Capítulo 465:

Resplandeciente en su lujoso vestido de novia, Marnie entró en el lugar del brazo de Jamal.

Después de que Marnie y Sergio intercambiaran los anillos, sellando sus votos, bajaron con elegancia del escenario para saludar a sus respectivos suegros.

Desde su asiento al otro lado de la sala, Shirley se esforzó por vislumbrar a los padres de Sergio, con la vista obstruida por los exquisitos arreglos florales que adornaban el escenario.

Tras el saludo, los recién casados volvieron al escenario con sus padres para posar en una foto de grupo.

Shirley parpadeó al ver a los padres de Sergio, con una persistente sensación de familiaridad atormentando sus pensamientos. ¿Por qué la madre de Sergio se parecía tanto a su casero?

Wendell, sentado junto a Shirley, expresó sus pensamientos, con voz de susurro: «Shirley, ¿crees que esa mujer se parece a nuestro casero?».

«Sí.»

Concluida la ceremonia, los recién casados descendieron del escenario, continuaron los festejos y se sirvieron platos a los invitados.

Dado el embarazo de Marnie, no hubo necesidad de que participara en los brindis. Sergio se adelantó, compartiendo gentilmente los brindis con los mayores de la familia Nelson.

Tras ofrecer buena voluntad y brindar su copa en señal de celebración a los presentes en aquella mesa tan prominente, Sergio dejó la copa en la bandeja. Se dio la vuelta y se dirigió a la mesa contigua guiado por el anciano.

De repente, la mirada de Sergio se posó en una figura familiar en una de las mesas. Se detuvo en seco y entrecerró los ojos hasta que la reconoció. Era Shirley, sentada junto a Wendell, y enseguida comprendió su identidad. Había oído mencionar su nombre antes, pero no pensó que fuera la Shirley que conocía. No había previsto que sería la prima de Marnie.

Cuando Shirley levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Sergio, le dedicó una sonrisa antes de rellenar su taza con las bebidas que le ofrecían.

Cuando Sergio se acercó a la mesa, se produjo una pausa en la comida y la charla, ya que la atención de todos se volvió hacia él. El anciano le presentó brevemente.

Recogiendo su copa, Sergio se dirigió a los invitados reunidos: «Gracias por asistir a mi boda con Marnie. Ella no se encuentra muy bien, así que serás tú quien proponga un brindis por ti».

Shirley correspondió, levantando su copa y bebiendo un sorbo.

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