El amor del billonario
Capítulo 39

Capítulo 39:

Alissa y Eleanor estaban en la misma cabaña, discutiendo sobre algún proyecto. Ha pasado una semana desde que Eric y Alissa tuvieron una cita. Sólo Eleanor en toda la empresa sabe de su relación. Ambos estaban ocupados en su conversación. De repente, de la nada, Eleanor preguntó: «¿Qué tal tu noche con Eric?».

Alissa la miró un momento y dijo «Sí, estuvo bien».

Eleanor sonrió y asintió. «¿Quién te dijo lo de la cita y todo eso?» Preguntó Alissa y ella respondió «No sabía que estabas con él. Fue solo eso, solo lo supuse».

Alissa la miró por un breve instante y Eleanor le dio una palmada en el hombro «Te juro que fue una suposición» Alissa rió y dijo «Sí te creo»

Por otro lado Eric estaba ocupado en su llamado trabajo ocupado. Cheryl le ha comido la cabeza ya que le está dando formación sobre como gestionar una empresa y bla bla bla. Pero los resultados estaban siendo un cero. Cheryl no paraba de intentar ligar con él pero él no la miraba.

«Vale pues hazlo como…» Empezó a explicarle y ella simplemente le echó los brazos al cuello y empezó a besarle la mandíbula.

«Suéltame» dijo Eric con voz seria.

«¿Eh?»

«Get. Quítate. Me» Dijo con voz severa y ella retrocedió.

«Sabes que Cheryl. He estado perdiendo mi mierda por tu culpa porque no me dejas hacer mi trabajo. Me he estado rompiendo el culo trabajando pero a ti te importa un bledo. No te importa mi duro trabajo. Así que, por favor, vete», dijo enfadado.

Cheryl se le quedó mirando un momento y dijo: «¿Qué?».

«Vete», volvió a decir.

«Vale Eric me iré pero si cuento esto en casa, estarás acabado» Dijo ella mientras se cruzaba de brazos.

«¿Qué quieres decir?»

«Sé que has estado rondando con esa chica, tu asistente personal. Alissa Lawrence. Sé quién es. Si cuento esto en casa te juro que las consecuencias serán peores de lo que puedas imaginar» Dijo en tono desafiante.

«No lo harás» dijo Eric.

«Oh, sí que lo haré. Mi padre puede comprar tu maldita empresa con un chasquido de dedos» dijo ella señalando hacia su cara.

«No me enseñes ese maldito dedo tuyo» dijo él.

Ella sonrio y dijo «Haz lo que quieras. Pero seré yo la que se case contigo».

«Oh si, me casare contigo» dijo el en tono sarcastico. Era obvio que no lo decía en serio.

«Deja de ser así. Es hora de pagar» dijo ella y salió de la habitación.

Eric se rascó la cabeza y pensó que hubiera sido mejor nacer en una familia de clase media que en esta donde la vida te da dramas a cada minuto. Eric empezó a trabajar y el día pasó a cámara lenta.

Cuando iba a salir de la empresa pensó en ir a ver a Alissa.

Entró en su cabina y ella estaba recogiendo sus cosas.

«¿Tú también te vas?» Le preguntó.

«Oh si» dijo ella.

«Vale te espero» dijo el y luego se fueron los dos juntos. Alissa sintió que algo andaba mal con él.

«Eric. ¿Está todo bien?» Le preguntó.

«Oh si. Solo estoy cansado» Alissa asintió aunque no le convencía del todo esa excusa, pero pensó en dejarla pasar.

Eric insistió a Alissa en que la dejaría en casa pero ella no aceptó la oferta y se marchó. Eric se sentó en su Lamborghini y se marchó. Durante todo el camino pensaba en lo que Cheryl le había dicho. Entró en su mansión y de la nada alguien le abrazó fuerte. Era Robin. Eric se quedó helado. Cuando Robin se apartó, le dio una palmadita en la espalda y le dijo: «Hijo, estoy muy contento de tenerte como yerno. Estoy tan feliz de que le propusieras matrimonio a mi hija Cheryl. Tienes mis bendiciones»

Eric se quedó mirando las caras de todos. Tardó un rato en asimilar todo aquello. Miró a Cheryl y ella estaba sonriendo y se acercó a él y le dio un largo abrazo.

«Estoy tan feliz de tenerte como mi futuro marido» le dijo mirándole directamente a los ojos.

Él miró su dedo anular y había un anillo de diamantes. Pero nunca se lo había puesto. Poco a poco todo iba cobrando sentido. Ya le había advertido en la empresa que sería ella quien se casaría con él. Y ahora ella ha hecho esto.

«Nunca nos dijiste nada de esto. Te hubiéramos ayudado en los arreglos» dijo Emma.

«Oh vamos mamá. Eric solo trataba de ser romántico» dijo Cheryl.

Todo el mundo se sentó en el sofá estaban hablando, riendo, bebiendo. Pero solo dos personas sabían lo que realmente era. Ethan y Cassandra. Estaban sentados a un lado del sofá y miraban las caras de todos. Eric solo mantenía una cara triste pensando que así es como el destino quiere que pase su vida.

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