El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 921

Capítulo 921:

POV de Crystal:

En cuanto me tiré en la cama, comprobé inmediatamente el estado de Arron. Seguía en estado de coma. Afortunadamente, su respiración era estable, pero tenía vendajes de gasa alrededor de la cabeza y los pies. Su carita estaba pálida y también tenía una herida en la mejilla.

Cuando le toqué la cabeza, me dolió el corazón y se me llenaron los ojos de lágrimas. Nunca había estado tan malherido. Como mucho, a veces perdía el equilibrio y se caía al suelo.

Cuando recordaba la sangre en el bosque y los cadáveres en la morgue, aún me estremecía. No sabía qué les había pasado a Arron y Beryl de camino a la capital. Sólo sabía que había tenido suerte de poder escapar.

«Tiene la pierna rota y un moratón en la cabeza. El corte de la cara es un poco profundo, pero ya se lo han cosido. Se recuperará pronto, así que no te preocupes», me tranquilizó Joanna mientras se acercaba a mí.

Suspiré aliviada y esbocé una débil sonrisa. «Muchas gracias por tu ayuda. La verdad es que no me imagino qué pasaría si no estuvieras».

No sabía que la persona que hablaba por teléfono era Joanna. La forma en que hablaba me resultaba familiar, pero no sabía exactamente de quién se trataba. Antes, cuando se disfrazaba de hombre, bajaba deliberadamente la voz. Esta vez hablaba por teléfono con su voz normal, así que no me extrañó no reconocerla al principio.

«De nada. Probablemente sea obra del destino. Si no, ¿cómo podríamos volver a encontrarnos?». Joanna sonrió.

Había cambiado mucho. Comparada con cómo era hace cinco años, me di cuenta de que no era tan reservada como antes, y eso facilitaba que los demás entendieran sus sentimientos.

«Si no fuera por este niño, probablemente no habrías venido a vernos». Harry resopló.

Dejé escapar una sonrisa incómoda. «La verdad es que no. Podríamos volver a vernos incluso sin este incidente».

Después de todo, las figuras importantes de todas las manadas del país tenían que venir al desfile militar. Sería imposible no ver allí a Harry o a Warren.

Siempre quise evitar verlos, pero cuanto más quería escapar, más tenía que enfrentarme a ellos.

Había estado tan decidida hace cinco años. Pero ahora estaba aterrorizada.

Temía demasiadas cosas, y cada una de ellas podía evocarme todos los bellos y a la vez dolorosos recuerdos del pasado.

Era como una rana atrapada en el fondo de un pozo. Nunca me atrevía a saltar y seguir adelante con mi vida. Lo único que podía hacer era mentirme a mí misma diciéndome que todo iría bien mientras permaneciera allí, escondida de todo.

Pero cuando vi a un viejo conocido, me fijé en un lugar familiar e inhalé la fragancia familiar de las flores, los sentimientos que había estado reprimiendo estallaron y mi cuerpo no pudo evitar un temblor incontrolable.

El cielo de la capital imperial era tan brillante como siempre, y la gente que vivía aquí era tan encantadora como antes.

Podría olvidar temporalmente lo que quería olvidar, pero los recuerdos nunca se borrarían.

Así que probablemente no debería huir más.

A Harry no le importó mucho mi ambigua respuesta. Después de un rato, se acercó a Joanna, la abrazó y dijo: «Joanna asumió el papel de alfa en su manada. Ahora estamos juntos».

«¿Estáis casados?» pregunté, con los ojos abiertos de sorpresa. ¿Por qué no había oído ninguna noticia sobre esto? El matrimonio de un Alfa debería ser noticia.

Harry parecía avergonzado mientras se aclaraba la garganta y respondía: «Todavía no, pero nos casaremos pronto».

Le robó una mirada a Joanna, casi como si estuviera comprobando su respuesta a sus palabras.

Sin embargo, Joanna no dijo nada. Parecía muy tranquila.

Justo entonces, Harry estalló en carcajadas y desvió su mirada hacia mí. «¿Vendrás a nuestra boda, Sylvia? Oh, espera… Ahora deberíamos llamarte Crystal, ¿no? De todas formas ahora llevas una máscara. Nadie te reconocerá».

«Podemos hablar de eso más tarde». Sonreí. No me atrevía a darles una respuesta afirmativa.

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