El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 513

Capítulo 513:

POV de Sylvia

La mujer también era vampira, pero no sabía por qué le era indiferente el olor de mi sangre.

Se puso frenética y me suplicaba que la llevara a ver a Ashley. Casi pensé que se había vuelto loca.

«Cálmese, mi señora. La está asustando». Nicole agarró la mano de la mujer y la consoló. «Vamos a escucharla primero».

Lágrimas de alegría y emoción llenaban los ojos de la mujer, y sus pálidos labios agrietados sangraban. Me agarró de los hombros sin intención de soltarme.

«Ashley…» empezó la mujer pero se ahogó con los sollozos. Le fallaron las piernas y se desplomó en el suelo.

Aunque la mujer era una desconocida para mí, me rompió el corazón verla derrumbarse delante de mí. Me puse en cuclillas a su lado para mirarla a la cara.

«No sé cómo te llamas, pero supongo que eres la madre de Ashley. No te preocupes por Ashley. Por ahora, no corre peligro de muerte. Puede estar tranquila».

La mujer levantó su rostro lloroso y me miró. «Me llamo Joi». Resopló con fuerza. «Soy la madre de Ashley. Gracias por traerme la buena noticia. No sabes cuánto significa para mí. No había sido tan feliz en mucho, mucho tiempo».

«De nada. Sólo digo la verdad». Sonreí y le conté todo lo que sabía sobre Ashley. Al oír eso, la mujer se emocionó pero poco a poco se calmó.

La piel de la mujer era inusualmente pálida, probablemente porque estaba encerrada en el ático. Las venas azules de sus manos eran prominentes. Se secó las lágrimas y me pidió que me sentara a la mesa.

Nicole nos sirvió café.

«¿Puedo preguntar por qué estás encerrada en este ático si eres la madre de Ashley?». Miré a Joi confundida.

Hobson había dicho que Ashley era su hija menor, así que Joi debía de ser su esposa. ‘Pero si es así, ¿quién era la hermosa mujer que apareció en la cena del otro día?».

Joi dejó la taza de café y suspiró. «Nací en otro clan y Hobson me encarceló aquí. Aquí todo el mundo me odia a mí y a Ashley».

Siendo así, Hobson y Ashley no estaban emparentados por sangre. No es de extrañar que Hobson se mostrara un poco indiferente cuando mencionó a Ashley.

«Sucedió hace dos años. Esos cinco monstruitos se la llevaron un día. Dijeron que iban a llevarse a Ashley a la granja. Pero cuando volvieron, dijeron que Ashley estaba muerta».

Fruncí el ceño. Supuse que habían sido los cinco jóvenes vampiros quienes le habían hecho algo a Ashley.

«Pero no les creí. He estado intentando encontrar a Ashley desde entonces. Pero no puedo salir de este maldito ático». La voz de Joi se quebró mientras una expresión de dolor cruzaba su rostro. «Hobson lo sabía, pero no le importó. Simplemente dejó que sus cinco hijos le hicieran daño a mi hija».

«Tengo una forma de ayudarte a salvar a Ashley de la raza de los hombres lobo. Pero para eso, primero tengo que encontrar una forma de escapar de aquí», dije.

Joi entendió lo que quería decir, pero negó con la cabeza. «No puedo ayudarte a salir de este lugar. Después de todo, llevo dos años atrapada aquí y no he conseguido escapar».

Se me encogió el corazón. «¿No hay otra manera? Bastaría con que me ayudaras a llevar un mensaje al mundo exterior».

Joi bajó la cabeza y permaneció un rato en silencio. Finalmente, me miró y dijo: «Puedo enviarte un mensaje, pero no por teléfono. Tengo mi propio método, pero no puedo decírtelo. Sólo tienes que decirme el mensaje y a quién quieres entregárselo».

Asentí con la cabeza. Supuse que tenía algo que ver con su poder especial.

Después de conseguir la dirección del castillo, quise enviar a Rufus un mensaje sobre mi paradero y la situación actual.

«Pero sólo tenemos una oportunidad», me recordó Joi. «Piensa bien el mensaje que quieres enviar porque una vez que utilices la oportunidad, desaparecerá. No podrás volver a intentarlo».

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