El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 696

Capítulo 696:

POV de Rufus

La figura de negro corrió muy rápido. Mientras la perseguía, pude ver el dobladillo del vestido de Silvia revoloteando en el aire junto con la sombra.

No me atreví a soltarla. Mientras seguía a la figura, la rabia en mi corazón empezó a hervir incontrolablemente.

¡Joder! ¡Alguien se atrevía a secuestrar a mi Sylvia delante de mis narices!

¡No debería haber dejado a Sylvia sola con Alina!

¡Alina debe ser la que ha preparado esto!

Nunca había perseguido a alguien así en mi vida. A la mayor velocidad que pude, seguí a la persona de la capa negra. De repente, se detuvo y dijo con un sonido indistinto: «El famoso príncipe Rufus es realmente increíble. Es raro que alguien me alcance».

Frunciendo los labios, miré fijamente a la espalda de la persona de capa negra y pregunté fríamente: «¿Quién demonios eres?».

La persona de la capa negra rió entre dientes y dijo: «En realidad, no importa quién soy. Lo más importante es si tu compañero vivirá o no».

Entonces, el hombre de la capa negra volvió a acelerar.

Decir que estaba furioso sería quedarse corto. Si atrapaba a esa persona, tendría una muerte horrible.

La persona de la capa negra salió corriendo rápidamente del castillo y se adentró por un camino desconocido. Luego, pasó el foso y se adentró en el denso bosque.

El bosque tapaba el cielo y la luz del sol ni siquiera podía penetrar. Era tan silencioso que sólo se oía el sonido del viento y de los cuervos.

Estaba a sólo diez pasos de aquella persona de capa negra cuando de repente se levantó un huracán mezclado con polvo.

De repente, la figura desapareció sin dejar rastro.

¡Joder! ¡Esa persona hizo trampa!

En ese momento, el sonido de los pasos de un montón de gente sonó desde atrás.

«Príncipe Rufus, ¿ha atrapado a esa persona?». Apresuradamente, Edwin se acercó a mí con una espada larga en la mano y parecía realmente ansioso.

«Perdí a esa persona. Separémonos y busquemos en el bosque. Informadme en cuanto encontréis algo. ¿Entendido?» Ordené a todos con voz profunda.

«¡Sí, señor!

Inmediatamente, Edwin dirigió a sus subordinados y registró el bosque.

Al pensar que la vida de mi Sylvia corría peligro, volví a sentirme irritado y deprimido. ¡Lo único que quería hacer ahora era matar a esa persona!

No debería haber dejado sola a Sylvia. ¡Debería haberme quedado con ella todo el tiempo! ¡Maldita sea!

Mientras buscábamos a la persona de la capa negra, una bocanada de humo blanco flotó de repente y nos envolvió a todos.

Inmediatamente, sentí que algo iba mal. Así que ordené: «¡Que todo el mundo contenga la respiración! No inhaléis el humo. Es venenoso».

Edwin y los soldados siguieron mi orden. Pero ya era demasiado tarde. Muchos de ellos ya habían inhalado el humo y estaban muy confusos.

De repente, ¡un soldado levantó su espada y lanzó un tajo a Edwin! Sin embargo, Edwin no reaccionó.

Así que tiré de él para esquivar el ataque del soldado.

Cubriéndose la nariz, Edwin tosió violentamente, se tambaleó y empezó a decir tonterías.

Al verle así, me inquieté tanto que le sacudí violentamente mientras gritaba: «¡Edwin! ¡Despierta! Concéntrate!»

Para mi sorpresa, Edwin no respondió a mis palabras. En su lugar, me acuchilló con su espada.

Aunque intenté apartarle al instante, su espada me cortó.

Ignoré el corte de mi brazo y empecé a tirar de los soldados que aún estaban sobrios para que abandonaran el lugar.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. La mayoría de los soldados se habían visto afectados por el misterioso humo y empezaron a atacarse unos a otros.

La situación se volvió grave. De seguir así, no cabía duda de que todos morirían aquí.

Más tarde, el humo se hizo cada vez más denso, dificultando la visión entre nosotros.

No podía matar a los soldados, así que me limité a hacer lo posible por esquivar sus ataques. No tenía ni idea de dónde estaba Edwin, y todo el lugar era un caos.

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