El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 443

Capítulo 443:

Punto de vista de Joanna

Tras escuchar mi verdadero nombre, vi como la expresión de la cara de Harry cambiaba varias veces.

Era como si pudiera leer todos los pensamientos claramente en su cara.

Este hombre es un auténtico idiota.

No pude evitar quejarme en mi interior.

Pero no importaba lo que dijera, este tonto seguía siendo mi compañero.

Había sabido que Harry era mi compañero desde que lo conocí por primera vez.

Pero había sellado mi olor de lobo con medios especiales, y por eso Harry no podía saber que yo era su pareja.

Al principio, no quería aceptar que aquel pavo pomposo y narcisista fuera mi pareja. Incluso en algún momento me enfadé un poco, y por eso le pegaba a menudo.

Ya había tomado la decisión de no tener nada que ver con este tonto.

Mientras estaba en la escuela, me escondía de él todo lo posible.

Pero no podía evitar sentirme atraída por él, sobre todo por su risa estúpidamente exagerada.

Su risa se oía a kilómetros de distancia, como la de un gallo.

Mi atracción llegó a tal punto que su risa acababa por hacerme reír a mí también.

Me parecía vergonzoso tenerlo como compañero.

Así que lo detestaba aún más.

Podría vivir sin tener que relacionarme con Harry para siempre. Sin embargo, no esperaba que ese tonto me salvara la vida en el bosque prohibido. Peor aún, descubrió mi secreto.

También fue bastante gracioso que pensara que estaba ocultando bien mi secreto. Cuando en realidad, ese tonto obviamente esquivó mis ojos desde ese día. Si me acercaba a él a propósito, su cara se ponía roja.

Hasta un idiota vería que ocultaba algo.

Con el tipo de educación que había recibido desde niño, debería haberle matado simplemente para que mantuviera la boca cerrada. Pero cada vez que le miraba, no tenía valor para hacerlo.

Lo mismo ocurría ahora. Definitivamente no tenía que sacarlo del agua, pero lo hice de todos modos.

Pero ahora, con la voz aguda de Harry resonando de nuevo en mis oídos, tal vez debería haberlo dejado en el agua.

Nunca había visto a un hombre tan ruidoso.

La mayoría de los hombres que había conocido no hablaban mucho, como Warren.

Harry no sólo era hablador, también era del tipo estúpido.

«¿Por qué me dijiste tu verdadero nombre?» Harry retrocedió lentamente alejándose de mí.

Me reí para mis adentros: «¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Y qué si te he dicho mi verdadero nombre?».

«En las series de televisión, nunca acaba bien el personaje que sabe demasiado…». balbuceó Harry.

Lo observé en silencio durante unos segundos antes de llevarle la mano al cuello.

Sobresaltado, Harry se apartó de un salto. «¿Qué vas a hacer?»

Retiré la mano y suspiré. «Tienes una oruga en el cuello».

Al principio, Harry dudó, pero de todos modos miró hacia abajo. En cuanto la vio, su apuesto rostro palideció. «¡Quítamela! ¡Odio las orugas! Por favor, Joanna».

Aparte de no matarlo, decirle mi verdadero nombre se estaba convirtiendo en un arrepentimiento mayor para mí.

¡Este tonto torpe!

Sacudí la cabeza y maté a la oruga directamente en su cuello. Una vez muerta, la aparté de un manotazo. «No vuelvas a llamarme por mi verdadero nombre delante de los demás».

«¿Y cuando no hay nadie?». El tonto me miró.

Lo pensé detenidamente. «Supongo que puedes, pero solo si hablas bajo. Dios sabe lo fuerte que puede ser tu voz normal».

Harry asintió obedientemente y luego se puso de puntillas hacia mí. «¿Y el veneno que me has hecho tomar? ¿Le hará daño a mi cuerpo? Después de tomar el antídoto, ¿también tendrá efectos secundarios?».

«No te preocupes. No vas a morir», le contesté.

«Me alegro de oír eso…». Harry suspiró aliviado y me miró con aquellos preciosos ojos. «Sabía que no eras tan malo».

Ligeramente culpable, desvié su mirada. La verdad era que no había veneno. Sólo era un cuenco de agua que le pedí que bebiera. Aun así, este tonto me creyó.

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