El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 714

Capítulo 714:

El punto de vista de Silvia

Noté algo raro cuando entré en el palacio. Todo el mundo parecía bastante serio y parecía tener prisa. No tenía ni idea de en qué estaban ocupados.

Me sentí un poco inquieta. Aceleré el paso para llegar a tiempo al despacho de Leonard, pero no lo encontré.

Luego fui a su habitación, pero tampoco lo encontré.

Estaba cada vez más inquieto. Rápidamente, bajé las escaleras, donde me recibió un guardia. Recordé que trabajaba para Leonard.

Le paré y le pregunté: «¿Dónde está Alpha Leonard?».

El guardia me reconoció y tartamudeó avergonzado.

Era evidente que algo iba mal, así que volví a preguntarle: «¿Dónde está Alpha Leonard? Dímelo».

El guardia no se atrevió a mirarme. Tartamudeó: «Está m-muerto…».

No podía creer sus palabras. «¿Muerto? ¿Qué tonterías dices?».

¿Cómo podía una persona morir de repente sin motivo? La última vez que lo vi, Leonard estaba en perfectas condiciones.

El guardia tembló y se apresuró a narrar lo sucedido. «Es el prometido de la señorita Alina, Chet. De repente atacó a Alpha Leonard cuando tuvo una recaída y se sentía débil…»

«¡No puedo creerlo! Leonard es el Dios de la Guerra. ¿Cómo alguien mucho más débil que él pudo conseguir matarlo tan fácilmente?». El miedo y la ira se alzaron en mi voz. Las palabras del guardia infundieron miedo en mi corazón porque sabía que podían ser ciertas. En su rostro no había ni rastro de engaño. Incluso sus ojos estaban inyectados en sangre.

«Señorita Todd, nosotros tampoco queremos creerlo. Aunque Alpha Leonard lo derrotó, también fue herido de muerte. Murió antes de que llegara el médico».

Sacudí la cabeza con incredulidad y me tambaleé hacia atrás. «No, no me creo que Leonard esté muerto. Me estás tomando el pelo, ¿verdad? Leonard debe de estar jugándonos una mala pasada a todos. Está jugando con nosotros, ¿verdad?».

Mientras hablaba, mi voz se quebró por la pena y mis ojos se pusieron rojos.

El guardia me miró tristemente con los ojos llorosos. Parecía muy fuerte. Su piel bronceada resaltaba sus músculos claramente definidos.

Incluso un tipo duro como él no pudo contener las lágrimas por más tiempo.

Sollozaba intermitentemente y se secaba las lágrimas bruscamente con el dorso de la mano. «Alpha Leonard fue apuñalado directamente en el corazón. Era demasiado tarde cuando la señorita Alina descubrió que su prometido había asesinado a Alpha Leonard».

Me zumbaba la cabeza. Por mucho que intentaba decirme a mí misma que me calmara, no podía evitar temblar y mi temperatura interna descendió precipitadamente.

Cuando pensaba en Leonard, me imaginaba a alguien fuerte y omnisciente. Había pasado la mayor parte de su vida luchando y matando enemigos en el campo de batalla. Incluso si enfermaba, lucharía contra su enfermedad como un guerrero.

Lo di por sentado, pensando que viviría mucho y feliz.

Me planteé vivir aquí un tiempo para acompañarle.

Tenía la esperanza de que cuando Rufus y yo tuviéramos hijos, él pudiera ayudar a criarlos y compartir nuestra ilusión como familia.

Pero todo sucedió tan de repente.

Se había pasado la vida protegiéndose de los enemigos, pero no de la gente que le rodeaba.

Era increíblemente ridículo.

No podía creerlo. Pero cuando pensé en las frágiles piernas de Leonard debido a sus recaídas, me estremecí.

Tambaleándome por el shock y la incredulidad, perdí el equilibrio y caí hacia atrás.

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