El arte del sexo -
Capítulo 67
Capítulo 67:
EI CEO sujeta su polla por la base para ejercer presión contra la entrada del coño de Daviana, y no más ante aquel contacto lo hizo vacilar.
Estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para irse con cuidado con ella.
Entre tanto ella mordía sus labios, él se aventuró para ir penetrando su coño de la manera más lenta posible. Y la razón era que deseaba disfrutar ese momento, era la primera vez que follaba con ella, ¿Por qué no disfrutarlo?
Introduce su lengua hasta el fondo de la boca de Daviana al igual que lo hacía con su pene, pero este iba despacio, entraba y sale de su coño. Estaba tan húmeda y caliente por dentro que se le hacía agua la boca al CEO.
– ¡Oh, Daviana! -gime contra su boca.
– Continua por favor, no te detengas Michele, por favor… -suplica sinceramente, pero con voz quejosa.
Sin embargo, sus palabras fueron obedecidas, eso era todo lo que él necesitaba que ella se entregara por su voluntad, hubiera odiado que lo hiciera por la obligación de ese maldito contrato.
Michele adentra un poco más su polla en el interior de Daviana sintiendo muy apretado la cavidad del coño de ella. Eso lo lleva a fruncir el ceño y preguntarse porque la sentía tan estrecha, y no tardó mucho en obtener una respuesta.
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Con un poco más de empuje hacia dentro de su cuerpo la polla del CEO se topa con una barrera que no debería de estar allí, y de manera automática se detiene para luego verla a los ojos.
Aquellas mejillas sonrojadas y esa expresión de dolor en su rostro le confirmaban que Daviana era virgen. Es que tampoco podían existir dudas, esa barrera era inigualable.
– Daviana, ¡eres virgen! -ella abre los de par en par para mirar los ojos de Michele -. ¿Porque no me has dicho que no nunca habías tenido sexo con nadie?
– Si se lo hubiera dicho aquel día, quizás se hubiese retractado de su trato.
Él observa su mirada tan inocente, ahora entendía porque ella le huía, porque lo rechazaba y porque siempre le supo a tanta inocencia desde el primer momento que la probó. Eso explicaba absolutamente todo.
Sin embargo, desvirgar a esa chica no estaba en sus planes. No contaba con que se mantuviera virgen a su edad, es que, era insólito toparse con una mujer que se conservara pura en esos tiempos.
– ¿No le interesa estar conmigo al descubrir que sea virgen? -la pregunta lo trajo a la realidad.
Por otro lado, hizo un trato con ella, y ya estaban a mitad de camino. Encima de eso, no pretendía que otro sujeto le quitara la virginidad a Daviana, en esos momentos él se sentía absolutamente dueño de toda ella, incluyendo esa barrera que se interponía con su placer.
El CEO afina la mirada y sin articular palabra, besa los labios de Daviana apasionadamente.
Sujeta sus caderas al mismo tiempo que continúa adentrándose en su cuerpo. Podía sentir lo tensa que ella estaba debido a que le encajaba sus uñas con fuerza en la espalda.
– Relájate… -susurra contra su boca.
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