El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 880

Capítulo 880:

POV de Crystal

«Arron, ven aquí», llamé tiernamente a mi pequeño.

Dudó unos instantes antes de acercarse a nosotros.

Mi hija saltó de mi regazo y corrió hacia su hermano. Le cogió de la mano y corrió hacia mí. Al parecer, pensaba que Arron caminaba muy despacio.

Mientras observaba a los gemelos con diversión, mi corazón estallaba de amor.

«Mamá», volvió a llamarme Arron. Su rostro estaba ligeramente sonrojado, y sus delicadas cejas y hermosos ojos se parecían a los de su padre.

«Ya estoy aquí. No nos hemos visto en todo el día. ¿Me has echado de menos?» Pellizqué las mejillas de Arron, lo estreché entre mis brazos y lo besé.

Arron asintió y dijo suavemente: «Te he echado de menos, mamá».

Pude ver que estaba muy contento. Pero se esforzaba por no sonreír y fingía indiferencia.

Incluso su temperamento era tan parecido al de aquel hombre.

«¡Y yo! Yo también te he echado de menos, mamá. Me dolía el corazón porque te echaba mucho de menos. No me sentiré mejor hasta que me des algo delicioso de comer. Por favor». La cara de Beryl se arrugó mientras fingía estar triste.

«Vale. Para que te sientas mejor, ¡esta noche te llevaré a comer tarta a la sala de postres!».

«¡Sí!» Beryl estaba tan extasiada que casi saltó. Arron no pudo contener la carcajada que brotó de sus labios.

«Pero los dos sólo podéis comer un trozo de tarta cada uno, o os saldrán caries en los dientes», dije con expresión seria. No les permitía comer demasiados dulces, pero Beryl siempre se las arreglaba para coger alguno y lo compartía con su hermano. A veces, no era fácil tratar con niños listos.

Beryl asintió animadamente y dijo: «De acuerdo, mamá. No comeré demasiado. Te haré caso y me portaré bien».

Me eché a reír al observar su expresión descarada.

En ese momento, Perry, la niñera, se acercó a nosotros con cara de preocupación.

Me levanté y le pregunté con curiosidad: «Perry, ¿qué te pasa? ¿Por qué pareces tan disgustada? ¿Has vuelto a descuidar las flores recién compradas, haciendo que se marchiten?».

Perry era una loba regordeta de mediana edad. Seguía soltera. Tenía un hobby de jardinería, pero muy pocas de sus plantas y flores sobrevivieron.

«No.» Perry suspiró y parecía estar en un dilema. «La profesora de Beryl me llamó y me informó de que no había hecho los deberes. Es más, incluso prendió fuego a todos los deberes de sus compañeros».

Al oír esto, mi sonrisa desapareció y clavé en Beryl una mirada severa.

Ella se escondió al instante detrás de Arron, de modo que sólo pude ver el pequeño moño que tenía en el lado derecho de la cabeza.

«¡Beryl! ¿Por qué has hecho eso? Si no confiesas la verdad, hoy no tendrás postre», dije enfadado. Beryl era traviesa desde que era un bebé. Ahora era una alborotadora en el colegio. Más de una vez había creado problemas.

Beryl salió de detrás de su hermano con lágrimas en los ojos. «Lo hice para que nadie se enterara de que no había terminado los deberes, porque nadie tendría deberes que entregar…».

Estaba tan furiosa que quise disciplinarla, pero Perry la interrumpió: «La profesora también dijo que Arron es inteligente y obediente. Siempre es el mejor de su clase».

Mientras Perry elogiaba a Arron, noté que Beryl le hacía una mueca a su niñera. Miré fijamente a Beryl, pero ella no mostró ningún temor.

Sentí que me dolía la cabeza. Tendría que hablar con ella más tarde. No era bueno que un niño odiara ir al colegio.

Cuando estaba a punto de interrumpir a Perry, vi que Beryl se escabullía detrás de ella. Una pequeña bola de fuego negro apareció en su mano y estaba a punto de quemar el dobladillo del vestido de Perry.

Me alarmé y grité: «¡Beryl, ven aquí ahora mismo!».

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Nota de Tac-K: Pasen un lindo lindo fin de semana queridas personitas, el primero del año. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho (ɔO‿=)ɔ ♥

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