillos del hospital, con la mente agitada por un torbellino de emociones.
Tras efectuar el pago en recepción, se dirigió a la farmacia para obtener el kit de análisis. Mientras recogía el paquete y se dirigía lentamente al cuarto de baño, su mano se llevó instintivamente al bajo vientre.
Mientras esperaba el resultado, Sabrina sintió un torbellino de emociones.
A cada momento que pasaba, la ansiedad de Sabrina se intensificaba y se manifestaba en forma de inquietud y puños cerrados.
Aunque de vez en cuando echaba un vistazo al examen, se preparaba mentalmente para cualquier decepción.
Sin embargo, cuando el resultado se materializó finalmente ante sus ojos, Sabrina se quedó helada de incredulidad. ¡Estaba realmente embarazada!
En ese momento la invadió una oleada de emociones encontradas.
Reflexionó sobre su viaje, recordando la desesperación que había sentido tras perder a su anterior hijo. La perspectiva de la maternidad le había parecido un sueño inalcanzable, pero allí estaba. No esperaba que Dios le diera otra oportunidad.
Nunca había pensado que volvería a quedarse embarazada. No estaba preparada para descubrir que estaba embarazada. Su corazón se llenó de alegría. Quería tener un hijo.
Sabrina se sentía tranquila y contenta, con una sonrisa radiante en la cara.
Con la tira reactiva en la mano, entró en la consulta para su cita de seguimiento.
El médico tomó la tira reactiva y miró a Sabrina a los ojos antes de darle la buena noticia: «Enhorabuena».
«Gracias», respondió Sabrina, con una sonrisa de oreja a oreja. A pesar del ligero dolor en el vientre, la felicidad la inundaba.
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