El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 781

Capítulo 781:

POV de Sylvia

A Shawn le empezaron a temblar las piernas del miedo. Inconscientemente, supuso que Rufus era el que le había agarrado la muñeca, así que se apresuró a explicar: «Lo siento, príncipe Rufus. Sólo vi un bicho en el hombro de Sylvia y quise ayudarla a deshacerse de él. Por favor, perdóneme».

«Él no es Rufus». La acción de Shawn me dejó bastante sorprendido. Lo miré con desprecio y le dije: «¿Eres tan débil que ni siquiera puedes oler su aroma?».

Shawn no era tan poderoso cuando yo aún estaba en la manada. Siempre se metía en líos y se dejaba llevar por la lujuria. Pero ahora, era tan débil que incluso su agudo sentido del olfato de hombre lobo había degenerado.

Shawn finalmente enderezó la espalda y dejó escapar un suspiro de alivio cuando oyó lo que dije. Luego preguntó con curiosidad: «Entonces, ¿quién es? ¿Tu guardaespaldas?».

Puse los ojos en blanco. «No es asunto tuyo».

Shawn no se dio por vencido. Intentó quitarle la máscara a Blair, pero éste lo empujó al suelo.

«No volveré a hacer eso. Por favor, suéltame», suplicó Shawn de inmediato pidiendo clemencia.

Su voz era áspera y desagradable. No pude soportarlo más. Así que palmeé la mano de Blair, indicándole que soltara a Shawn.

Resoplando, Blair soltó a Shawn y lo miró de pies a cabeza.

Shawn tenía la cara cubierta de polvo y suciedad. Su cara, que había estado relativamente limpia, estaba ahora hecha un desastre.

«¡Puede que te niegues a decírmelo, pero sé que debes de haberte fugado con tu amante a espaldas del príncipe Rufus!». Shawn nunca había cambiado; seguía siendo tan mezquino como antes. Le di un puñetazo de rabia.

Esto hizo que esta vez se comportara mejor. «Ya que no has vuelto para aceptar el puesto de Beta, ¿por qué estás aquí?».

«Quiero ir a la habitación de Gamma Mateo cuando aún estaba vivo». No quería ocultárselo a Shawn, así que le dije directamente para qué era este viaje.

«Ah». Shawn asintió como si entendiera lo que estaba a punto de hacer. «¿Has vuelto para llevarte las pertenencias de tu madre?».

«¿Cómo lo sabías?» pregunté sorprendida.

Shawn se tocó la nariz con torpeza. «La razón principal por la que Gamma Mateo insistió en ocupar aquella habitación tras la muerte de tu madre fue por las cosas que ella había dejado. Pero ya había vendido muchas de ellas en el mercado negro. Lo único que queda es un libro. No entendía ni una palabra, ni podía moverlo y destruirlo, así que no tuvo más remedio que dejarlo atrás».

Tuve la corazonada de que Gamma Mateo debía de conocer la verdadera identidad de mi madre. Pero como ahora estaba muerto, no podía confirmarlo.

«Dejad que os lleve», se ofreció Shawn y nos condujo a la habitación. Era raro verle serio y no bobalicón como era habitual en él.

El lugar donde vivía mi madre era muy espacioso, con muchas habitaciones pequeñas en su interior. La más grande era el dormitorio principal, con una habitación de invitados más pequeña. Yo vivía en esa habitación de invitados cuando mi madre aún vivía.

Dentro del dormitorio principal, también había una gran sala de estudio, donde se encontraba la habitación secreta.

Shawn sacó hábilmente un libro de la estantería y presionó una de las baldosas de la pared.

Con un clic, la enorme estantería se abrió desde el centro y se convirtió en una entrada.

La luz de la habitación secreta estaba cortada. Así que cada uno cogió una vela y entró.

Tras bajar una docena de escalones, llegamos a la habitación secreta.

No era ni grande ni pequeña. La pared estaba pintada de blanco y el suelo estaba cubierto con una gruesa manta de cachemira, que aliviaba la frialdad de la habitación subterránea.

En el interior, todo estaba muy limpio. Todo estaba guardado, excepto un libro que reposaba en silencio en un rincón.

Reconocí de un vistazo que era el libro de la herencia de mi madre porque era notablemente idéntico al del laboratorio de Noreen.

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